II: Misunderstood

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Zhou Zishu no podía esperar a que llegara el ascensor, subió las escaleras corriendo y buscó a tientas las llaves antes de darse por vencido y golpear la puerta.

—¡Han Ying, abre la maldita puerta! —Jadeó y miró hacia atrás por enésima vez y exhaló aliviado.

—¿Zishu? —Han Ying abrió la puerta lentamente—, ¿qué pasa?

—Muévete —Zhou Zishu lo empujó adentro y cerró la puerta, cerrando las cuatro seguros detrás de él. Entró apresuradamente y agarró la botella de agua, tragando hasta la última gota—. Esto es una locura —respiró pesadamente—, esto es una locura —Repitió antes de empezar a toser incontrolablemente.

—¡Zishu! ¿Has estado corriendo? —Han Ying le dio unas palmaditas en la espalda, tratando de calmar su tos—. ¡Sabes que no puedes cansarte!

Zhou Zishu empujó la mano de Han Ying y se alejó unos pasos.

—Han Ying... —articuló, todavía tosiendo—. Necesito acostarme... —Se balanceaba de un lado a otro, al borde del desmayo—. Necesito-

Han Ying se apresuró hacia adelante, tomando a Zhou Zishu en sus brazos, guiándolo hacia el sofá.

—¿Qué pasó? ¿Por qué estás así? ¿Por qué te cansaste? —Lo acostó y le quitó los zapatos—. Zishu, estás enfermo, no puedes hacer este tipo de esfuerzo...

—Estoy bien, solo necesito descansar... —Zhou Zishu levantó su brazo, apoyándolo en su frente—. Han Ying... —Susurró—. ¿Confías en mí?

Han Ying se sentó por debajo de él en el suelo y tomó su mano.

—Confío en ti con todo lo que tengo —frotó su pulgar sobre la mano de Zhou Zishu—. ¿Por qué de repente preguntas eso?

—¿Has... has oído o visto algo extraño o inusual últimamente?

—¿Inusual? ¿Cómo qué? —Preguntó Han Ying sin darse cuenta—. ¿Qué pasó?

—¿Has visto a alguien siguiéndonos? ¿O acechando a nuestro alrededor?

Han Ying hizo una pausa y contempló por un momento.

—No... en lo absoluto —negó con la cabeza, sus ojos tenían un poco de preocupación e inquietud—. ¿Qué pasa?

Zhou Zishu se puso de pie lentamente y caminó hacia el espejo del pasillo.

—Raro... —se levantó la camisa y pasó la mano por la cicatriz en su espalda—. ¿Cómo pudo saber sobre mi cicatriz...? —murmuró para sí mismo, pero Han Ying lo escuchó.

—¡¿Quién?! —La expresión de Han Ying cambió a una ilegible—. ¿Cómo podría saber quién?

Zhou Zishu se cubrió y agitó la mano hacia Han Ying, descartando su inevitable pregunta.

—Nada, nada —se colocó un mechón de cabello detrás de la oreja y sonrió—. No es nada.

Han Ying levantó las cejas y se lamió los labios, volviéndose para sentarse en el sofá, claramente molesto por el obvio intento de Zhou Zishu de ocultarle el asunto.

—Por supuesto.

—Han Ying —Zhou Zishu dijo su nombre como si lo estuviera regañando—. Dijiste que confiabas en mí.

Han Ying se sobresaltó, sin poder ocultar su ira y sus crecientes celos.

—¡Sí, confío en ti! ¡Pero te has aprovechado de esta confianza muchas veces! —Su voz sonó más fuerte—, me escondiste muchas cosas y si no fuera por mí que traté de descubrir la verdad, todavía me las ocultarías. ¡Y ahora estás haciendo lo mismo!

Made Of Stone [WenZhou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora