V: Two Rooms

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Había pasado seis días, seis días en los que Zhou Zishu había estado encerrado en la habitación de invitados, acostado sobre la cama pero apenas durmiendo, comiendo pero apenas manteniendo la comida.

Cuando Wu Xi les explicó qué era la maldición de los amantes, Zhou Zishu les dijo que necesitaba tiempo para pensar. Regresó a casa, se dirigió directamente a la habitación de invitados y allí había estado desde entonces. Los intentos de Han Ying para que comiera, saliera o incluso abriera la puerta habían sido en vano. Cada vez Zhou Zishu inventaría una excusa diferente para alejar a Han Ying, acumulando la culpa que sentía hacia él después de cada empujón.

No sabía si tenía buena o mala suerte de estar bajo la maldición de los amantes, era misterioso y a la vez abrumador. Wu Xi había insistido en que probablemente estaban en el mismo puente esa noche de agosto, bajo la misma luna, al mismo tiempo. Nadie sabía por qué esta maldición los eligió para infligir su dolor agridulce, pero lo hizo.

Sin embargo, Jing Beiyuan tenía sus especulaciones. Mencionó e insistió en que podrían haber sido amantes en su vida pasada o almas gemelas en esta vida, pero Zhou Zishu lo dudaba. No creía en una vida pasada o la reencarnación, y ciertamente, no creía en las almas gemelas. Creía en el amor, pero no en ese tipo de amor. Se burlaba de los locos del amor, de los que se sacrificaban y daban todo, de los que se hacían daño a sí mismos y a los demás en nombre del amor.

Creía en el amor, pero no en ese tipo de amor... Pero poco sabía él, que ya había caído.

A pesar de estar maldito, lo cual ya era desconcertante; el cómo funcionaba la maldición era aún más extraño. Zhou Zishu y Wen Kexing estaban conectados de una manera que nadie podía entender a menos que ellos mismos lo hubieran experimentado... La maldición afectó físicamente a Zhou Zishu, mientras que a Wen Kexing lo afectó mentalmente. Las visiones de Wen Kexing estaban literalmente drenando la energía vital del cuerpo de Zhou Zishu.

Wu Xi había pasado horas aclarándoles y repitiéndoles cada detalle, pero ambos parecían demasiado conmocionados para comprender algo. En estos días de aislamiento, Zhou Zishu resumió todo lo que Wu Xi le había dicho y llegó a comprender que cuanto más triste era la visión, más energía consumía, y cuanto menos energía tenía Zhou Zishu, más triste sería la visión. Eventualmente, y tan horrible como se escuchaba, la última visión de Wen Kexing sería la muerte de Zhou Zishu, que drenaría lo que queda de la energía en su cuerpo.

O, en otras palabras, Zhou Zishu moriría de enfermedad y Wen Kexing moriría de pena y angustia.

Zhou Zishu suspiró con impotencia y apoyó la cabeza contra la cama, ignorando una vez más los interminables golpes de Han Ying.

—No tengo hambre. Es tarde, vete a dormir —dijo desde atrás de la puerta y volvió a sumergirse en su océano de pensamientos.

Wu Xi y Jing Beiyuan habían prometido ayudarlos a encontrar una manera de romper esta maldición, pero hasta entonces, la única solución temporal era que ambos... permanecieran juntos. Solo permaneciendo juntos, cerca el uno del otro, los efectos de la maldición se aliviarán. Las dulces visiones de Wen Kexing se harían realidad gradualmente y la energía de Zhou Zishu le sería devuelta.

Manténganse separados y mueran. Zhou Zishu golpeó con el puño la mesita de noche cuando las palabras de Wu Xi resonaron en sus oídos.

—¡¿Qué diablos es todo esto?! —Murmuró para sí mismo—. Es una locura...

En su mayoría, estaba preocupado por sí mismo, luego por Wen Kexing, el completo extraño enamorado de él y, por último, por su relación con Han Ying. En el fondo, sabía que no siempre era el novio cariñoso que Han Ying merecía, sino que se apartó más y más de él desde que se enteró de su enfermedad. Le molestaba cómo lidiaba con ello, cómo lo trataba como a un ser frágil, como si fuera un niño que carecía de autoconciencia y juicio.

Made Of Stone [WenZhou]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora