"CAPITULO 8"

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David: ¡se me ha encendido la bombilla!

Alvaro: me extraña - dijo riendose-.

David: Callate anda.

Yo: ¡dilo mente brillante! -Noe se rió-.

David: a ver, ¿os acordais de la casita que la dije que tenia?

Noe: Si, la de madera esa de cuando eras pequeñito.

David: pues, ¿que os parece que la subamos al árbol tan grande que hay en frente de mi casa?

Alvaro: si es seguro a mi si que me parece bien.

Yo: y quedaríamos siempre allí *me brillaban los ojos*

David: exactamente jovencita.

Alvaro: ¡Noe dile a tu padre que nos ayude! Como es albañil...

Noe: ¡es verdad! -Dijo dandose un fuerte golpe en la frente-.

Yo: de darte golpes como ese así te has quedado -dije dandola un beso en la mejilla-.

Noe: Tonta. Cuando llegue a casa se lo digo a mi padre. ¡Mañana os digo!

Alvaro: lo llamariamos... "La isla perdida"

Yo: mente rapida -le miré-.

Alvaro: tonta del culo-me miró-.

Yo: ¡hoy me estoy llevando mas insultos!

Alvaro y Noe: ¡con cariño!

David: venid a mi casa, no están mis padres y arreglamos la cabaña. Por dentro hay de todo, pintura, madera...

Yo: a mi me parece bien, ¡vamos!

Noe y Alvaro sonrieron y se levantaron. Antes de llegar a casa de David teniamos que montar en un autobus.

Ibamos todos felices. Pensando en el futuro que nos esperaba juntos. Estabamos esperando en la parada de autobús, no nos lo esperabamos ni de lejos, pero el padre de Alvaro, que es taxista, pasó por delante conduciendo despacio a causa del semaforo de color rojo. Volvió la vista hacia donde estabamos nosotros y me vió. Solo a mi, a los demás les tapaba la parada. Se sorprendió mucho, y para disimular le saludé con ánimo. Me hizo un gesto para que fuera, volví la cabeza,

Alvaro me miraba preocupado, le sonreí y fui hacia su padre, que ingenuamente pensaba que estaba sola:

Padre: ¿pero Noa, qué haces aquí?

Yo: me he puesto enferma en medio de clase, me mareaba y la profesora ha llamado a mis padres, me vendrán a buscar aquí.

Padre: valla por dios, lo siento mucho guapa. Espero que no sea mucho, por tí y porque mi hijo te echaria de menos *me guiñó un ojo*

Yo: muchas gracias -dije entusiasmada- me tengo que ir... *sonreí y me despedí con la mano*

Padre: ¡Adios Noa, cuidate!

No sabia adonde ir, así que crucé una calle en lo que el semaforo se ponia en verde.

Alvaro y los demás me miraban riendose. Alvaro agachaba la cabeza, con lo cerca que estaba de mí supongo que llegaría a oir la conversación, podía ver como sonreia, me encanta.

Volví a cruzar la calle cuando estubo todo despejado. Me reuní con ellos:

Yo: ¡que mal rato!

Alvaro: ¡el mio...! Que verguenza...

Noe: ¿verguenza?

David: te han descubierto tio -se rió-.

Yo: *roja completamente* ¿nos vamos?

Alvaro: ¡rapido por favor!

David: ¡en marcha valientes!

Noe le pegó un puñetazo en el hombro, David fingió no dolerle pero en cuanto Noe aparto la vista puso una mueca que hizo que Alvaro y yo nos riesemos a mas no poder.

Llegó el bus. Nos subimos, el autobusero parecía majo:

Autobusero: ¡anda mira jovenes haciendo pellas!

Yo: ¡No hombre! Nos han dado la mañana libre se ha inundado el instituto -no se me ocurria otra cosa-.

David: ¿usted quiere que nos ahoguemos? -dijo sonriendo-.

Autobusero: ¡no hombre, pequeña confusion chaval! *le golpeó a David en el hombro*

David: hoy me dan por todos lados -dijo mirando a Noe-.

Noe: me doy por aludida *le guiño un ojo*

Nos dejó pasar y nos sentamos en unas sillas que están enfrente de otras. Yo al lado de Noe y enfrente de Alvaro.

Yo: ¡yo me pido ir hacia atras que mola mucho! -dije corriendo al asiento-.

Alvaro: está loca... -susurró sonriendo-.

Me pasé el viaje disfrutando del mareo diviertidisimo por ir hacia atrás, Noe estaba igual. Alvaro se reía de mi, David se reía simplemente. Su casa no quedaba muy lejos...

Sueños EnamoradosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora