Capítulo 8

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LALI

Peter me trajo a un campo lejano, el campo de la infancia de mi familia, le pidió a mis papás que no venga ningún policía, para sorpresa mía respetaron eso.
-¿Estas bien?-mamá me miró preocupada, la verdad era que me sentía nerviosa.
Caminé y le tendí la carta a mi papá, la cara de mi mamá se transformó, su secreto estaba saliendo a la luz.
-Yo...-ella intentó justificarse- lo hice para cuidarla..
-¡No soy un monstruo como mi papá! Mi papá se equivocó engañando a mi mamá, y mi propia futura esposa me hizo creer por años que..-me señaló- era mi hija..
Mis ojos se llenaron de lágrimas, sus palabras estaban doliéndome.
-¡Me voy!-él pegó la vuelta para irse.
Mi mamá se puso a llorar, pero en vez de venir a mi se fue a perseguirlo a él, nunca imaginé que iba a pasarme algo así, recién ahora empaticé con la historia de Peter y Eugenia.
-Así se siente el "amor"-soltó un suspiro.
Tal vez yo sí había estado errada, tal vez el amor realmente no existía.

PETER

Entonces Lali tiene una historia parecida a la mía, y todo pasó como en el pasado, mi hermano rechazando a quién estos últimos años fue su familia, si bien no es su hija de sangre la crió él.
Lali estaba sintiéndose decaída, se la pasaba intentando leer novelas románticas, pero no podía hacerlo, terminaba frustrándose y guardando los libros en la biblioteca.
-Una vez creí en el amor, hace bastante tiempo atrás, por eso tengo esos libros de mierda-se los señalé, ella se quedó sin decir una sola palabra, ni me miró- Lali... ¿Te sentís bien?
Qué pregunta estúpida.
Ella es tan transparente, negó con la cabeza, ¿para qué le hice esa pregunta? No era bueno conteniendo a las personas, nunca nadie me contuvo, ni con Eugenia supe hacerlo, mi hermana solía encerrarse a llorar en su habitación, todavía no entiendo porque no se fue lejos y sigue queriéndome, no soy la persona que ella merece en su vida, soy un nadie, un nadie que no vale la pena.
-Bueno, ya se va a pasar-le di un golpecito en la espalda, me sentí patético, ¿porqué era tan malo siendo un ser humano sensible?
Ella ni se inmuto ante mi flojo intento de hacerla sentir bien.
Yo también me frustré, me alejé para salir a tomar algo de aire, todo lo que había planeado se había ido al diablo.

LALI

Eugenia me visitó, me había encerrado en la habitación, me trajo chocolate, le agradecí, pero no tenía ganas de comer nada.
-Es una mierda... Sé como te debes sentir Lali, pero no estas solo, me tenes a mi y al tonto de mi hermano, que no sabe como tratarte, no sabe como demostrarte que le importas, obviamente no piensa aceptarlo y admitírselo, pero.. Con vos.. Hizo cosas que solo hizo por mi..-soltó un suspiro- y eso me da esperanza.. A que tal vez pueda volver a ser esa persona dulce que era de chiquito.. Fue creciendo y se desilusionó muchas veces, a mi también me pasó lo mismo pero... Me aferré a la idea de querer cambiar en el futuro, arriesgar y buscar lo que toda la vida no tuve, quiero experimentar lo que es tener un amigo, una amiga, el cariño y el cuidado de alguien, en definitiva el amor..-se quedó perdida en sus pensamientos.
Ella se tumbó en la cama a mi lado, nos quedamos mirando el techo, hace unos días le pedí a Peter que me compre esas estrellitas de plástico que brillan en la oscuridad, apagué la luz del velador para encontrar algo de calma, para "trasladarme" en ese tiempo en el que todo era feliz, en el que todo era cálido.
-Que te haya dado bola y te haya comprado esta estupidez es que... Él lo quiera o no ya estas ligada a su vida, y dudo que quiera dejarte ir..-Eugenia me tomó de la mano- no es malo.. Solo... Tomó el camino erróneo, podes curarlo del dolor y el rencor, confío en vos-dejó un besito en mi mejilla.
¿Puedo ser la salvación de todo este infierno?
-No se sí... No deposites toda tu fe en mi
Quería que eso pudiera ser cierto, un hecho, quería mostrarle algo lindo, el había pasado por mucho, quería traerle a su vida paz.

PETER

Emilia se juntó en un bar conmigo, ella estaba mal, tenía los ojos rojos de haber llorando tanto.
-¿Ella está bien? ¿Está bien de salud? ¿Quién la embarazó?
-Ella...-hice una pausa, le tuve algo de compasión- está bien, y...-no sabía si decirlo- es mío
Ella me miró con seriedad.
-¡¿Qué?!-se escandalizó y se puso seria- ¿era parte de tu venganza? Este problema es de ustedes dos, ¡mi futuro marido y vos! , ni Lali ni yo tenemos algo que ver en todo esto, ¡dejen de ser dos estúpidos y tengan la conversación que tuvieron que haber tener desde un principio!
Se puso de pie y se fue sin pagar, estaba enojada, y con toda la razón del mundo.
Tal vez tenía que dar el primer paso para la "paz" él no lo iba a dar, yo nunca quise reconciliarme con mi hermano, pero quiero que él por lo menos considere reconciliarse con su mujer , y con su.. Con Lali.

Manejé hasta la puerta de la casa que siempre quise pintar con un grafiti y tirarle huevos, toqué el timbre, Nicolás fue el que me abrió, nos miramos, mudos, quietos, el aire se volvió tenso, empezó a faltarme eso mismo, había salido de mi zona de confort para confrontarlo.
-Lali no tiene nada que ver con todo esto, esto es entre nosotros...
-Estas diciendo el mismo discurso que Emilia, ¿ella te persuadió para que vengas a hablar conmigo? Nunca creí que ibas a hacerle caso, no te interesan las personas, no te interesa nadie
-Te equivocas-tomé aire y solté un suspiro- me importa mi hermana Eugenia... y Lali... Y si vos no la aprecias estas mal, vos sos el que te perdés de ella
Nicolás se quedó mirándome fijo.
-¿Te enamoraste de tu sobrina? Creí que habías perdido esa capacidad hace tiempo, ¿te acordas de tu ex? La que te rompió el corazón, yo le abrí los ojos, nunca fuiste capaz de amar, estas mintiéndote, nunca intentaste acercarte a mi de manera pacífica..
¡¿Qué?!
-¿Estás hablándome con seriedad? ¡Toda mi vida quise que mi familia me acepte! ¡Que me quieras! Así como te quisieron a vos, así como papá quiso a Lali... Y vos sí la quisiste a ella, bueno, hasta que te enteraste de que no es de tu sangre..-suspiré- ya no me importa nada, no me importa la aceptación, no sos la persona cálida que siempre quise conocer, porque con todos eras cálido pero conmigo... Nunca me diste la chance.. Nunca... Solo me importa que puedas hacer las paces con tu familia
No iba a llorar, porque en el pasado ya había llorado demasiado.
No sé como pero Lali se apareció frente a nosotros, su mamá Emilia la sostenía del brazo.
-Paz...-ella nos miró a los dos- bandera blanca, están discutiendo y gastando energía que podría ser depositada en cosas lindas.. ¿Sé dan cuenta? Toda esta guerra de años es por culpa del abuelo, no tiene nada malo de que hayan nacido de distintas personas, bueno, el abuelo se equivocó en eso, pero... Él se equivocó, no ustedes, ustedes son hermanos... Y los hermanos siempre están, ¿no Peter?-me miró a mi, atrás de ella estaba Eugenia, me saludó con la mano y esbozó una pequeña sonrisa- papá vos amas a mamá... Y me amaste, me criaste, me mimaste... ¿No soy nada para vos?
Nicolás se quedó quieto, dejó de mirarme para centrar toda su atención en ella.
Lali estiró sus brazos, el dudó, pero finalmente la abrazó, ambos se pusieron a llorar, sin soltarse.
Ver esa escena me tocó una fibra de mi ser, me conmovió, tal vez mi corazón no siempre iba a ser de hielo.
Emilia me susurró un "gracias" y se unió al abrazo familiar, Eugenia hizo lo mismo conmigo, me miró emocionada.
-Ya también te quiero tarado-se rió apoyando su frente con la mía, también le sonreí, nos apartamos cuando sentí que alguien me tocaba la espalda, me di vuelta y era Lali, se aferró a mi cuerpo y me besó una de mis mejillas detenidamente, noté brillito en sus ojos.

Nada es lo que pareceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora