Cap. 7|Nuevos poderes ✔

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Ya habían pasado dos meses y Athena no despertaba ni daba señales de mejoría.
Al contrario, parecía que estaba empeorando, su piel casi parecía papel y su herida en el pie empeoró tanto que tuvieron que cortarlos para que no afectará a las piernas, su corazón apenas latía.
Heimdall la visitaba cada día, aunque se le rompiera el corazon al verla así, no dejaría a su hija sola. Las sanadoras le recomendaron dejarla ir, ya que sin la cápsula no seguiría viva, pero Heimdall no tenía valor para tomar tal decisión.

Le prometió a su madre cuidarla y es lo que haría mientras viva, a pesar de que no sabia como curarla, al menos la acompañaría.

En cuanto a Loki, el estaba peor que nunca.
El primer mes se había escapado de su habitación, que era vigilada por dos guardias por su castigo, haciendo que este se alargará, a pesar de las noticias que recibía de su madre, quería ver personalmente a Athena, lo cual tampoco le hacía muy bien. Cada vez que la veía sentía más culpa y sus esperanzas de verla sonreír de nuevo, caían.
Intentaba ser positivo, pensar que ella podría llegar a despertar, pero los hechos que veía no ayudaban.

A Thor le habian levantado el castigo en ese mes, ya que no desobedecio como Loki y se quedo en su habitación, lo cual sólo enfuercio más a Loki, llegando incluso a pelear con Thor y jurar matarlo si Athena no despertaba.
Por lo cual Odin extendió su castigo, lo privó de su magia para que ya no se escapará y por poco le prohibia recibir noticias de Athena, pero Frigga logró convencerlo de que eso sería demasiado.
Esto no ayudó en nada al dolor que sentía Loki al no tener a su amiga de la infancia cerca, a la culpa que sentía por no poder protegerla y a la rabia que tenía contra su hermano por no avisar que estaba herido.
Aunque una parte de el sabia que no fue directamente su culpa, ya que Thor nunca había ido ahí y no sabia sobre la cicera, pero su dolor lo cegaba.
Con el pasar del tiempo, Loki iba perdiendo las esperanzas de que Athena despertara, lo cual lo sumergió en una fuerte depresión, ya casi no comía ni hablaba. Sólo Frigga hacia que comiera y hablará, pero poco, la reina de Asgard temía que si Athena moría, su pequeño hijo también lo hiciera.

...

Paso una semana más, Athena no despertaba, su salud estaba más que deteriorada y la cápsula parecía ya no funcionar, preocupando a todos por lo que, según ellos, inevitablemente pasaría.

Hoy su situación era más crítica que nunca, todos pensaban que no llegaría a la noche.
Todos menos su padre, que aun creía que podría ocurrir un milagro.
El seguía al lado de su hija, como lo estuvo desde que nació, no quería perder a su única familia.
Entonces ingresaron a la habitación la reina Frigga y el príncipe, el cual no se encontraba para nada bien. Estaba más pálido y desaliñado, el estado de Athena lo había afectado demasiado.
Ni Frigga ni Heimdall dijeron nada, no era necesario en esa situación, ambos sufrían al ver a sus hijos en un estado tan delicado de salud.

Frigga: Lo lamento Heimdall, era muy joven.
Heimdall: Aún mantengo la esperanza de que despierte, reina.
Frigga: Entiendo... -miro a su hijo, que sólo miraba el suelo- Loki -el no respondió- Hijo, no vas a decir algo? -dijo preocupada.
Loki: -desanimado- Para que me trajiste? A verla morir?
Frigga: Loki -reprendió, pero el ni se inmutó.
Heimdall: A ella no le gustaría que pienses así -dijo serio.

Aunque tuviera un mal presentimiento sobre Loki, aun era un niño y mejor amigo de su hija, así que intentaría animarlo un poco por ella.

Loki ni siquiera levantó su mirada del suelo, no tenia ganas de nada si Athena no estaba, se sentía morir al sólo saber que ella aun no despertaba.
Por un tiempo pensó que sólo era una pesadilla, una horrenda y traumática pesadilla, de la cual quería despertar ya, aunque sea con un balde de agua fría que su mejor amiga una vez le arrojó.

Athena: La bestia de los nueve mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora