Yoongi nunca ha tenido una buena historia con Seokjin. Después de tener que ganar su puesto en la cima tras ser forzado a salir del closet en el primer día de secundaria, ver como Seokjin conseguía todo lo que le había costado con tanta facilidad hi...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Una lluvia en primavera era un hecho extraño que no sucedía con demasiada frecuencia. Por eso no podía culpar a Yoongi de haber olvidado su sombrilla, ni tampoco a las personas que vio pasar mientras daba la vuelta en la esquina de la escuela. Entre más se adentraba hacia la calle, podía ver a más personas comprando abrigos y paraguas para protegerse. Tampoco podía culpar al chico refugiado en la tienda de conveniencia cerca de la escuela, aquel que llevaba el mismo uniforme que él, un rostro familiar que lo hizo sonreír de inmediato. Cruzó la calle para llegar al establecimiento y cerró su sombrilla una vez estuvo refugiado bajo el techo de la tienda.
Hoseok no notó su presencia al inicio. Tenía una expresión extrañamente seria mientras observaba la lluvia por la ventana y cargaba las compras en su mano. Parecía concentrado en el ritmo de las gotas que caían, esperando que parara en cualquier segundo para poder irse de ahí.
—Creo que no tardará en escampar—fue lo que dijo para llamar su atención mientras se mecía a su lado.
Hoseok giró a mirarlo con el ceño fruncido y le tomó un segundo de reconocimiento antes de que cambiara su expresión por una sonrisa.
—Oh, eres tú. —Su rostro se iluminó casi de inmediato y Seokjin estaba seguro de que algo similar había ocurrido en el suyo—. Si tú lo dices, entonces no tengo nada de qué preocuparme.
Contrario a su relación con Yoongi, que parecía avanzar al ritmo de una tortuga, las cosas con Hoseok seguían corriendo con fluidez. En los últimos días habían intercambiado varios mensajes, y a pesar de que no había podido ir a ver su práctica por falta de tiempo, Hoseok le mandaba fotos o vídeos con la excusa de mantenerlo al tanto del avance del concurso.
—¿Vives muy lejos? —preguntó después de unos segundos y Hoseok le dedicó una mirada curiosa mientras inclinaba su cabeza.
—¿Vas a llevarme a casa?
—Bueno, te ofrecería la sombrilla extra que siempre llevó, pero ya se la dí a alguien más.
Pasó un momento de silencio antes de que Hoseok retirara la mirada, sus labios levantándose en un gesto pícaro antes de soltar una corta risa seguida por un suspiro.
—¿Qué pasa?—preguntó Seokjin sin poder quitar su mirada de él.
—Nada, solo estaba pensando…—Pareció meditar su respuesta por un segundo antes de sacudir la cabeza mientras una risa brotaba de sus labios. Seokjin sintió un revoloteo propagarse por su estómago e hizo un gran esfuerzo por contener su respiración acelerada—. Olvídalo. Acepto tu invitación.
—Okay. —Su voz salió en un pequeño susurro, y sus dedos se movieron con torpeza mientras tomaba la sombrilla para abrirla de nuevo. Empujó la puerta de la tienda para ser recibido nuevamente por el leve frío de la lluvia de primavera y se refugió bajo el paraguas antes de mirar hacia Hoseok y estirar su codo con timidez hacia él para que entrelazara su brazo con el de él. No supo cuántos segundos pasaron hasta que sintió el cálido toque de la mano de Hoseok cruzar el pequeño espacio que había dejado, y fue repentinamente consciente de su cercanía, del rozar de su ropa mientras terminaba de acomodarse, el calor de su cuerpo convirtiéndose en una nueva sensación agradable a su lado.
