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Tomás miraba la pantalla donde marcaban los vuelos, sonriendo al ver que solo faltaban unos diez minutos para que el avión de su amigo aterrizara. Mientras tanto, buscó su celular para distraerse, subiendo una foto a Instagram con algún filtro raro que encontró en la aplicación, riendo por lo divertido que se veía.

Comenzó a ver stories, respondiendo una que otra, hasta que vió la de Rodrigo, era una foto de él e Iván durmiendo en la habitación, al parecer, en Argentina aún era de madrugada. Bloqueó el celular y lo guardó nuevamente en su bolsillo, soltando un ligero suspiro, no quería pensar, pero su mente le jugaba en contra como siempre.

Te reemplazó.

Realmente no eras importante para él.

Solo llenaste su vacío hasta que encontró a alguien mejor.

— ¡Robleis! — El nombrado levantó rápidamente la cabeza. — Te estuve llamando hace como cinco minutos y no reaccionabas.

— Uh, perdón —. Se disculpó de inmediato, frotándose el rostro para dispersar sus pensamientos negativos.

Pedro notó las ojeras del más bajo, incluso lo veía más delgado y pálido de lo normal. Dejó sus valijas a un lado y abrazó con fuerza a su amigo, palmeando su espalda suavemente.

— No parecés feliz de verme —. Murmuró el rubio con voz divertida. — Yo que te extrañé muchísimo.

— Si estoy feliz de verte, tonto —. Sonrió el castaño, correspondiendo el abrazo. — También te extrañé...

— Pues ya no me vas a extrañar más porque ahora voy a invadir tu privacidad —. Se separó lentamente del abrazo, para tomar sus valijas nuevamente. — Dale, vamos.

Después de una hora de viaje, Tomás estacionó en donde era su parquímetro. Ayudó al más alto con las valijas y le mostró la habitación en donde se quedaría a partir de ahora.

— ¿Y esta casa es para vos solo? — Preguntó Pedro mientras sus ojos recorrían cada extremo de la sala. — Alto rancho, hermano.

Tomás soltó una carcajada y asintió despacio.

— Sí, acá vivo, mis hermanos me visitan a diario, a veces hasta se quedan por días —. Respondió con una sonrisa ladina. — Vení, te muestro la mejor parte de la casa.

El rubio siguió al más bajo, sin dejar de observar cada detalle a medida que iba caminando.

— Este es mi lugar seguro —. Dijo antes de abrir la puerta de la habitación.

Era el sector donde hacía sus directos, allí se encontraba su setup bien armado e iluminado, sus colecciones y sus muñecos aterradores para el gusto de Pedro. Tomás se sentó sobre su silla, respirando profundamente, se sentía tan bien sentarse allí, sabía que cuando prendía stream sus problemas se esfumaban por completo, solo era él y su chat, el cual tanto quería y la pasaba tan bien.

El rubio sonrió al notar ese brillo en los ojos de su amigo y se inclinó para observarle mejor, despeinando sus cabellos en una foma cariñosa.

— Mañana prendés directo, ¿verdad? Podemos hacer muchas cosas juntos —. Tomás lo miró desconcentrado, arqueando una ceja.

— ¿Estás seguro? ¿No te incomodaba estar en directo? No tenés que sentirte obligado a...

— Estoy bien, quiero hacer directos con vos —. Interrumpió el rubio, guiñándole un ojo. — Además, es bueno probar cosas nuevas.

Tomás lo miró, algo inseguro todavía, pero asintió sin más.

— Contame más, ¿cómo funciona esto?

—「 🍷 」—

HOLA, QUÉ TAL, AHRE.

sé que estuve re desaparecido, pero me pasaron algunas cosas y no tenía ni una sola pizca de inspiración para escribir, así que ahora voy a intentar actualizar más seguido, pero no prometo nada.

espero tengan un lindo día, tarde, noche. <3

— L.

🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL T.2 ⌟ ⊹˚ ᵖᵉᵈʳᵒᵇˡᵉⁱˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora