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Tomás cada semana iba a la psicóloga, habían pasado dos meses de ello, y por más de que habían días que el castaño tenía una recaída, Pedrito estaba ahí para él.

Se encontraban en stream jugando cuando aquello pasó, alguien del chat había preguntado qué le parecía la relación que mantenían Rodrigo e Iván, porque después de todo, era una noticia que aún seguía siendo reciente y más cuando Robleis jamás había hablado acerca de ellos. Simplemente lo habían etiquetado como "El ex de Carrera", etiqueta que quería ignorar a toda costa.

— Chat, ya dije que no voy a hablar de eso, son cosas personales y privadas.

"Por qué ya no juegas con Carre? Siguen peleados? Saludos desde Uruguay"

Los bits sonaron en los oídos de los presentes, pero antes de que Pedrito dijera algo, Tomás habló primero.

— ¿Por qué asumen que él y yo estamos peleados? No lo estamos —. Su vista comenzó a desviarse al chat seguidamente, leyendo lo más que podía. Su pierna izquierda había empezado a moverse sin parar y su labio inferior estaba atrapado entre sus dientes. "Spreen te robó al novio xd" leyó, y aquello fue suficiente para salir del juego.

— Rob... — Pedrito susurró, apoyando la mano sobre su rodilla que se movía inquieta.

— Bueno, como veo que no le están prestando atención al juego, voy a cenar junto a Pedrito porque me muero de hambre —. El castaño estiró sus brazos, despidiéndose del stream lo más rápido posible para apagar la cámara y levantarse del setup.

— Rob, ¿querés que pida un Burger?

— No... Se me quitó el apetito, mejor voy a acostarme un rato. Pedí para vos solo —. Murmuró con la voz apagada. El rubio se levantó y lo siguió, tomando su mano para detenerlo.

— Tenés que cenar ¿si? Podemos ver una película o una serie mientras tanto ¿qué te parece? — El castaño lo pensó un rato, pero terminó aceptando entre suspiros.

Ambos se acostaron en la cama de Tomás. Pedro buscaba entre las portadas qué podrían ver mientras esperaban el pedido, ambos habían decidido en ver algo de terror, por más de que al rubio no le gustara mucho la idea, pero Tomás había insistido.

La película había comenzado, pero Robleis no podía soltar el celular viendo las notificaciones de sus redes sociales, se sentía ansiososo.

— Tomi —. El nombrado levantó la vista, el televisor estaba en pausa. — Dejá el celular, no vas a ver la peli si no lo soltás.

— Pero es que...

— Mírame —. El rubio lo tomó de sus mejillas, obligándolo a mirarle. — No hagas caso a los comentarios negativos, no aportan nada en tu vida ¿si? Solo quedate con las personas que te siguen y apoyan cada día, esas personas son las que valen la pena —. El castaño asintió despacio, bloqueando su celular y dejándolo en la mesita de luz. El rubio sonrió ante la acción.

Tomás volteó a mirar a su amigo cuando este volvió a ponerle play a la pantalla. Hace un mes, o semanas, la verdad no sabía con esa exactitud en qué momento había florecido un sentimiento cálido sobre su pecho, que crecía más y más con el transcurso de los días. Pedrito era su mejor amigo, la única persona en quien confiaba, con quien podía estar horas y horas a solas, y no sentirse sofocado, podían estar en silencio y no sentirse incómodos, lo hacía reír, lo cuidaba, era atento y amable con él todo el tiempo.

¿Cómo había permitido que su brote haya crecido tanto?

— ¿Rob? ¿Qué tanto me mirás? ¿Tengo algo en la cara? — El rubio llevó su diestra hasta su propio rostro, tocándose en busca de alguna anomalía, pero al no sentir nada, levantó una ceja juguetón. — ¿Qué pasa? ¿Acaso te gusto? ¿Querés besarme?

— Sí —. Respondió el castaño sin pensarlo, hipnotizado por los ojos cafés tan brillantes que el adverso poseía. Se acercó lentamente, bajando la vista hacia sus labios, los cuales el rubio mantenía semiabiertos por la respuesta tan inesperada.

— Tomi... — Susurró el más alto, sin saber muy bien qué hacer o cómo reaccionar, simplemente se quedó estático en su lugar.

El timbre resonó en toda la casa, alejando al castaño, quien entró en razón inmediatamente. — ¡Yo voy! — Alzó la voz, levantándose rápidamente de la cama para buscar el pedido.

El corazón de Pedro latía tan fuerte dentro suyo que sus mejillas comenzaron a arder por temor de que alguien lo escuchara. Eso no podía estar pasando, ¿o sí? ¿Realmente le gustaba a Robleis o solo fue una simple broma de esas que siempre hacía el castaño? Tenía tantas preguntas que no saldrían de su boca tan fácilmente.

—「 🍷 」—

OPA, OPA.

última actualización por hoy, nos vemos mañana o pasado. <3

– L.

🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL T.2 ⌟ ⊹˚ ᵖᵉᵈʳᵒᵇˡᵉⁱˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora