› : FINAL ALTERNATIVO.

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Al no recibir respuesta por el otro lado, la ansiedad e impaciencia del castaño aumentaban a cada segundo. — ¡Por favor diga algo!

— El señor Parnenzini tuvo un accidente automovilístico, está siendo atendido en urgencias, por favor llegue cuanto antes.

Tomás llegó lo más rápido que pudo hacía la clínica, casi gritándole a la recepcionista el nombre de su pareja para que le dijeran donde estaba ubicado. Cuando llegó a la habitación, corrió hasta la camilla.

— ¿Tomi? — Escuchó en un susurro débil su nombre.

— Acá estoy, corazón, acá estoy —. El castaño se acercó a tomar su mano, dejando besitos sobre el dorso de esta.

— Creo que tu bebé tiene un pequeño rasguño... — Tomás soltó una risa, con los ojos cristalizados.

— Lo importante lo tengo frente mío —. Recostó con suavidad la cabeza sobre su abdomen, sintiendo las caricias sobre su cabello. — ¿Qué te duele? ¿Estás bien?

— Estoy bien, Rob, solo me fracturé el brazo izquierdo y me lastimé el labio. De ver la sangre me desmayé y por eso estoy aquí —. El rubio sonrió débilmente. — No me pasó nada grave, amor, no te preocupes.

— ¿Cómo pasó? — El más alto soltó un suspiro.

— Luego de que cortaste la llamada, quise poner música y no presté atención al camino... — Desvió la mirada algo avergonzado. — Me repetís cada día que preste atención y mirame ahora —. El castaño soltó una risita, negando con la cabeza.

— Que te sirva como lección —. Besó nuevamente su dorso antes de mirarle a los ojos. — Casi me das un infarto, ¿sabés?

Antes de que el rubio respondiera, un médico entró a la sala con unos papeles en la mano.

— Vais a tener que disculparme por interrumpiros, pero necesito que el señor Parnenzini firme unos papeles para darle de alta. Las ecografías salieron todas en perfectas condiciones, a excepción del brazo izquierdo, pero se recuperará pronto, así que no os preocupéis por ello —. El médico sonrió, entregándole los papeles junto a una lapicera al más alto.

Tomás observaba como su pareja leía y firmaba con tanta concentración que sonrió inconscientemente, se veía adorable.

— Perfecto —. El médico retiró los papeles y le sonrió a ambos. — Dentro de media hora podéis retiraos, pasaos antes por recepción para que os entregue unos medicamentos que el señor Parnenzini debe tomar durante su recuperación.

— Muchas gracias por la atención —. Agradeció el castaño antes de que el médico se retire.

Pasada la media hora, la pareja se retiró llamando a un Uber para que los recogiera en el hospital y los llevara hasta la casa. Robleis tendría que ponerse en contacto con el seguro y hacer uno que otro papeleo, su coche había quedado destrozado en la parte delantera, soltó un largo suspiro, abrazando al más alto cuando ambos estuvieron dentro del hogar.

— Ya estás en casa... — Murmuró más para si mismo que para el adverso.

— Otra vez quiero disculparme por el daño que le hice a tu coche, ¡Te juro que voy a pagarlo yo! No tenés que pagar nad-

— Shh... — El castaño seguía abrazado a su pareja, no quería soltarle. — Ya te dije que no me importa el coche, me importás vos —. Subió la mirada para observarle sonriendo, pero su semblante cambió de inmediato. — No vas a ir más al Super, voy a ir yo.

Pedro soltó una carcajada y Tomás le miró confundido, él hablaba muy en serio.

— ¿No me vas a dejar salir entonces? — Preguntó el rubio burlesco, besando con dulzura su frente.

— No, solo conmigo, sos un peligro —. El más alto rodó los ojos, negando con la cabeza.

— Sos un exagerado...

— ¡Mirá si pasaba algo peor!

— Pero no pasó —. Acarició la mejilla del castaño con su diestra. — Estoy acá.

— Pedrito... — Lágrimas empezaron a desbordar los ojos del más bajo. — Te juro que si te pasaba algo... Y- yo... No sabría qué hacer...

— No pensés en eso, vení —. El rubio lo guió hasta los sofás de la sala principal, sentando al castaño sobre su regazo para que este se abrazara a su cuerpo sin problemas. — Te dije que nada ni nadie nos va a separar, solo fue un accidente que no ocurrirá otra vez, voy a prestar más atención ¿si? — Sintió el moviento de su cabeza en un asentimiento y sonrió para llenar de besos las mejillas del castaño, las cuales se encontraban húmedas por el llanto.

Ambos se quedaron allí durante un largo tiempo, donde el rubio le sacaba una que otra carcajada al más bajo y viceversa, era un ambiente realmente acogedor, a Robleis le agradaba la idea de pasar el resto de su vida así, junto al chico más importante que tenía a su lado, por fin podía decir que tenía su tan esperado final feliz.

—「 <3 」—

hola, buenas tardes, ahRE.

SE QUE APARECÍ DE LA NADA, pero tengo un tkk que lo explica, ah, bromis, pero me pasaron muchas cosas en mi vida personal, MUCHÍSIMAS, vivo en una telenovela, pero en fin, acá está el final alternativo que prometí, tarde pero seguro, espero les haya gustado esta segunda temporada que hice con mucha ilusión.

gracias a las personitas que leyeron en un pasado y a las nuevas, nos veremos en algún momento con otras historias. <3

– L.

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🈀۪ ; ⌜ ALCOHOL T.2 ⌟ ⊹˚ ᵖᵉᵈʳᵒᵇˡᵉⁱˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora