Capítulo 9: De rodillas.

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Le dije a Alex si deseaba desayunar y contesto muy ansioso asintiendo de forma frenética. Me levanté y por suerte a todo mi mamá nos había hecho el desayuno antes de irse, que linda mi mamá. Lo calenté un poco y me tomé la dedicación de hacer café para acompañar. Lo llevé al cuarto y nos sentamos frente a frente para comer y charlar un poco.

- ¿Por qué crees que Daniel se habrá ido?- preguntó con un bocado en la boca que me dificultó saber que decía, pero lo terminé entendiendo.

- No lo sé. Sabes que él es así de misterioso y alocado. Seguramente nos escribirá luego diciendo que no quería despertarnos y que no quería que lo cuidáramos para no enfermarnos- Contesté tomando café. Recordé un par de cosas que Daniel hacía que definitivamente apoyaban a mi teoría de que era misterioso, pero de buen corazón.

-Bueno, sí. Seguramente lo hará. - tomó un sorbo de café mientras yo pensaba en el pasado, para que Alex me despejara nuevamente. - Y, ¿qué hacemos ahora?- Preguntó limpiándose con unas servilletas; ya desayunó y apenas yo estaba a la mitad.

-Ahora irás al fregadero a llevar eso y yo terminaré mi comida - Ordené de forma sarcástica mientras daba vueltas a mi mano.

Alex se acercó y me besó el cuello, subió hasta mi oreja y respiró levemente haciendo que mis pelos se pusieran de puntas. Pasó su lengua por mi oreja y me susurró -Gracias por traerme el desayuno a la cama, no hacía falta.- al terminar salió de cuarto y podía escuchar como abría el grifo para poder lavar su plato. Mientras que yo estaba muy aturdida y sonrojada por su acto. Es desesperante cuando hace algo así porque hay 2 partes de mi ser:

1. SIGUE. 

2. DETENTE.

Y me hace quedar en la disyuntiva de cuál decirle; supongo que la vida no es tan fácil. Y a todas éstas extraño a Daniel, dónde estará, pero si estuviera aquí apuesto lo que sea a que me volverían loca y no por demencia, no. Claro y por supuesto que no, sino de absoluto y delicioso placer. Terminé de comer mientras veía a la nada como una completa tonta y lleve el plato al fregadero y Alex estaba terminando de fregar.

-Ay, ya terminé. ¿Podrías?- pregunté con un puchero para que fregara mi plato también. -Claro- sonreí muy feliz - Con una condición...- Ay, no. Esto es malo...

-¿Qué cosa?-

-Stella...de rodillas- Ordenó

-¿Qué?- Entre en una crisis en esos momentos... Estaba muy curiosa. Cerró el grifo y sus mano mojadas tomaron mi cintura y mentón.

-Ya me oíste, te quiero de rodillas- ese tono otra vez... Me fascina...

Bajé un poco, pero el no me dejó y me hizo una seña de que en el cuarto y que lo esperara de esa forma. Fui a mi cuarto y cumplí con la orden de Alex. Me intimidada, sin embargo no era algo que me disgustara. Era muy emocionante.

El susodicho entro a la habitación y estaba muy serio tanto que pensaba que me regañaría, no tengo idea de porqué lo haría pero me daba esa sensación... Se quitó su camisa y quedó así frente a mí. Estaba con la garganta seca de tanto tragar saliva y deseaba algo de agua.

-Alex...- Se puso a mi altura y claramente quería mi respuesta a su llamado. - ¿Podrías darme agua? Es que tengo algo de sed.- se levantó y a los segundos trajo un vaso, extendí mi brazos hacía arriba, pero empezó a tomársela. - HEY, YO QUIERO- él dejo el vaso a un lado y estaba a mi altura nuevamente, me besó y pasó agua de su boca a la mía. Quería despegarme... Pero por otro lado, agua. Nos separamos y nuestra respiración era inestable.

-Te deseo, Stella- Me beso nuevamente y me quitó mi camisa dejándome en sostén. Yo en desesperación quise levantarme y estar en la cama, aunque Alex no me daba la tarea fácil. Me tumbó al suelo sin hacerme daño y se montó sobre mí. -¿Por qué? ¿Por qué me pones de esta forma?- Preguntó mientras me quería dejar sin sostén y sin ropa, básicamente.

Me dejó desnuda en el piso y estaba muy avergonzada por toda la situación. Él notó esto e hizo algo que yo no esperaba... Se levantó y se quitó su short... Seguido de esto su bóxer. Quedando como su madre lo trajo al mundo... OBVIO, ME REFIERO A TOTALMENTE DESNUDO. No paraba de verlo a él y a su.. amiguito, más bien, amigote. Ya va, pero no está mal decir la palabra pene, ¿no? Claro que no, así que lo diré. No paraba de ver su pene... Pero ya va, esto significa que tendremos... ¿SEXO? No estoy preparada, Alex y yo somos vírgenes... Y ahora que lo recuerdo Daniel igual... SOMOS EL CLUB DE LOS VÍRGENES.

Volvió a estar sobre mí y al bajar su pene rozó mi vulva... Y jadee al tacto, mientras que Alex solo sé ponía más duro.

-¿Quieres que... Sigamos?-

-Alex... ¿Tendremos sexo?-

- Emmm... No. A menos que tú... Quieras.-

-No estoy preparada para esto- Me refería claramente a su verga. Cómo iba a estar preparada para meter semejante cosa en mí. Y no porque lo considerara algo asqueroso... Es que no sé si entre todo... Madre mía, ¿Daniel como la tendrá? ¿Será igual de grande? Espera... Espera un segundo ¿Qué me pasa? Esto no debería estar preguntándolo.. Aunque tal vez si sea igual de grande... Y creo que con paciencia si entra... Entrar... Y ¿entrará en mi boca?

- Si quieres nos vestimos- Sugirió, pero yo no quería. Ok, esto no eran mis planes. Yo quería hablar y preguntarle cosas sexuales. NO HACER COSAS SEXUALES...Aunque no está mal...

-No... O sea, no debemos tener sexo... Pero podemos besarnos así... Desnudos- lo besé por iniciativa y lo obligué a sentarse y yo sentarme en sus piernas, su pene paso a golpear mi ombligo cada que temblaba de emoción. Adoro besarlo, pero el oxígeno deseaba entrar en mis pulmones y nos separamos dejando un gran hilo de saliva salir y cayendo una gota en el pene de Alex.

Él procedió a bajar su mano a mi vagina y a masajear muy suave mi vulva, alcé mis caderas para que esto fuera más fácil para ambos; quería estallar en placer, pero me contuve. Luego metió un dedo en mí y yo gemí muy fuerte por esto... Era muy rico que me tocaran. Si esto seguía así, me iba a volver adicta a esto. Después quiso aumentar el sonido de mis gemidos porque metió 2 dedos y aumentó la velocidad. Yo solo me movía de arriba abajo sobre sus dedos, mientras me imaginaba como sería si... Bueno, ya saben. Miré hacía abajo y el pene de Alex deseaba que le dieran atención. Así qué, lo tomé y empecé a moverlo igual que mis caderas muy lento, esto era nuevo. Ambos quedamos impactados, yo por la explosión de éxtasis y él por ver lo que yo hacía. Aumenté la velocidad de mi mano mientras él seguía enfocado en mi entrepierna.Esto siguió un rato más, junto a nuestros jadeos y gemidos que inundaban mi habitación. Hasta que acabamos casi al mismo tiempo, yo fui la primera, dejando caer todo sobre su mano y unos minutos después él acabó sobre mi mano y mi barriga. Hizo un desastre... Ambos hicimos un verdadero desastre. Lo miré, le otorgué un pequeño beso y sonreí y él solo estaba sonrojado a morir por lo ocurrido... Me gusta esto.

Mientras tanto en mi celular había llegado un mensaje.

Daniel: Hola, peque. Lamento haberme ido así. Ven mañana a mi casa y te lo compensaré. Si quieres invita a Alex... Los quiero.

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⏰ Última actualización: Mar 10, 2022 ⏰

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