—Disculpa haberte tratado tan mal —hablo mientras miro la crema que queda en la tina mientras caminamos fuera de la heladería.
Tomioka terminó su turno mientras yo comía mi helado y decidió ayudarme con las bolsas del mercado.
—Está bien. Debiste haber tenido tus razones.
Él intenta sonreírme de manera amable, pero niego.
—Una actitud así no es justificable.
Un pequeño sentimiento de culpa se instaló en mi pecho.
—Está bien —Su tono había pasado a ser mas apagado.
—No lo está. ¿Quieres ir a cenar a mi casa para recompensarte?
—Es que debo llegar a mi departamento o la persona que me lo alquila me correrá y... —habla un poco inseguro. Pareciera que si quiere ir.
—¿A qué hora debes llegar? —Pregunto.
—Antes de las doce —Dice mirándome—. ¿Por qué?
—Te llevaré antes de la hora. Tengo carro.
Le sonrío sin mostrar mis dientes.
—¿Estás segura?
Hago un ruido de afirmación mientras él observa el suelo.
Luego de un largo silencio incomodo, hablo—: Entonces... ¿Quieres ir el lunes a tomar un helado?
—Supongo que está bien —dice con amabilidad.
—¿Te parece si vamos a una heladería alejada de la ciudad? —pregunto sin dar explicaciones y, al ver si cara agrego—: Vale la pena ir, hay helados de pollo frito. Suena raro, pero sabe bien —hablo emocionada.
—Por mí está bien.
Todo el camino intenté sacar conversaciones pero lo único que obtuve fueron respuestas secas.
Pienso realmente en si fue buena idea traerlo conmigo a estas alturas.
Llegamos a mi departamento más rápido de lo que esperaba. Subimos y entramos.
—Bueno, este es mi departamento —digo al abrir la puerta—. Eres bienvenido. Quítate los zapatos antes de entrar y ya puedes hacer lo que quieras.
Sonrió hacia él y por primera vez en cuanto lo he visto, parece que sus ojos tienen expresión.
Esta vez se ven con vida y cálidos.
Sus labios se curvan en una pequeña sonrisa y yo disfruto eso.
Comienzo a hacer la cena mientras Giyuu desempaca las cosas de las bolsas.
Yo le indico donde va cada cosa mientras preparo la masa de los pancakes y arreglo mi cocina.
—¿De dónde eres Giyuu? —pregunto mientras vierto la masa de pancakes en el sartén caliente.
—Soy de Japón, vine a estudiar aquí porque me queda un poco más fácil aprender inglés que estudiando allá —Mientras habla, mueve sus manos—. Además, aquí está más cerca de Argentina. Por lo que se, Argentina es un país con arquitectura hermosa.
—¿Estudias arquitectura?
—Así es —expresa orgulloso.
—Suena a una gran carrera —digo mirando las burbujas del pancake—. Yo pensé estudiar arquitectura, pero me da pánico la física y la matemática.
—No soy la mejor persona en matemática —acomoda el último producto en la nevera mientras habla y se sienta en la mesa, frente a las flores que me había dado hace unos días—. Shinobu y Rengoku son mucho mejores. Ellos intentan enseñarme, la verdad los quiero mucho.
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Orange & blueberry muffins (Giyuu Tomioka)
FanfictionNo recuerdo la última vez que sonreí sin taparme la boca, o sonreí de verdad. Honestamente no lo recuerdo. Me siento muerta por dentro, y se que nadie volverá a salvarme, no esta vez. Un pelinegro un día llegó a la puerta de mi casa, preguntando si...