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❝Magnus Bane❞


Después de haber escoltado a Jace a la Ciudad Silenciosa, Mirko se dirigió hacia su habitación asignada para intentar descansar. Pocas veces dormía, pues sus sueños no eran más que vagar en las nubes, sin nada emocionante. Todo era repetitivo y monótono que prefería no dormir. Deshacerse de sus prendas era un alivio, pues se quedaba con una camiseta blanca y un pantalón gris algo desgastado; podía estar descalzo y ligero en sus horas de dormir.

Eras sus horas de plena libertad.

Y cuando dieron las 3 de la tarde, fue cuando su hermano lo fue a buscar para ordenarle que hiciera algo útil. No había descansado por más que cerrara los ojos y se quedara tranquilo, no podía recuperar la energía arrebatada de la noche y parte de la mañana.

Mirko se encaminó a la cocina para comer algo, o al menos, buscar algo que hacer. Sabía que los chicos sólo comían comida rápida por la multitud de empaques de comida china en la mesa, ya que Maryse no estaba para cocinarles algo. Mirko no era experto en eso, pero había aprendido algo en cada Instituto en el que estuvo.

Examinó cada rincón de los estantes, encontrando diferentes latas de comida y algunos vegetales y frutas en el refrigerador. Dio un suspiro y comenzó a improvisar con lo que había. Se tomaba el tiempo para observar cocinar a Ágatha en el Instituto de Londres, platicando con ella y cubriendo a Will que se robaba algunos postres de chocolate.

Mirko seguía sin creer que a Tessa no le gustara el chocolate.

━ Hola━ habló alguien a su espalda.

El ángel se giró para mirar a Alexander parado en la entrada, con un suéter gris opaco y un pantalón de dormir, descalzo y con la maraña de cabellos negros completamente revueltos. Parecía más joven de lo que era, y más tierno para la vista de Mirko.

━ Hola, joven Alexander━ saludó con amabilidad, para volver a la olla en el fuego━. ¿Dormiste bien?

A Alec le tomó unos minutos responder, pues se quedó atentado por el aroma tan delicioso de lo que sea que Mirko estuviera cocinando.

━ Sí, de hecho sí━ admitió, acercándose a la cafetera━. ¿Puedo hacerte una pregunta?

Mirko realizó un sonido como modo de afirmación mientras cortaba algunas zanahorias.

━ ¿A dónde llevaron a Jace? ¿qué ocurrirá con él? ━ cuestionó, con notoria preocupación plasmada en su voz.

━ Lo escolté a la Ciudad Silenciosa, por ser un insolente con la Inquisidora━ respondió a sólo una de las preguntas.

Alec había olvidado que Mirko tenía un sentido del humor un poco raro, del cual no lograba adaptarse. Podía ser tranquilo, pero su tono juguetón también estaba presente; y una de sus bromas era ser muy literal ante lo que le dicen.

━ ¿Puedo hacerte otro par de preguntas? ━ volvió a hablar, con una sonrisa esta vez curvada en sus labios.

El chico ángel soltó una risita para después mirar al pelinegro, quien ya tenía su taza de café en manos. Asintió con la cabeza y echó algunos condimentos al caldo, o lo que sea que estuviera en la olla.

━ ¿Cuánto tiempo pasará ahí?

Mirko se lo meditó un rato, limpiando sus manos con uno de los trapos. Se recargó en la mesa a un lado de la estufa y miró a Alec.

━ Una noche, y antes de que lo cuestiones, está solo en las celdas.

━ Eso es un alivio━ la preocupación había disminuido para el chico.

¹El color de tus ojos || TMI || Alec LightwoodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora