Capítulo X

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La noticia pareció no asombrar a Albus Y Minerva, ambos se encontraban felices de que por fin estuviéramos juntos pero nadie había más feliz que yo sin duda....

Ese mismo día viajamos a Estambul y desde entonces estamos aquí...

Desde el balcón de mi habitación podía ver la luna con la mejor vista que existe en la ciudad, estos son los momentos que ocupo para reflexionar sobre algunas cosas que aún dan vueltas en mi cabeza ¿cuando vendrán los Carrow? ¿Quien es Vodrak en r...

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Desde el balcón de mi habitación podía ver la luna con la mejor vista que existe en la ciudad, estos son los momentos que ocupo para reflexionar sobre algunas cosas que aún dan vueltas en mi cabeza ¿cuando vendrán los Carrow? ¿Quien es Vodrak en realidad? ¿Quien mato a mi querido abuelo?, mientras lo hacía Severus llegó para abrazarme al cintura por detrás.

-¿te encuentras bien?- pregunto

- Sí, sólo estoy reflexionando y ¿tu como te sientes?

- Nunca había estado en Estambul, la casa es hermosa y la ciudad también pero hay algo que estoy disfrutando mas....

- ¿que es?

- Tu compañia, por fin puedo tenerte como siempre quise.

- ¿cariño puedo preguntarte algo?- le dije volteandome.

- Si -

- Todo el tiempo que hemos estado aquí tu no haz querido compartir la cama conmigo, acaso ¿no te gustó? o ¿te desagrado? -

- Que absurdo, por supuesto que no, tu me fascinas Farah, te respeto y creo que tu abuelo no habría querido que compartieras cama con alguien que no es tu esposo.

- Amo al abuelo, pero son otros tiempos y el hecho de que estemos juntos no nos quita la oportunidad de casarnos.- dije acariciando su rostro.

- ¿Tu de verdad quieres casarte conmigo?

- Si! En algún punto claro que si, quiero que nuestra boda sea aquí, me encanta Londres pero tengo la firme creencia de que los espíritus de mi familia bendecirán nuestra unión si lo hacemos donde nací y donde siempre fue nuestro hogar, pero ya llegará el momento de hablar de eso, ahora quiero que me beses...

- Con gusto.... -

Severus comenzó a besarme con tal pasión, como si fuera a devorarme, mientras más intensos se hacían sus besos, yo me pegaba más a su cuerpo, sus manos se aferraban a mi cintura como anclas para no ir más allá, lleve mis manos a las suyas y las baje hasta mis glúteos, el los apretaba con fuerza, me cargo y me llevo a una cómoda que tengo frente a la cama, al sentarme mis piernas y mi intimidad encajaban perfectamente con su miembro duro.

Sus besos empezaron a tomar otro rumbo, su manos subieron a mis pechos que ya tenían los pezones perfectamente erectos, el los acariciaba y cuando su boca llegó a ellos bajo mi camison para verlos desnudos y tomarlos con su boca, cuando lo hizo fue la sensación más placentera de vida, era tan glorioso que yo lo pegaba más a mi mientras gemia del placer.

Se alejó de mi para despojarse de la ropa que ya estorbaba a ese miembro robusto y perfecto, parecía que en cualquier momento rompería el pantalón, yo lo contemplaba extasiada, ya no quería esperar más para que entrará en mi, me quite lo que quedaba de mi ropa de dormir y por primera vez estaba completamente vulnerable ante ese hombre que me haría completamente suya.

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