Capítulo 18

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 18:

Acostada boca abajo, abrazada fuertemente a su cintura y sintiendo el tacto cálido de los dedos de su acompañante acariciar una y otra vez su espalda desnuda, cerró los ojos ya agotada sintiendo un calor inusitado en su interior... se sentía extraña, realmente extraña y no era el hecho de que hubiera hecho el amor con Inuyasha... esto implicaba algo más... podía percibir una esencia nueva... algo nuevo en ella... Antes de perderse en un profundo sueño un beso en la sien fue lo que sintió, para luego quedarse dormida.

Una luz rosa entre la oscuridad brilló con todo su fulgor y ella posó su mano en la frente como queriéndose proteger de ella. La luz fue tornándose cada vez más oscura, aterradoramente oscura hasta que, asustada, sacó la mano de la frente y miró directamente aquel tétrico fulgor. La perla de shikkon levitaba en el aire y era tan negra como la noche... una perla tétricamente maligna que la hizo caer de rodillas sintiendo un dolor infinito en el corazón. Se llevó ambas manos a su pecho como queriéndolo apaciguar, pero el dolor era cada vez más extremo y sintió que ya no podía respirar...

- ¡Ah!

Inuyasha abrió los ojos rápidamente al escucharla despertar. Kagome se encontraba sentada en la cama, sudada y con el rostro contraído.

- ¿Kagome?

La muchacha tenía la vista perdida y respiraba agitadamente, al parecer no lo había escuchado. El muchacho se sentó en la cama y la abrazó por la cintura, besó su cuello y al sentir de pronto los labios cálidos de él despertó de lo que parecía una abstracción al mundo real. Volteó mirándolo aún asustada.

- Tuve... - Musitó apenas mirándolo directamente. Lo vio arrugar el ceño, preocupado.

- ¿Otra pesadilla?

El corazón aún lo tenía desbocado en su pecho y no fue capaz de responder, no deseaba asustarlo aunque sabía que estaba preocupado, ese era el mismo sueño que anteriormente había tenido. Inuyasha la obligó a recostarse nuevamente en la cama al tiempo que la abrazaba fuertemente. Kagome se acurrucó junto a él como un bebé y aprovechó de darle pequeños besos en su pecho.

- No te preocupes, no es nada.- Mintió aspirando el aroma varonil que la embargaba completamente. El chico besó una vez más su sien y Kagome cerró los ojos dejándose acariciar de esa manera tan sutil y tierna que la hacía sentir totalmente protegida y segura. Trató de recobrar el sueño nuevamente, aún estaba oscuro y había tiempo para recuperar el sueño y el descanso que ambos requerían. Vio a Inuyasha cerrar los ojos y en ese instante ella aprovechó de llevarse las manos hasta la perla que ahora colgaba de una fina cadena, la miró preocupada, preguntándose si en verdad era un sueño premonitorio, lo que había tenido.

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Los tibios rayos del sol traspasaron los grandes ventanales de la habitación del segundo piso. Kagome abrió los ojos lentamente, poco a poco y se incorporó apenas tapándose con la sábana su cuerpo desnudo. Se agitó asustada cuando al voltear de frente, un hombre la miraba extasiado desde el borde la cama.

- Sessho... Sesshomaru- Musitó mientras sentía la sangre agolparse de pronto en la cabeza y un calor horroroso en las mejillas. Se tapó con la sábana hasta los hombros preguntándose turbada qué diablos hacía el hombre en la habitación y donde demonios estaba Inuyasha. El hombre se levantó y caminó rodeando la cama hasta ella, que lo miró despavorida. ¡Qué incómoda situación! ¿Y por que él no se iba?

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