Capítulo 22: Final.

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DISCLAIMER: Los personajes no me pertenecen pero la historia sí, por lo que NO AUTORIZO para que esta se modifique o publique en otro lugar. Sólo publico en Fanfiction y Wattpad, si encuentran mis historias en otros lugares y con otros personajes que no sean de Inuyasha entonces es PLAGIO.

Capítulo 22:

Kagome lo miró despavorida, sus ojos inocentes demostraban ante el detestable hombre el miedo que de pronto la embargó. Se incorporó levemente sobre el asiento, mirando por sobre Naraku que sonreía abiertamente mostrando su blanca dentadura y viendo a Inuyasha que aún se revolvía en el cemento. Esa imagen le causó más pánico que el destino de su propia persona.

- Ya vámonos- Dijo con voz potente el hombre al tiempo que chasqueaba los dedos. Los dos que iban adelante rieron de buena gana cuando pasaron sobre la motocicleta dejándola totalmente destrozada sobre la calle. El ruido del pequeño vehículo destrozado, junto con el rechinar de los neumáticos, hizo que Kikyo saliera a mirar afuera para ver qué sucedía. Desde lo alto de las escaleras del templo vio al joven chico más muerto que vivo y corrió en su ayuda.

- Kagome... Kagome... - Murmuró casi en estado de delirio. Kikyo se agachó hasta él y le tomó la cabeza. El chico intentó levantarse al sentir las manos de la mujer sobre su cara, tratando de limpiar la sangre que aún brotaba de sus rotos labios.

- Tranquilo... tranquilo... – Respondió suavemente Kikyo. Inuyasha apoyó ambas manos en el cemento y levantó la cabeza pero las fuerzas de sus brazos fallaron y quedó nuevamente tendido en el suelo. Kikyo puso la cabeza del muchacho sobre su regazo mientras limpiaba la sangre.

- Kagome... debo ir...

- ¿Kagome? ¿Qué sucede con ella?- Recién en ese momento ató cabos de lo que había sucedido. Sus ojos se posaron con un poco de inquietud sobre la motocicleta a mitad de la calle y luego miró seriamente a Inuyasha.- ¿Le pasó algo?

- Naraku... maldito...

Kikyo detuvo en seco su maniobra de limpiar la sangre. Lo miró abriendo de par en par los ojos.

- ¿Naraku? Dices... ¿Naraku estuvo aquí?

Inuyasha cerró los ojos y en su mente se agolparon los últimos sucesos. Él esperando a Kagome y luego, el secuestro.

- Maldición- Se dijo lleno se rabia entre dientes- la culpa... es de Sesshomaru...

Kikyo se levantó lentamente y lo miró asustada.

- ¡¿Dónde esta Kagome?- Preguntó incrédula. Él la miró por primera vez, la verdad es que hasta le sorprendía un poco la reacción de la hermana mayor de Kagome. Ella lucía bastante preocupada.

- Él se la llevó... – Inuyasha se levantó al fin tambaleando un poco y se llevó las manos al estómago, mientras pasaba una vez más la manga de su chaqueta por los labios, quitando restos de sangre.- y todo... es por la culpa de ustedes... tú y Sesshomaru...

Ella respiró profundamente.

- ¡Qué diablos tengo yo que ver en esto!

El chico dirigió su mirada hasta la calle, donde yacía su motocicleta.

- Venganza... es eso lo que el maldito cobró.- Sus ojos dorados se clavaron con rabia e impotencia sobre los de Kikyo, que intentó mostrar que a ella esa mirada no le intimidaba, pero no soportó mucho y desvió la vista, hacia lo alto de las escaleras del templo.

- Llamaré a la policía- Subió presurosa los escalones dejando al muchacho aún con el recuerdo de ver a Kagome en manos de un maldito que él conocía bien hasta dónde era capaz de llegar.

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