-¡Larga vida a la reina Lena!- daban voces efusivamente los habitantes del reino Lerzalis, tras la coronación de su nueva reina.
En los últimos días el Rey Alexander Luthor, murió tras un enfrentamiento con el reino vecino, ubicado al lado oeste. Siendo su muerte un impulsivo para que sus tropas arremetieran con más fuerza. La victoria dejo el reino vecino gobernado por la corona de la nobleza Luthor, de quién solo queda del linaje de Lionel, Lena, su hija menor.
Una mujer de veinticuatro años, piel blanca, cabellera negra, ojos verdes a simple vista, pero con una pequeña dualidad verde y azul. Como la llamaban sus ahora difuntos padres, un regalo creado por las mismas manos de los dioses. Su belleza y elegancia, resaltaban a donde fuese. Muchos caballeros quisieron pedir su mano, algunas doncellas también llevaron flores, pero en sus planes no estaba casarse aún, mucho menos cuando guardaba la pequeña ilusión de sentir un amor tan genuino como el que solía leer en sus libros.
-Su majestad- entro un hombre joven haciendo una pequeña reverencia.
El trono real donde descansaba la reina, era en mármol, telas rojas y acolchadas lo vestían, detalles en oro cubrían la parte superior. Igual que el trono vacío al lado izquierdo. El espacio era iluminado por la luz que se filtraba por los grandes ventanales bañando de claridad no sólo a la reina, si no también las grandes bigas redondas encargadas de sostener el castillo. Un par de arreglos florales, hechos con la flor favorita de su majestad Lena, plumerías, simulaban un camino al trono.
-Lord Matthews- sonó la voz de la reina por todo el salón.
La mano derecha de la reina, su consejero, Mike, heredero del puesto una vez su padre enfermo. Quien aunque tratara de solo mantener su puesto como consejero real, se le dificultaba no echar un par de comentarios graciosos con Lena, ya que antes de sus puestos. Cuando Mike era solo el hijo de la mano derecha de Lionel y luego de Alexander, y Lena solo una princesa, ellos eran y aún lo son muy buenos amigos. Muchos veían un futuro comprometedor entre los jóvenes, algo que les causaba risa una vez se alejaban de las miradas y los rumores, pues nunca se vieron de esa manera.
-Traigo noticias de la Mesa del Consejo Real- carraspeo un poco- puesto que su próximo cumpleaños número veinticinco se cumplirá en ocho meses, y tal como la ley lo exige todo rey o reina de Lerzalis, debe haber contraído nupcias para esa edad, o la corona pasara a otro miembro de la familia en este caso Bernardo Rojas, primo lejano de su padre. Se aconseja que.
-Sí, ya sé todo eso.—interrumpió- ¿Cuál es su consejo? No lo que opinen ellos.
-Reina Lena, yo he pensando en ello. Y me di al trabajo de investigar. Debería conocer a la nobleza de los reinos vecinos, ya que nadie con estatus en el reino ha llamado su interés; ni en el territorio en general, puesto que el estatus le es cosa mínima.
Dicho esto y dando un poco más de información a la reina, Lord Matthews se dirigió al reino del esté. Allí al hablar con los reyes, dijeron que su hijo ya había dado su palabra a la hija del Marqués de ese mismo reino. El príncipe Barry contraería nupcias con la doncella Iris. Extendieron la invitación a la reina Lena, para que acompañase el evento. Sin mucha espera Mike monto su caballo, dirigiéndose al reino del Sur, le costaría unos días llegar.
Lena recibía ofrendas de los aldeanos, quienes la querían mucho, pues aún siendo anteriormente la princesa, nunca tuvo problema en ir con su padre a visitarlos, en sus cultivos, minas, y diferentes negocios. Se sentó con ellos comió y ceno. Lionel siempre enseñó a sus hijos por igual, ambos fueron instruidos para ser buenos lideres del reino. Por ello era uno de los más prósperos por las enseñanzas que venían de generación en generación.
La reina Lillian le enseñó a nunca perder la elegancia, su delicadeza, ni el amor por sus habitantes. Sus padres murieron tras una peste que se extendió por cinco reinos, dejando pérdidas humanas, y económicas, algunos duques o generales de reinos vecinos.
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Érase una vez
FanfictionUna reina, una princesa, el surgimiento de un sentimiento, la diosa de la vida, el fruto de un amor. Historia corta Supercorp AU. No se permite adaptación o traducción sin el permiso correspondiente. Actualización mínimo una vez por semana.