Capítulo veinte

113 9 4
                                    


¿Cuántas vidas tengo?

Capítulo: 20.

Un fic de Ana y Manuela.

*****

*Punto de vista de Tokio.*

Veía a todas las personas que estaban allí, y me sentí sumamente agradecida. Toqué mi vientre y ví como Río me dedicó una sonrisa llena de satisfacción.

Pocos segundos después todos manteníamos una charla muy agradable, hasta que un leve llanto nos hizo detenernos.

—Pero si no ha dormido nada –Se quejó Denver.

—Debe haber sentido que no estaba allí y se ha despertado –Le dijo Mónica en respuesta a su novio– Voy a volver a dormir a Cinci, y así descanso yo un poco también.

Estocolmo se despidió y Raquel con la voz un poco alzada le dijo:

—¡Recuerda que tenemos una cena todos juntos más tarde!

Todos reímos ante ese acto inesperado de la que fue nuestra inspectora.

En ese momento Denver, Nairobi y Lisboa se vieron entre sí y asintieron. Creo que fui la única que lo notó, porque Río estaba charlando con el profesor cosas del embarazo.

—Ey, cariño, ¿No me habías dicho que querías colorear tus dibujos con Helsinki?

—¡Sí! –Dijo Paula enérgica– Hay unos dibujos de mariposas, de hadas, sirenas y...

—¿Y yo qué voy a colorear? –Helsinki la interrumpió, divertido.

—Venga, hombre. Dale vida a la sirena de Paula –Respondió Denver.

—¿Me ayudarías? Por favor –Le rogó la niña.

Vimos como Helsinki fingió pensar su respuesta, lo cual tenía a Paula con una cara de angustia. Luego de unos escasos segundos, Helsinki asintió y la niña lo abrazó.

—Te la encargo –Dijo la madre de la niña mientras le daba un pequeño golpecito en el hombro de quien sería su niñero por unas horas.

Helsinki y Paula se fueron y poco a poco quedábamos menos.

—Sergio, que en la biblioteca hay algunos libros de recetas para la cena de esta noche. Hay varias opciones y están interesantes, ¿Me acompañas a elegir? –Le preguntó Lisboa a su novio.

—Claro, lo que quieras –Le respondió con una sonrisa dulce.

Ambos se marcharon pero antes de desaparecer por completo Raquel se volteó y le guiñó el ojo a Nairobi, haciendo que mi mejor amiga y Denver estallaran en risas.

—¿Ahora me van a decir que coño pasa? –Pregunté.

—Hoy parecen más retrasados de lo normal –Dijo Río.

Sin poder evitarlo solté una carcajada.

—A ver, ricitos de oro, te me calmas ¿Vale? –Dijo Nairobi mientras le apuntaba con el dedo.

—A mí me encantan sus rizos –Confesé.

—Porque estás enamorada –Dijo Denver.

—Y ciega –Completó Nairobi.

Volteé mis ojos en señal de fastidio y ellos sonrieron, satisfechos con mi reacción.

Al cabo de unos diez minutos en donde se debatían por estupideces, Raquel volvió corriendo.

—¿Qué pasa? –Pregunté preocupada.

En ese instante me imaginé miles de cosas, y ninguna era buena. Mi miedo de que le hubiera pasado algo malo a cualquiera de la banda me ponía nerviosa, ansiosa y muy inquieta.

¿Cuántas vidas tengo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora