CAPÍTULO 2

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Por fin estoy en casa y con un vestido en la bolsa, creo que ha sido casi un milagro encontrar algo que me gustara. Saludo a mi madre y subo corriendo a mi habitación para arreglarme. Tengo el tiempo justo para ducharme y arreglarme antes de que Kate y Paul vengan a buscarme.

Después de la ducha me recojo el pelo en una toalla y me dirijo a mi tocador a hacer algo con mis ojeras. Me echo la base de maquillaje e intento hacerme la raya del ojo decente ya que yo nunca suelo maquillarme y doy pequeños saltitos cuando veo que por primera vez me he dejado unos ojos preciosos. Ahora un poco de rimel y colorete y voy al aseo a arreglar mi desastroso pelo, esta noche me lo estiraré.

Me miré al espejo y me quedo asombrada. Llevo un vestido blanco con la espalda descubierta y mis tacones dorados. Guau. Debería de salir más de fiesta.

De pronto llaman a la puerta, tiene que ser Paul y Kate. Abro y ahí está ella, con un vestido negro ajustado que realzan todas sus curvas, unos taconazos y su largo pelo castaño rizado, tan guapa como siempre.
-¡Dios Ana! Estás preciosa, dice con una sonrisa de oreja a oreja.
-Tu tampoco te quedas corta -sonreí-. Espera Kate, voy a despedirme de mamá.
-Te esperamos en el coche, no tardes que Paul se desespera -me dice con una sonrisa-.

Me dirijo al salón y me encuentro a mi madre llorando como una magdalena.
-Mamá, ¿que te pasa? -la abrazo-.
-Esta película es preciosa. -le caen más lágrimas -.
-¿En serio mamá? ¿Titanic? -comienzo a reír-. Eres una dramática. Me voy ya que Kate me está esperando fuera.
-Oh mi niña está creciendo, estas preciosa, pásalo bien cariño.
-Gracias mamá. -me levanto y le doy un beso-.
-¡¡NO HAGAS LOCURAS!! -me grita-
-Y tu deja de llorar loca -le digo riendo-.

Salgo y voy hacia el coche, estoy sorprendida de lo bien que ando con estos tacones aunque también acabo de salir de casa.
-¡Ana vamos o llegaremos tarde pesada! -me grita Kate -.

Me dirijo al coche lo más rápido que puedo llevando cuidado de no caerme y acabar la noche entera en el hospital.

-Hola Paul -le doy un beso en la mejilla -.
-Estás guapisima Ana, como siempre -me dice con una amplia sonrisa-.
-Oye, cuando queráis nos vamos, vosotros sin prisa -dice en tono irónico -. Tengo ganas de bailar hasta que no pueda más.
-¡Allá vamos! -les digo con una gran sonrisa-.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora