CAPITULO 9

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Le envié un mensaje a John para ir a comer juntos y así sacarle algo sobre Cristina y Kevin ya que ellos son amigos. Salí del instituto y ahí estaba parado junto a su moto. Iba con un pantalón vaquero que llevaba un roto en la rodilla, un polo rojo y sus vans negras. En cuanto me vio, una sonrisa se formó en su cara.

-Hola guapa -me dio un beso en la cara y me quedé sorprendida-. ¿Qué? Somos amigos ¿no? -me reí y asentí-. ¿Cómo ha ido la mañana?

-Insoportable. Vámonos ya de aquí.

-Mandona. -me reí y me monté en la moto-.

Fuimos a comer y después compramos un helado para dar un paseo por un parque que había cerca.

-¿Qué te pasa? No me has hablado nada mientras comíamos.

-Lo siento, estoy preocupada por Cristina.

-¿Por qué? ¿Qué le pasa?

-Esta mañana hemos llegado tarde al instituto y ella se ha chocado con un chico que creo que era nuevo, Kevin la ha visto y ella ha ido al baño y ya no ha vuelto.

-¿Y piensas que es por él?

-No lo sé, la he llamado y dice que se había ido a su casa por que se encontraba mal pero no me lo creo.

-A veces Kevin es.. muy intenso.

-¿Qué quieres decir John?

-Yo no tengo que meterme en esas cosas, que te lo diga tu amiga.

-John, por favor, dímelo.

-Vi a Kevin pegándole a Cristina.

-¡¿QUÉ?! -le pegué-.

-¡¿Pero por qué me pegas a mi?! -dijo tocándose el brazo-.

-¿Tu por que no dices nada? Tiene que estar pasándolo fatal.

-Por que él dijo que iba borracho. Hablé con ella y dijo que era la primera vez que él le pegaba pero que no volvería a ocurrir por que estaba arrepentido.

-¿Y si le pegó por que sigue con él? No lo entiendo.

-No hagas nada, Kevin está loco y si te hace algo a ti tendré que matarlo. -asentí-. Ahora cómete el helado que se está derritiendo.

Miré mi mano y estaba toda llena de chocolate, así que con lo poco que me quedaba de helado se lo estampé en la cara a John y comencé a correr. La gente nos miraba pero nos daba igual. De repente tropecé con una piedra y me caí.

-¡Mierda! -grité-.

Cuando iba a levantarme ya tenía a John encima de mí y no había manera de escapar.

-Sabía que no ibas a durar mucho corriendo -dijo riendo-.

-¿Perdón? Esa piedra se interpuso en mi camino y no pude hacer nada para evitarlo -empezamos los dos a reír-.

Así pasamos la tarde haciendo tonterías y riéndonos. La verdad es que este John me gustaba más.

Amor imposible.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora