Le envié un mensaje a John para ir a comer juntos y así sacarle algo sobre Cristina y Kevin ya que ellos son amigos. Salí del instituto y ahí estaba parado junto a su moto. Iba con un pantalón vaquero que llevaba un roto en la rodilla, un polo rojo y sus vans negras. En cuanto me vio, una sonrisa se formó en su cara.
-Hola guapa -me dio un beso en la cara y me quedé sorprendida-. ¿Qué? Somos amigos ¿no? -me reí y asentí-. ¿Cómo ha ido la mañana?
-Insoportable. Vámonos ya de aquí.
-Mandona. -me reí y me monté en la moto-.
Fuimos a comer y después compramos un helado para dar un paseo por un parque que había cerca.
-¿Qué te pasa? No me has hablado nada mientras comíamos.
-Lo siento, estoy preocupada por Cristina.
-¿Por qué? ¿Qué le pasa?
-Esta mañana hemos llegado tarde al instituto y ella se ha chocado con un chico que creo que era nuevo, Kevin la ha visto y ella ha ido al baño y ya no ha vuelto.
-¿Y piensas que es por él?
-No lo sé, la he llamado y dice que se había ido a su casa por que se encontraba mal pero no me lo creo.
-A veces Kevin es.. muy intenso.
-¿Qué quieres decir John?
-Yo no tengo que meterme en esas cosas, que te lo diga tu amiga.
-John, por favor, dímelo.
-Vi a Kevin pegándole a Cristina.
-¡¿QUÉ?! -le pegué-.
-¡¿Pero por qué me pegas a mi?! -dijo tocándose el brazo-.
-¿Tu por que no dices nada? Tiene que estar pasándolo fatal.
-Por que él dijo que iba borracho. Hablé con ella y dijo que era la primera vez que él le pegaba pero que no volvería a ocurrir por que estaba arrepentido.
-¿Y si le pegó por que sigue con él? No lo entiendo.
-No hagas nada, Kevin está loco y si te hace algo a ti tendré que matarlo. -asentí-. Ahora cómete el helado que se está derritiendo.
Miré mi mano y estaba toda llena de chocolate, así que con lo poco que me quedaba de helado se lo estampé en la cara a John y comencé a correr. La gente nos miraba pero nos daba igual. De repente tropecé con una piedra y me caí.
-¡Mierda! -grité-.
Cuando iba a levantarme ya tenía a John encima de mí y no había manera de escapar.
-Sabía que no ibas a durar mucho corriendo -dijo riendo-.
-¿Perdón? Esa piedra se interpuso en mi camino y no pude hacer nada para evitarlo -empezamos los dos a reír-.
Así pasamos la tarde haciendo tonterías y riéndonos. La verdad es que este John me gustaba más.