Ví el autobús doblar la esquina de la calle -Mierda! Otra vez llego tarde-
Llevaba el pelo desecho, la chaqueta mal puesta dejaba ver mi hombro bajo una camiseta de tirantes negra y la mochila colgaba de mi brazo casi caiendo al suelo.Me quedé mirando la calle con cara de pena y rabia. Saqué el movil de la mochila.
Él apareció corriendo, se paró un momento y apoyó sus manos en las rodillas, parecia cansado. Respiraba agitadamente como si le faltara el aire, llevaba una sudadera rojo granate y unos pantalones grises caidos.
Llamé a mi padre con el móvil
-El teléfono al que llama esta apagado o fuera de cobertura...-
- Joder...
-¿Se a ido?
-Si.. -Llamé a mi madre y tampoco lo cogía.
Estaba comenzando a cabrearme, llevaba los apuntes de historia en las manos y el examen era a primera hora. Lo miré de reojo mientras se rascaba la cabeza como si estubiera incómodo y quisiera disimular.
- Eh...tengo la moto en casa...si quieres puedes venir conmigo
-N...no... Si...- estaba MUY nerviosa- si estoy llamando a mi padre...
-¿Pero tienes examen, no?- dijo señalando los apuntes
-Si...a primera hora...
- Pues ven conmigo porque si tienes que esperarlo perderás mucho tiempo
-Bueno....¿seguro?
- Si- dijo sonriendo.
Caminamos hacia su casa, el camino se me hizo eterno, habia un silencio y una tensión en el ambiente asquerosamente incómodo. Hasta que por fin llegamos.Abrió la puerta del garaje y me dejó pasar a mi primero -¿Se intentaba hacer el caballero?- abrió un armario y me lanzó un casco, era negro y rojo, como la moto. Cogió el suyo y se subió encima de ella, salió del garaje.
Intenté ponerme el casco pero obviamente el destino decidió hacerme pasar unos minutos de vergüenza.
-Trae...- dijo riendo.
Estaba a centímetros de mi, casi podía sentir su respiración. Era mas alto que yo lo que me hacía parecer una niña a su lado. Colocó el casco sobre mi cabeza con cuidado, tanto que podría decir que hasta con ternura. Seguro que estaba horrible con él...que ridícula me vería.
-Ya está - que sonrisa mas bonita- perfecto
No sabía que responder así que le sonreí y noté como se me subian los colores. Se puso el casco y se subió a la moto.
-Venga, sube- Subí sin hacer demasiado el ridículo
-Bueno ahora tienes que cojerte de aquí muy fuerte-
Agarró mis manos y las puso sobre su barriga rodeando su cintura.
-¿Pero agarrate, eh? Que sino caeras- dijo mientras reia.Asentí con la cabeza.
No me podía creer que tubiera que cogerlo y apretarle la barriga, o mas bien dicho los abdominales. Juro que estaba muriéndome pero aún así me aferré a él fuertemente. Arrancó la moto y cerré los ojos con fuerza. Algo de miedo tenía, debo admitirlo pero sin darme cuenta ya estábamos fuera del barrio. Llegamos a la carretera y para nuestra desgracia había una cola de coches tremenda-Genial, adiós a mi examen- se me escapó un "joder" y él lo escuchó.
- Apoyate sobre mi
-¿Que?
¿Enserio me estaba diciendo de ir por ahí a lo "3 metros sobre el cielo"?
- Tú hazlo...
Así que con la mayor vergüenza del mundo me acosté sobre su espalda sin saber muy bien porqué. Y entonces lo comprendí, la velocidad a la que iba aquella moto era la de una de carreras, sinceramente creía que nos íbamos a salir de la carretera. Lo abrazé mas fuerte. En ese momento no me daba cuenta de lo que estaba haciendo- Yo, sobre él literalmente abrazándolo por la espalda a una velocidad de 150 km por hora y con el corazón acelerado a la misma velocidad- Llegamos al instituto y paró justo en frente de la puerta, era bastante tarde, ya no entraba nadie. Bajé corriendo y me quité el casco como pude, lo vi quitárselo a él de una manera increíblemente "sexy" y me quede embobada mirándolo, mi pelo estaba hecho un lio pero no había tiempo para ponerse mona así que lo ignoré.
-Gracias...- y le devolví el casco extendiendo el brazo hacia él.
-De nada- rió y lo cogió, rozo mi mano al cogerlo y el tiempo se paró por un instante, el corazón latia demasiado rápido para poder reaccionar, parpadeé e intente decirle algo pero las palabras se quedaron atrapadas en mi boca así que me dí la vuelta y corrí rápidamente hacia el edificio.
-¡Ey!- me giré- suerte...
Estuve a nada de desmayarme allí mismo al ver su sonrisa y sus ojos de niño bueno, ni si quiera dije palabra. Sonreí con timidez y agaché la cabeza. Y como una bala me fui a clase con la extraña sensación de que recordaría aquel momento toda mi vida.
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Relatos
Short StorySí, es la típica historia de siempre pero...¿Y si te ocurriera a ti?