Capitulo 8

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Joy

La ira me hace mala persona. Quiero romper la ventana y apuñalarla con los vidrios rotos. Hace 1 mes que hice unos trabajos escolares a una compañera del liceo y no me ha pagado aun. Me debe 20 dólares, que aunque pueden sonar poco, los necesitaba para terminar de pagar el celular que me compré hace 2 semanas. De verdad que me siento muy fuera de mí. Por lo general soy una persona muy calmada pero es que esto, no lo aguanto.

Salgo de mi casa y voy a donde Gabriel. Son aproximadamente las 6:00 pm y noche está ocupando lugar con un colorido cielo rosado que contrasta con la rabia que llevo dentro de mi ser.

–Hola Gabriel

–Hola Joy, ¿Qué haces aquí?

Es ese el momento en el que comienzo a cuestionar lo que iba a hacer. Les cuento, lo que planeo hacer es conseguir un poco de gasolina y llevarla al liceo.

–Pues venía a ver si me podrías hacer un favor.

–Vale dime cual seria

–Es para que me regales un poco de gasolina, es que la necesito para un experimento que tengo que hacer mañana para la materia de física.

–Ah es eso okey ya te busco un poco.

Gracias Dios y perdóname por lo que voy a hacer mañana. Es un poco de venganza. Todo al mejor estilo italiano lo que se vendrá (Okey esto pudo sonar un poco racista). Tal vez no tuve que haber visto el domingo la trilogía de "El Padrino" pero es que a veces la persona merecen algo que no puedan olvidar. Gabriel me da la gasolina, es como medio litro lo que me ha dado, pero es más que suficiente para lo que voy a hacer. Le agradezco a Gabriel nuevamente por el gran favor que me ha hecho y me voy a mi casa.

Paso el nocturno desvelo pensando y planeando paso a paso lo que voy a hacer. Es como si una mezcla de euforia y adrenalina corriera por mis venas. Si así me siento ahora no puedo esperar a que sea mañana. Le mando un último mensaje a Diana para cobrarle el dinero y nuevamente como anteriores veces me deja en visto. En ese único momento no lo dudo más.

Son las 6:00 de la mañana y me preparo para ir al liceo ávidamente. Me baño, me visto, me cepillo los dientes, preparo el bolso y todo en lo que pienso es en mi venganza. Sé que esto no está bien pero no me importa, algún día lo único que voy a recordar de mi juventud fueron las cosas que hice y no las que no hice.

Voy al liceo mientras me fumo un cigarrillo a mejor estilo gánster. Entramos directamente a clases de física y preparo todo para estar listo.

Cuando ella se descuida tomo el bolso de Diana con todo lo que lleva adentro y pido permiso para ir. Ya en el baño saco el estuche con todo sus colores y me los quedo, mientras que con su teléfono lo lanzo contra la pared y lo piso hasta dejarlo destrozado. Con el bolso, lo baño en gasolina. Salgo por los pasillos y me dirijo al patio principal. La adrenalina de la situación es una grandiosa sensación nunca antes vivida. Como quisiera pintar la atmósfera son tonos sepia para que parezca una película de vaqueros. Prendo un fósforo y veo uno de los profesores pasar por donde estoy, apago inmediatamente el fósforo. Es el profesor de inglés, el cual nota mi presencia y me pregunta que hago afuera, le digo que me sentía algo mareado y tuve que salir a agarrar aire fresco. Por suerte y conveniencia mía no me pregunta por el bolso que estaba tirado en el medio del patio, tal vez porque no lo vio o porque no le importaba, pero ese no es el caso.

Ya cuando me encuentro finalmente solo, enciendo otro fósforo y se lo lanzo a ese bolso impregnado a gasolina. Se ve espectacular verlo arder. No puedo evitar tomarle una foto para el recuerdo. Lanzo a la rojiza incineración el celular destrozado por la ira de mí ser a l vez que el olor a plástico se empieza a hacer más notorio por lo que me voy de vuelta a los baños. Cuando regreso al salón veo que no hay nadie y que todos están en el patio presenciando arder el espectáculo carbonizado.

Diana se encuentra llorando y una sensación de satisfacción psicópata se apodera de mil. Nunca antes había hecho algo similar pero me da gusto haberlo hecho. Ya cuando salimos del liceo le mando otra vez un mensaje cobrándole y también deja en visto. Me despido de Fer y le digo que mañana le tengo que contar algo que hice, llego a mi casa, enciendo la computadora y comienzo a dibujar con los colores que hurté.

Precioso desquite.

Chicos de CristalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora