Su sumisa por equivocación

Capítulo 2 Decepción

―¿Tú?... ¿Siempre fuiste tú?

Mis palabras apenas se escuchan como un susurro cuando veo a Félix, tendido en la cama junto a Taylor.

―¡Oh, por Dios! ¿Qué haces aquí, Nina?

Se levanta rápidamente de la cama, totalmente desconcertado, al ver que su gran secreto ha quedado al descubierto. Recoge su pantalón del piso para ponérselo y es entonces cuando observo toda la ropa esparcida por la habitación, que demuestra claramente el momento de pasión y desenfreno que vivieron antes de terminar en la cama.

»Por favor... solo déjame explicarte.

¿Qué puede explicar cuando todo está más claro que el agua?

―¿En serio, Félix? ―le pregunto decepcionada― ¿A caso crees que lo que estoy viendo necesita de alguna explicación? ―doy unos cuantos pasos y me acerco hasta él―, te lo di todo ―le recrimino con la voz temblorosa―, te entregué cuanto pude de mí, pero... ¿A cambio de qué? ―las palabras comienzan a quedarse atoradas en mi garganta, debido a la inmensa decepción que ahora mismo estoy sintiendo― ¿Engañarme? ¿Usarme? ―le señalo hacia donde se encuentra Taylor, quien descansa en la cama sumamente relajado, con cara de satisfacción―. Los felicito a ambos, porque fueron muy buenos al disimular que solo eran amigos, cuando en realidad siempre han sido...

Solo que no puedo terminar la frase. Estoy agobiada, destrozada... herida. Se acerca a mí, e intenta tocarme pero me siento tan frustrada y defraudada que no se lo permito.

―Nina, por favor...

Le suelto una bofetada que resuena en toda la habitación.

―No te atrevas a tocarme con tus manos inmundas ―grito furibunda―, vergüenza te debería dar tan siquiera de dirigirme la palabra, malnacido. Y tú ―esta vez dirijo mi atención a Taylor―, espero que lo disfrutes, pero ten mucho cuidado que luego, el engañado no termines siendo tú.

Cuando estoy a punto de darme la vuelta para marcharme de allí. Félix, me ruega que le dé la oportunidad para poder aclarármelo todo.

―Por favor, Nina, te lo suplico... sé que estás muy enojada y decepcionada por lo que te he hecho, pero te pido que me des solo una oportunidad y después, puedes mandarlo todo a la mierda si así lo decides.

Me mantengo de espaldas a él, decidiendo si al menos se merece que le dé esa oportunidad. Mis manos están apretadas en puños y mis uñas se clavan profundamente en mi piel, debido a la rabia que me corroe por dentro. Cierro los ojos y luego de un par de profundas respiraciones y le ofrezco la oportunidad de que lo haga. Una vez recuperado el control volteo de nuevo hacia él y lo dejo hablar.

―Taylor y yo, tenemos una relación desde hace más de seis años y no sabes cuán difícil ha sido para nosotros mantener nuestros sentimientos reprimidos y ocultos, durante tanto tiempo... por temor a que la gente nos juzgue. Pero al cabo de cierto tiempo ―se detiene mientras decide cómo continuar―, se nos ha hecho difícil poder disimularlo y hemos cometido muchos errores que nos ha puesto en evidencia ante mucha gente, así que acordamos que la única manera de acallar todos los rumores era...

Lo interrumpo súbitamente.

―Encontrar a una estúpida a la cual engañar y enamorarla tan perdidamente, como para que su entrega no diera lugar a dudas de nuestro amor y fuera tan convincente, que nadie más pudiera poner en tela de juicio tu masculinidad ―sé que estoy siendo dura con él y que a pesar del daño que me ha hecho no puedo olvidar que fue un hombre justo, bueno y amoroso conmigo en todo momento, pero en este preciso instante no puedo comprenderlo, sobre todo, cuando acaba de destruir todo mi mundo―, los felicito... lo has conseguido.