🌿 El fin de los fragmentos - 11

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//Aviso al final de un nuevo libro, basándome en que pasaría si Alemania nunca hubiese reconocido al bebé de Chile como suyo//

Juntamos todos los fragmentos faltantes en nuestros corazones y comenzamos a colocarlos en su lugar, mientras yo ponía una pieza en el corazón del eslavo él terminaba de colocar otro fragmento en el mío.

Cuando estábamos a punto de acabar nos dimos cuenta que falta algo, mejor dicho, faltaba alguien.

Solo esa pequeña estrella podría sanarnos después de tanto dolor, así que terminé hablando del tema con mi pareja. Los dos queremos tener esa oportunidad de criar a nuestra hija, pero Rusia tiene miedo de volverme a perder si intento lo que le planteo.

Luego de la plática con mamá apareció mi tío Maya y le pregunté si realmente era posible revivir a mi hija, bueno, no revivirla como tal, darle de mi energía para que ella logre permanecer en este plano.

–Es posible, pero ya conoces las consecuencias Metztli

–Y las asumiré con mucho gusto, ahora me siento capaz

Al final terminé convenciendo a Rusia y comenzamos a buscar los elementos que necesitábamos para el ritual.

Ya no quiero que algo nos vuelva a robar esta oportunidad, debemos deshacernos del miedo y el rencor.

Días antes de celebrar la ceremonia que uniría definitivamente nuestras vidas tuve la dicha de reunirme con todos lo que me acompañaron en aquel jardín cuando estaba en mi lecho de muerte.

Fue hermoso convivir con Argentina, Chile, Perú, Japón, España y todos mis seres queridos.

–Creo que realmente necesitaba morir -susurré para mi- tenía muchas cosas en la cabeza haciéndome trizas...

En aquella reunión compartimos experiencias y algunas opiniones respecto a toda la mierda que ocasionó mi muerte.

La capital del ruso y la mía estaban peleas a muerte por una estupidez cometida el mismo día que se conocieron, en otras palabras, desde que Rusia y yo volvimos a encontrarnos en el jardín olvidado.

Su rivalidad había llegado a extremos, no se hablaban en las juntas y la idea de tener que convivir les daba asco, pero en esta reunión pude apreciar el esfuerzo que ambos ponían por llevarse bien... No es que Rusia y yo los hayamos presionado, simplemente parecía que querían arreglar su relación.

Bien dicen que del odio al amor existe solo un paso... Yo lo he comprobado en ambas vías, del amor al odio y del odio al amor.

Es irónico ver cómo el hechizo que nos arrebató a México ahora es la última pieza del rompecabezas para enmendar  las cosas. Después de esa reunión faltaba poco para poder hacer el ritual, el eslavo estaba nervioso, parecía un pequeño gato miedoso.

El clima comenzaba a cambiar drásticamente, de los hermosos rayos de sol paso a avisar que se acercaba una tormenta. La magia que está siendo usada es la culpable de todo este comportamiento.

–Aunque llueva, truene o venga un tornado no voy a parar -dijo decidido el mexicano

Rusia solo observaba perplejo la situación, pues algunas raíces comenzaron a unirse con el cuerpo de su amado, le parecía eterno ver cómo sufría por semejante esfuerzo de su parte.

En un abrir y cerrar de ojos una silueta semi transparente apareció y cuando se dió la vuelta el espectador quedó cara a cara con su hija. La pequeña estaba confundida, ¿Por qué la estaban volviendo una semi corporea?

–Ouxi... -pronunció con dificultad el latino- no temas bebé, tus padres estamos aquí...

Después de eso lo dorado en los ojos de México brilló con intensidad cegando a su pareja y a su hija momentáneamente.

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