🌿Nuevas experiencias - 5

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–Hola chamaco, ¿vienes a ayudarme?

–¡Sí señor México!

El mayor le sonríe a la pequeña república que a duras penas alcanzaba el tendedero más bajito.

–¿Seguro que terminaste las tareas que te dejó tu padre? -extiende una camisa en el tendedero- No me gustaría morir tan joven, estoy en la flor de mi juventud

–Pues... -juega con sus dedos- hay algo que no puedo hacer, está demasiado alto

–Terminamos de tender y ahorita te hecho la mano

–¡Gracias!

Ese día casi terminan con una estantería encima, pero que grandes carcajadas dieron todos los hijos de URSS al ver que México se había bañado en harina.

Quince repúblicas, quince pequeñas responsabilidades que el latino planeaba proteger y cuidar como si fueran sus propios hijos.

No es que tuviera un amorío con el padre de los niños, le daba nostalgia ver la época en que les había tocado criarse... Los recuerdos de su infancia antes y después del virreinato no se pueden borrar de la mente, por ello quiere darles algo de felicidad.

Cuando no estaba en servicio se pasaba la mayor parte del tiempo con los pequeños, y sin importar que acabara de regresar de un vuelo de reconocimiento, de combate o que estuviese haciendo papeleo todos acudían a él.
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No puedo evitar sentirme extraño cada que convivo con Ana, ya no es un niño. Aunque sigue siendo alegre la forma en que me mira ha cambiado.

Varios recuerdos que permanecían borrosos comenzaron a tomar claridad desde que se mudó aquí, a Rusia... Nunca entendí las razones de ese país para ser cariñoso con nosotros, no era su obligación.

Papá era homofóbico, así que la idea de que México fuera su pareja queda descartada. Sean cuáles fuesen sus motivos le agradezco que nos haya dado algo de felicidad, cada que nos cuidaba era como si alguien presionará el botón para pausar la guerra.

Me habían enviado una carta donde pedían refugio urgente para que la creciente nación pudiera pasar una temporada en mi territorio, Edo hizo mucho incapié en los innumerables favores y cuidados que su padre tuvo con nosotros años atrás.

El estado juega muy bien sus cartas, ya sabía que no me iba a negar a cuidarlo el tiempo que fuera necesario mientras le enseño a ser una gran nación.

Ahora recuerdo que por finales del año 1944 papá nos dio permiso para viajar al territorio de México. Habíamos pasado una semana entera hablando sobre lo hermosas que debían ser las tierras del latino, las historias llenas de magia que nos contaba solo nos creaban falsas ilusiones de ese lugar utópico que muchos hombres buscaban.

Nos quedamos con él hasta que esa guerra de carácter mundial terminó, puedo jurar que los pocos o varios meses que pasamos fuera de casa fueron los mejores de toda la vida.

Aunque los "hijos" de México ya eran unos adolescentes logramos adaptarnos y convivir con ellos. Algunas veces creo que llegaban a ponerse celosos de que teníamos toda la atención de su padre, pero nunca dijeron o hicieron algo al respecto.

Cuando terminó la guerra fue tiempo de volver. Esa tarde todos llegamos con los ojos hinchados a casa, nos dolía tener que despertar.

Aunque nuestro rayo de luz nunca dejó de visitarnos todo se sentía más frío, URSS... Digo, nuestro padre no se molestaba en mostrar tan si quiera una pisca de carisma con nosotros.

El tono de notificación en mi celular logró sacarme de mis pensamientos, había olvidado que Ana José me esperaba en la sala de juntas para poder continuar con las lecciones de política y negociación.

Debo admitir que mi joven aprendiz capta todos los detalles muy rápido, supongo que de manera inconsciente recuerda el sistema del mundo.

Desconozco si en algún punto de su vida vaya a recuperar sus recuerdos... Aunque lo que realmente debería preocuparme es, ¿qué pasaría si los llega a tener de nuevo? Su reencarnación no fue coincidencia, y que regresara sin memoria tampoco lo es.

Se que fui una mierda, así que es mejor dejarlo caminar y que construya una nueva vida por mucho que me duela dejarlo ir.

Mientras pasábamos más tiempo juntos podía sentir que de una u otra manera estaba cometiendo el mismo error, cagarle la vida a México... Aunque no pude confirmarlo hasta esa noche.

Habíamos salido a pasear por las bellas calles de mi territorio. Faltaba poco para que Ana volviera a casa, pues ya casi cumple veinte años y quise darle una buena despedida.

Entre tanta gente perdí a Ana por dos horas, estaba a punto de llamar a Moscú para que me ayudara a buscarlo, pero cuando pase cerca de un bar pude escuchar su voz.

Ahí estaba México, sentado frente a la barra con una botella de vodka en mano mientras cantaba "Ahora y siempre" de José Jesús Morales, su canción favorita.

Aplausos comenzaron a resonar en el local, a pesar de estar ebrio logra mantener una buena armonía en su voz.

"Cada que escuches esa canción puedes estar seguro de que sigo vivo chamaco, ¿Acaso no confías en mí? Nunca los voy a dejar solos

Palabra honrada de mexicano."

–... ¿México?

–¿Uh? ¡Rusky, llegaste justo a tiempo! Que no le entiendo al cantinero y creo que traigo poco dinero

–Deja de beber, te estás excediendo

–¿Yo, el país más alcoholico y fiestero en latinoamérica excediendome?

–Esto no es un juego, tenemos que irnos Ana

–Que curioso nombre, pero no soy una mascota para que puedas bautizarme a tu gusto

Intentó darle otro trago a la botella, cosa que impedí y se la quité para ponerla sobre la barra de la cantina.

–Vamonos -lo tomé de la cintura y lo cargué en mi hombro como a un costal- señor, por favor llame a este número y le pagaré todo lo que este chico consumió

El cantinero asintió y México dejó de forcejear al ver que no lo iba a soltar. ¿Será que...? No, es imposible.

🔞Algo de contenido explícito más adelante, leer bajo su propia responsabilidad🔞

No tardamos mucho en regresar al edificio a pesar de ir a pie. Cuando llegamos lo recosté en su cama y justo cuando iba a separarme de él me jaló por el cuello de la camisa acercando nuestros rostros con pocos milímetros de espacio personal.

–¿Qué haces?

–Ser valiente -sonrie- para obtener lo que quiero

Sin poder protestar el joven unió nuestros labios en un apasionado beso que no pude rechazar. El calor de la alcoba aumentó drásticamente y nuestras respiraciones eran irregulares.

Mi mente estaba en blanco y mi cuerpo seguía moviéndose gracias a los instintos. Volví a besarlo, pero esta vez fue de una forma más desesperada.

Sus dedos comenzaron a aventurarse en mi entrepierna, debo admitir que los suaves movimientos de su mano hicieron que mi pene comenzara a sentirse apretado debajo de la ropa.

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La neta no se narrar historias hornys, de hecho no tengo planeado que terminen teniendo sexo desde ahorita, pero en compensación por morirme como por tres meses les puedo traer ese pequeño cambio en la trama (?)

PD: No me maten que la gripa ya se les adelantó.

FragmentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora