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—Por favor, despierta—escuchaba los susurro de una dulce voz a su lado y un tacto suave sobre su mano. Habían pasado cinco días y cinco noches en las que la había estado cuidando sin descanso, necesitaba dormir durante una noche entera al menos sin despertarse para cuidar a la mujer que parecía no mejorar, en vez de estarse curando estaba reaccionando de forma negativa a su tratamiento y su lucha por la vida era nula. Las palabras cálidas eran lo único que parecían mostrar efecto y lo mejor de todo era que venían desde el fondo de su corazón sin raspar su garganta—Eres demasiado hermosa como para morir—quiso abrir sus ojos azules en ese momento en el que le dijo eso, pero no lo logró, se sentía fatal, sus párpados pesaban, sentía ardor y dolor de sus heridas, tenía mucho mucho frío como si fuera un cadáver a nada de ser enterrado bajo tierra y un dolor en su pecho, uno espiritual que no se podía arreglar con medicinas. Se concentró lo más que podía en identificar sus áreas afectadas, su hombro y su estómago, inhalo hondo para concentrarse y para cuando se dispuso a usar su magia curativa para lograr despertar...la diosa de la fertilidad se dio cuenta de que su magia estaba completamente bloqueada. No era capaz de curarse por sí misma. Era como un ciervo en manos de un lobo de muerte siendo cuidada por un cazador compasivo. Sus ansias de morir eran ese dolor espiritual en su pecho que le impedía respirar bien y que le impedía curarse—Por favor diosa, despierta—volvió a escuchar, solo que esta vez eran sollozos lo que acompañaban a aquella voz.

Se sintió miserable de saber que lo había hecho llorar solo por su estupidez de desear ser alguien más. Pobre humano, ¿por qué se aferraba a una existencia que acababa de conocer? Pobre rubio ¿por qué se aferraba a una diosa maldita que no deseaba seguir respirando?

Suspiro rendido incapaz de hacerla despertar y se levantó de su silla, llevaba dos días sin tener la capacidad de abrir esos bellos ojos que solo había visto una vez, cuando estaba a nada de caer y lo miró con miedo, ira y derrota. Sintió un escalofrío de solo recordarlo, ojos fríos y llenos de miseria que pedían a gritos un abrazo cariñosos y algo de comprensión. Tomó el tazón de agua tibia para hacer armo hasta sus labios resecos y empinarlo con suavidad contra su boca rosada, no iba a dejarla morir de sed, no podía dejarla morir después de ver su alma como realmente era.

—Bebe—dejó caer gotas del líquido vital sobre su lengua y suspiro aliviado al ver que ella las recibía con gratitud. Dejó a un lado aquel posillo empezando a caminar por su añeja casa y tomar una canasta con la que iría a comprar algo al pueblo, luego a trabajar y finalmente volver con la diosa que dormía cual bella durmiente. Si tan solo quitara sus vendas, su palidez mortal se volviera un tenue color rosado y sus labios dejaran de estar secos, estaba seguro de que estaba viendo a la misma princesa del cuento de hadas.

Una belleza en cuerpo y espíritu que se mantenía cautiva en sueños por una maldición. Lástima que lo que la tenía a la mujer en un descanso sin final era un dolor de los mil demonios en vez de un hechizo que se podía romper con un beso.

Se acercó para admirarla unos momentos más antes de irse. Era bellísima, la mujer más hermosa que había visto nunca, si se hubieran conocido en otras circunstancias y ambos fueran de la misma raza estaba seguro de que la habría cortejado con flores, dulces, bailes y cartas de amor. Recogió un mechón de su cabello detrás de su oreja para que su cara fuera completamente visible y su divinidad no se pudriera en la miseria, acarició su mejilla pálida con la misma delicadeza con la que tomaría un capullos de una rosa y tras salir de su trance le dio vuelta al paño frío que le controlaba la fiebre y se fue de ahí.

*

Silbaba alegremente comprando lo necesario para mantenerse con vida, e incluso un par de cosas más que le iban a costar mucho trabajo extra, pero que valdría la pena. Le había comprado un bello vestido azul a la diosa con una abertura en la espalda para que sus alas salieran y unas zapatilla del mismo color, su vestido blanco estaba roto y lleno de sangre, si ella despertaba entonces se las iba a entregar para que se sintiera cómoda.

Belle 🌹(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora