XI

186 26 8
                                    

—Ah...—señaló la letra con su dedo—Así es conos suena mel, inténtalo—animó.

—Ahhh—repitió cuál niño pequeño leyendo un poco, había olvidado lo que era leer, claro que sí, siglos ahí donde nunca tomó un libro y si lo hacía solo era para destruirlos por la ira que sentía en su interior. Elizabeth soltó una risita al verlo abrir la boca como pequeño y repetir aquel sonido—

—Había...—continuo leyendo indicándole con la boca la forma en la que se decía cada palabra en aquel libro

—Había—

—Oh mel, ¿si sabes lo que dices cierto? —soltó una risa más escandalosa al verlo hacer un puchero y bajar la cabeza apenado, le estaba siguiendo la corriente, estaba aprendiendo...pero ni siquiera sabía lo que significaba esa palabra frente a sus ojos negros. El demonio se cruzó de brazos ignorando las risas de su acompañante con su ceño fruncido. Elizabeth al darse cuenta de eso solo dejó de reír, lo abrazo por los hombros alzando su cabeza al tomarlo del mentón y luego se acercó hasta estampar sus labios. El hombre lo recibió con gusto moviendo su boca al mismo tiempo que el de la fémina e ir de un lado a otro disfrutando de su cercanía, sabían exquisitos, eran la cosa más deliciosa que habían probado en su existencia. Al momento se separarse se vieron fijamente a los ojos sin abandonar las dulces sonrisas en sus bocas—No importa, tenemos mucho tiempo y yo te voy a enseñar todo lo que se—pero el demonio tenía otra idea que solo aprender a leer, uno repentino que le recordó rápidamente el sutil beso sobre sus labios.

—Yo quiero hacer otra cosa—le quito el libro de las manos con dulzura al momento de retirarlo, lo cerró con la misma suavidad sin preocuparse por la página en la que estaban, era el inicio del libro y empezó a acercarse peligrosamente a ella. Las mejillas pálidas de la albina enrojecieron cuál fresa al sentir el calor corporal del blondo y empezó a retroceder sin dejar de estar sentada. Aprovechando lo pequeño que era meliodas la había aprisionado contra su respaldo tomándola de las caderas con la cara peligrosamente cerca. A elizabeth le gustaban los besos, claro, por eso los aceptaba y se los daba, pero las intensiones en sus ojos profundamente oscuros no eran sólo unos simples besos con sabor a chocolate. Al ver lo nerviosa que estaba el demonio se deleitó lamiendo su labio inferior y chocó sus narices—Anda...—

—N-No meliodas, estamos bien así —tartamudeo. Llevaban una semana desde que se habían besado por primera vez, el invierno estaba a nada de llegar, el calor entre ellos solo volvía el castillo un lugar tan luminoso y mágico que la albina ya lo sentía como su hogar y aunque eran momentos lindos no podía evitar avergonzarse de sentir a su pareja tan cerca, en respuesta el de menor estatura bajó un poco su cabeza hasta olfatear su cuello niveo generando le un respingo que tuvo que reprimir, luego fue hasta su cabello y tras olerlo por unos segundos que parecieron eternidades. Se separó con sus ojos brillando con emoción infantil

—Por favor, prometiste enseñarme a hacer galletas—así que solo era eso...

Tuvo que enrojecer más al darse cuenta de sus pensamientos tan pecaminosos por la situación. Ella olía a chocolate y masa de galleta recién horneada, tenía migas en su vestido e incluso en sus labios. El beso le había recordado al demonio su promesa hecha el día anterior y el olor de su cuerpo sólo hizo que lo quisiera aún más, no había sido la forma correcta de pedírselo, pero al menos sabía que sus intensiones no eran lo que ella había pensado en un inicio. Al ver los ojos confundidos del rubio supo que ya había sido suficiente de estar pensando sólo para ella y se abrazó a su cuerpo pequeño, meliodas respondió a aquel abrazo confundido disfrutando de la calidez y suavidad del cuerpo femenino. No podía describirlo, pero era una sensación tan rica la suavidad que le causaba cada que sus cuerpos estaban en contacto. La quería mucho, eso podía saberlo bien, había desarrollado sentimientos intensos por la intrusa que se colo desesperada buscando un refugio y con la que pudo hablar con tanta libertad.

Belle 🌹(PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora