Capitulo 6: No se habla de Julieta

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Habia pasado ya un tiempo, pero Mirabel aún recordaba haber entrado alguna vez a la habitación de su mamá.

A sus hermanas no les gustaba tanto entrar ahí: Isabela se estresaba con tanta arena y a Luisa no le gustaba la oscuridad, pero ella siempre se entusismaba cuando su madre la invitaba a pasar un rato con ella en su torre.

Pero a pasar de todo, casi no podía recordar como se veía el lugar por detro

Los recuerdos sobre Julieta también eran muy escasos, solo tenia 5 años cuando mamá se fue: Lo que sí podía recordar era que ambas eran muy parecidas, o al menos eso era lo que todos decían.

Podía recordar que a su madre le gustaba ayudar al tío Bruno en la cocina, a pesar de no ser demasiado buena en eso y que una vez haya tirado un saco de harina sobre ella y su hermano.

También podía recordar que ella era su consentida. Al ser la menor de tres hermanas, Julieta constantemente la trataba como si fuera la niña más perfecta en todo el planeta. Siempre le llenaba la cara de besos y le decía que la amaba.

Mirabel volvió a recordar como se había escondido en una de las alacenas después de su ceremonia. Como sus hermanas la habían encontrado y habían intentado consolarla, pero ella se había negado a hablar con nadie que no fuera su madre. Recordó como Lu fue a buscar a Julieta mientras Isa se sentaba a su lado para intentar animarla.

Mamá llegó a su lado y la alzó en brazos, acunandola contra su pecho, meciendola como si fuera un bebé

-Estoy aquí mi amor...

Luego la llevo a su habitación y la arropó para que se durmiera. Le susurró algo al oído, algo que jamás pudo olvidar:

-Ya no llores mi bebé... Un don no te define y jamás lo hará. Tu eres maravillosa. No dejes que nadie te diga que no es verdad

Lo último que sintió antes de que Morfeo la tomara en sus calidos brazos, fue una presión en su frente. Julieta depositó un suave beso en la cabeza de su niña. Finalmente el sueño la venció y cayó prácticamente inconsciente.

Esa fue la última vez que la vió...

En el presente, la chica sintió un escalofrío subiendo por su espalda al ver la puerta de su habitación de Julieta:

Apagada

Bloqueada con tablas de madera

Cubierta por polvo y telarañas

Cuando su esposa se fue, Agustín paso a ocupar un cuarto de invitados, ya que la torre de Julieta se había aislado completamente del resto de la casa. Mirabel no recordaba haberlo visto sonreír completamente desde ese día.

Juntando todo el valor que pudo, Mirabel quito las tablas, no le costó demasiado, estaban podridas por el tiempo.

Empujó la puerta, pero no se abrió. Intentó de nuevo, esta vez con más fuerza.

La puerta dio un chirrido.

Estaba abierta

Mirabel entró a la habitación a paso lento. Lo primero que se veía en el lugar era una enorme cama con mantas de color azul y un bordado de un reloj de arena. Estaba cubierta por una fina capa de polvo.

Nadie había dormido alli en 10 años.

Junto a la cama había una pequeña mesa en la que había tres portaretratos. Mirabel se acercó y tomo uno en sus temblorosas manos. Con cuidado, pasó sus dedos por el vidrio, quitando el polvo que había acumulado en esa década.

En él pudo reconocer a tres niños de aproximadamente 11 años:

La primera tenía un largo cabello cobrizo peinado en una trenza y adornado con una cinta dorada. Usaba un vestido naranja con holanes en el cuello y mangas, tenía un arcoiris sobre su cabeza y abrazaba a sus dos hermanos.

ENCANTO AU: No Se habla de JulietaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora