Lo Malo Del Amor

Al Siguiente Paso

Trama:

Aun es muy temprano.

- ¿No te gustaría robar algo mas que casas? -Pregunta Wolf esperando que su amigo abriera la puerta.-

- Si quieres podemos ir después a robar un helado. -Se burla la serpiente concentrado en el ojo de la cerradura.-

- Ja ja ja. -Ríe falsamente antes de ir al patio de atrás.-

Mr. Snake tiene toda su atencion en quitarle el seguro.

La puerta se abre.

Sonríe.

El Lobo le regala la misma sonrisa al otro lado de la puerta.

- ¡Eh! -Lo mira con sorpresa.- ¿¡Como!? -

- Fui de nuevo a revisar la habitación del hijo con siete cerraduras en su puerta y ventana ¡Y tenias razón! ¡Esta loco! Cabo un hoyo bajo su cama. -Se limpia la tierra de la ropa.- Un poco pequeño pero soy un excelente excavador. -

- Pudiste llamarme a mi. -

- Quería darte una sorpresa. -Sonríe.-

- Sorpresa para los que robamos, no entre nosotros mientras los robamos. -Entra a la casa.- 

El canino solo alza sus manos en signo de paz y cierra la puerta antes de seguirlo.

- ¿Cómo supiste del agujero? -

Empiezan a hurgar en toda la casa y a robar todo lo que parecía valioso.

- Vi que había mordidas en las cerraduras. -Responde tomando todo lo que le parecía de valor.- Un tipo así no se dejaría detener por eso. -Ríe.- Además, todas las cerraduras estaban puestas, y me pareció extraño que lo encerraran sin que el estuviera en la habitación. -

Observa las fotos de la pared, no ve ninguna foto de un niño.

- Me sorprende que no lo hayas notado. -Lo mira con una ceja alzada.- 

- Si, bueno. -Se traga un reloj.- Para eso te traigo aquí. -

- ¡Oh que bueno que digas eso! -Sonríe.- Porque eh estado pensando en un lugar para robar. -

- ¿Y cual es? -Tiene una mueca por el mal gusto de decoraciones.- 

- Es un lugar pequeño y tranquilo. -Hace una pausa dramática.- Un banco. -

- No. -Responde yéndose a la cocina.

El Lobo esperando esa respuesta lo sigue sin borrar su sonrisa.

- ¡Vamos! ¿No quieres escalar en tu carrera? -

- Ser conocido por comerme a las personas supera robar un banco. -Contesta orgulloso.-

El azabache no puede refutar ese argumento.

- Además tengo todo lo que necesito. -Busca en las gavetas.-

- ¡Claro que tienes todo lo que necesitas! Para ti vivir comiendo el mismo dulce desde hace setenta años es mas que suficiente. -

Nunca conoció a alguien tan terco, hasta le fue difícil hacerlo cambiar de sabor de helado.

- No tengo setenta años, mocoso arrogante. -Voltea a mirarlo enojado.-

- Piénsalo, tendremos mas de lo que podemos sacar de solo robar tiendas y casas. -Arranca un calendario de la pared.-