O50

413 67 7
                                    

A Mina le gustaba salir a pasear de noche, ahora tenía el cabello negro a pedido de Momo, con quien se había contactado en las últimas semanas.

Estaba justo por la plaza de la calle donde vivía actualmente, cuando su móvil vibró de repente.

Tenía un mensaje.

Número desconocido: te ves más bonita, Minari.

¿Quién rayos era? Siguió caminando mientras miraba atentamente a la pantalla del aparato con la esperanza de que llegara otro mensaje.

Llamada entrante: Número desconocido.

Dudó por un momento si la idea de contestar era buena.

Pero terminó deslizando el icono verde a un lado para que se diera la llamada.

–¿Aló?.

–Deberías voltear, Mina. ¿Desde cuando estás tan alta? Han pasado algunos años y creo que has crecido mucho.

Mina reconocía esa voz, volteó y el mundo se le cayó, literalmente.

Aún con el teléfono en el oído, vio a Nayeon parada unos metros más allá.

Estaba igual, sólo que ahora tenía el cabello tintado con un castaño oscuro que le quedaba muy bien.

Mina dio un paso atrás sin querer, de la pura impresión.

–Hola, Mina.

–H-Hola, Nayeon.

Las lágrimas de los ojitos de Mina cayeron sin que pudiera evitarlo, sobretodo al ver que Nayeon mostraba que el collar con la gema aún colgaba de su cuello.

Caminó lentamente a ella y la abrazó sin importarle en absoluto que estuvieran en medio de la acera solitaria e hiciera un frío horrible.

–He vuelvo a casa.

–Te he esperado, Nayeonnie.

Pasitos de Pingüino || Minayeon Donde viven las historias. Descúbrelo ahora