III.- Nemeton

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La semana pasó demasiado rápido para la manada. Sus días se había vuelto una rutina de despertar temprano, arrastrar a Stiles para que desayunara con ellos, ir juntos al instituto, protegerlo de los idiotas para después acompañarlo a su trabajo y darle un pequeño almuerzo.

Stiles parecía un poco abrumado al inicio por tantas atenciones pero al tercer día solo pudo suspirar y dejar que ellos hicieran lo que quisieran. Scott y los demás habían tratado de conocer más al castaño pero por alguna razón parecía haber construido una barrera así que no hablaba mucho de él. Aun así les encantaba pasar tiempo con él, incluso Derek lo disfrutaba y le gustaba que el chico no se callara nada.

La manada se encuentra dentro de la mansión terminando de asearse después de un duro entrenamiento cuando algo en su interior los llamó al bosque además de unos aullidos extraños. Ese era su territorio y no permitirían que nadie entrara.

- ¡Derek! ¿Ese no es Stiles? – preguntó Scott con temor al ver al chico sobre el gran tronco de manera tranquila.

- Mierda.

Los lobos se acercaron a Stiles, quien los miró con una ceja alzada al verlos transformados.

- Stiles, tienes que irte ahora. – le dijo Derek bajándolo del tronco con cuidado.

- ¿Está todo bien?

Los chicos no entendía como podía mantenerse tan tranquilo al haberlos visto transformados.

Antes de que el castaño pudiera responder unos gruñidos y diez pares de ojos azul eléctrico lo interrumpieron. Eran un grupo de omegas completamente transformados rugiendo sin control hacía la manada. Derek de inmediato colocó a Stiles detrás de é y poco a poco la manada lo rodeo para que ninguno de esos lobos le hicieran daño. Eso era lo que más les preocupaba, podía acabar con esos omegas pero con el castaño ahí se concentraban en tenerlo seguro que en la lucha.

- ¿Qué quieren en mi territorio? – les preguntó Derek mostrándose sus ojos carmesí.

- ¿Los Hale de vuelta? Hace años que no han pisado estas tierras, no tienen dueño. – dijo uno de los omegas.

La manada gruñó con fuerza, estaban molestos.

- De hecho. – todos miraron al castaño que se paró al lado de Derek – Este territorio siempre le ha pertenecido a alguien. – comentó Stiles restándole importancia al asunto.

- No es de nadie estúpido humano.

Stiles suspiró mientras se recargaba sobre el tronco y colocaba una mano sobre el con cariño.

- Este territorio es del Nemeton, el árbol sagrado que le ha dado a este lugar todo su poder y protección así que en realidad todo esto le pertenece a el. – una pequeña luz verde iluminó el tronco mientras que Stiles solo sonrió con cariño – Pero siempre los Hale siempre han sido sus favoritos y les ha dado la confianza para cuidar de todo esto. Ahora que han vuelto este territorio es suyo. – les dijo Stiles.

- No eres un simple humano. – dijo uno de los omegas dando un paso hacía atrás con temor.

- Uno de ustedes es inteligente. – sus ojos brillaron de un tono verde luminoso – Váyanse de este territorio y no vuelvan. – les dijo Stiles con seriedad.

Los omegas salieron huyendo del lugar con temor dejando a la manada confundida y con sorpresa al ver que su amigo no era un simple humano aunque ahora entendían porque no había reaccionado a su transformación.

- ¿Así que este es el territorio del nemeton? ¿Qué es exactamente eso? – preguntó Scott inclinando la cabeza logrando que el castaño riera ligeramente.

- El nemeton es lo que explique. Ha protegido este lugar, todos los que vivimos en el pueblo somos sus hijos pero las criaturas de la noche son sus favoritas además de los usuarios de magia. – le explicó Stiles acariciando con respeto y cariño el tronco.

- Sabes mucho acerca de esto. – comentó Isaac con admiración.

El castaño acarició el cabello del ruloso, era como niño al igual que Liam que también exigía una caricia.

- ¿Qué eres? – le preguntó Derek tranquilo. Sabía que Stiles no era un enemigo a pesar de no saber que era pero se sentía seguro y protegido además de que se había emocionado al escucharlo hablar con tanta seguridad para proteger a su manada.

- Un brujo. Lo descubrí cuando tenía diez años y sin querer convertí a una mujer del orfanato en un perro. Tarde días en que volviera a ser ella pero lo logré. No lo habló con muchos pero he leído los libros que Deaton ha ocultado además de que soy bueno investigando.

Derek asintió mientras revolvía el cabello del castaño.

- Siempre supiste quienes éramos.

- Sabía que eran lobos pero no sabía que eran Hale hasta hoy.

- ¡Esto hace las cosas más fáciles! – exclamó Liam con emoción mientras abrazaba al castaño.

- Es verdad ya no nos ocultaremos de ti, podemos entrenar sin problemas. – dijo Cora mientras se recargaba en el brujo.

- Podían hacerlo sin problema, normalmente ni estoy.

- Pero teníamos que vigilar que no llegaras. – dijo Jackson con un bufido aunque por dentro estaba realmente feliz de que el castaño fuera parte de su vida.

- Ya no tienen que preocuparse de eso. Ahora no sé ustedes pero yo quiero ir a comer y después a dormir. – les dijo Stiles mientras comenzaba a caminar lejos de ellos hacía la mansión y cabaña.

- ¿Por qué no le has dicho a Deaton? – le preguntó Derek caminando a su lado.

- No es necesario, él es un druida y sabe más de lo que vemos a simple vista. – le dijo Stiles con diversión logrando que el alfa negara con una sonrisa adornando su rostro. 

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