Eternidad

IV.- Conociéndote

Stiles suspira mientras ve como Scott y Jackson se acomodan en su sala de estar, los chicos lo siguieron después del incidente del bosque aunque les dijo que quería descansar.

- ¿Qué necesitan? – les preguntó Stiles desde la cocina mientras prepara algo de comer para él y sus dos invitados no deseados.

- ¿No podemos venir por el simple hecho de ser amigos? – le preguntó Jackson con diversión mientras Scott asentía.

El castaño suspiró mientras apagaba la estufa y los miraba cruzando sus brazos sobre su pecho. Los lobos pensaban que se veía adorable y más con ese delantal azul, era como una mamá a punto de regañar a sus hijos.

- Puedo ser un brujo solitario pero sé como funcionan las manadas y me he dado cuenta de que ustedes dos son los betas de confianza de Derek. Así que no están aquí como mis "amigos" más bien como eso y quieren ver si no voy a ser un peligro para su manada. – suspiró – Pregunten lo que necesiten, les responderé hasta donde pueda. No he vivió todo este tiempo en paz para que venga a cambiar todo por inseguridades. – dijo Stiles mientras volvía a cocinar.

Jackson y Scott se miraron alzando una ceja.

- No estamos aquí porque pensemos que eres un peligro para la manada solo queremos conocerte y no tiene nada que ver con nuestra posición como betas. – le dijo Scott.

- De acuerdo. Pero pueden preguntar lo que quieran.

- ¿Por qué te has mantenido en secreto todo este tiempo? Por lo que Thalia y Peter nos han dicho existe un consejo de brujos y casi todos ellos son conocidos. – le preguntó Jackson sin apartar la mirada del castaño.

- Me escondo porque aquí hay mucho sobrenaturales y la verdad no me interesa ser parte de alguna de sus pequeñas manadas además no quiero que comiencen a pedirme ayuda para satisfacer sus deseos egoístas. – el olor agrío se hizo presente haciendo que los lobos fruncieran el ceño al notar la molestia del otro – En fin, me escondo en el pueblo y el mundo pero créanme, el consejo sabe de mí. Saben perfectamente quien soy. – les dijo Stiles más relajado.

- ¿Por eso no nos dijiste nada cuando nos conociste?

Un salto en el corazón del brujo llamó su atención pero su rostro parecía tan tranquilo como si nada hubiera sucedido.

- No. Cuando se acercaron a mí supuse que en algún momento me dirían que eran lobos así que en ese momento les diría lo que era. Así es más sencillo y no lo pensé mucho además de que no pensé que se acercarían tanto a mí.

- ¿Sabes quienes son tus verdaderos padres? – preguntó Scott con temor.

- Mi padre era un policía y mi madre una maestra de primaria, ellos murieron en un accidente y yo de alguna manera sobreviví. Estoy seguro de que eran unos simples humanos. Después de eso me llevaron al hospital y al no tener parientes terminé en el orfanato donde nadie me quiso adoptar.

- ¿Por qué?

- Les daba miedo además de que no muchos quieren a un niño con TDAH. Al principio intentaba ganarme a las parejas pero cuando me di cuenta de que no servía para anda solo me rendí. – una sonrisa cargada de tristeza apareció en su rostro – Vi a muchos de los que consideraba familia irse uno tras otro y yo solo me quedaba en ese lugar. – miró a los lobos – Uno se acostumbra y al final aprendes a no encariñarte, después de todo al final todo lo que amo me será arrebatado.

- ¿Es por eso que no te defiendes en el instituto y no tenías amigos?

- En parte. ¿Por qué debo de esforzarme si al final me quedaré solo? – suspiró – Los humanos son egoístas y solo ven por ellos mismo, no hay muchos que hagan cosas por los demás. – sus ojos parecieron ser opacados por una bruma – Gracias a eso yo también estoy solo. – a mano de Jackson lo trajo de nuevo – En fin, no me interesa tener amigos después de todo no muchos se atreverán a defenderme y me he acostumbrado tanto a los golpes que ya ni los siento.

- Nosotros no vamos a dejarte. Los lobos somos leales y cuando prometemos una amistad nos aferramos a ella porque quieras o no ya eres parte de nosotros. – le dijo Scott mientras lo abrazaba con fuerza al igual que el rubio.

Stiles sonrió de manera ligera pero sus ojos tenían un brillo de tristeza. No siempre las promesas se cumple y él lo sabe muy bien.

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La manada se encontraba entrenando, todos esos días se habían vuelto mucho más cercanos al castaño así que estaban todo el tiempo a su lado aunque lo dejaban descansar algunos días en la noche o cuando salía a caminar por el bosque.

Stiles suspiró mientras caminaba por el bosque hasta la mansión, Deaton había tenido que salir a un pequeño viaje de druida y lo había dejado salir antes así que le daba tiempo de ver a la manada entrenar. Al llegar obvio a todos los lobos luchando entre ellos mientras que Allyson junto con las otras chicas practicaban otras cosas pero de la misma manera ruda y sin piedad que los otros.

- Algunas cosas nunca cambian. – susurró Stiles de una manera casi imperceptible que ningún lobo llegó a escuchar.

Caminó hasta la entrada de la mansión sabiendo que los lobos al fin lo había captado y lo miraban de manera.

- ¡Stiles! – gritó Liam mientras se arrojaba a los brazos del brujo con cariño.

- Hola Liam, nos vimos hace unas horas.

- Lo sé pero volviste temprano y puedo enseñarte lo fuerte que soy.

Stiles asintió con una ligera sonrisa en su rostro mientras acariciaba el cabello del menor. Isaac se acercó para recibir los mismos mimos y eso recibió soltando ronroneos de placer.

- Ellos se convierten en unos cachorros cada vez que estás cerca. – lo saludó Derek mientras alejaba a su hermano y su beta mandándolos a entrenar.

- Son buenos chicos, deberías ser un poco más flexible con el ellos, sourwolf. – se burló el castaño.

- ¿Sourwolf? – preguntó Derek alzando una ceja.

Stiles se puso pálido en un segundo y su sonrisa desapareció.

- Lo siento.

- Esta bien, puedes decirme así brujo. – le dijo Derek con una ligera sonrisa mientras revolvía el cabello del castaño. Solo quería desaparecer la angustia del chico, no le gustaba como olía y el rostro que puso.

Los lobos gimotearon al ver al castaño así pero no tardaron en volver a entrenar para impresionarlo.

Derek no podía sacar de su cabeza el rostro de terror del chico. Mieczyslaw era todo un misterio para él, sabía que seguía ocultando muchas cosas pero tal vez era difícil que lo hablara. Esperaba que algún día pudiera decirle todo lo que lo atormentaba.