Algo tocaba mi ventana, lo que ocasionó que me despertase. Me levanté a ver y pude apreciar que era un pajarito, abrí la ventana y él se quedó viendo, lo cual se me hizo raro, ya que los pájaros con cualquier movimiento salen volando.
—Recuerdo que mamá solía decir que cuando un pajarito te levantaba, era para evitar que te levantases tarde y no tuvieras un mal día...—Dije mientras lo acariciaba con el dedo—Pero por otro lado papá decía que era porque te alguien te daría una noticia importante o te enterarías de algo impactante. A decir verdad, prefiero la idea de mamá...—El pajarito salió volando—Bien, vamos a desayunar y entrenar.—Recogí todo como siempre y fui a hacerme desayuno. Antes de comenzar a prepararlo fui a ver si Mitsuri-Kun estaba dormida, pero no respondía así que de nuevo dije—Voy a pasar, con permiso—Abrí la puerta y no había nadie—Estará en una misión supongo... bueno, vamos.Luego de haber desayunado y reposado la comida, fui a estirarme para comenzar a entrenar.
—Bien, esta vez tratare de superar el récord del calentamiento.—Luego de casi una hora—
—27 flexiones, 30 sentadillas y 2 kilómetros... por lo menos sigo firme en la carrera. Supongo que cuando me acostumbre iré aumentando mi marca. Bueno, vayamos a los pesos pesados.
Me dirigí a una zona donde habían varias rocas, desde pequeñas hasta grandes, unas cuerdas que estaban atadas a redes y todo lo necesario para poder cargarlas.
Coloqué varias piedras en una red para poder levantarlas de una forma en que ejercitara los brazos. Fue así que hice varias repeticiones y varié entre otros ejercicios para abarcar poco de varios músculos; obvio sin excederme.
—Creo que el de trampas lo dejaremos para mañana... ya se está haciendo noche.—Me levanté y fui hacia adentro de la finca—
Me tomé una ducha y fui a hacerme de cenar. Luego de acabar, lavé mis platos y luego me dirigía hacia mi cuarto, cuando escuché que alguien tocó la puerta.
—Voy.
—¡Buenas noches, Daiki-Kun!
—Buenas noches, Mitsuri-Kun. Me alegra verte de nuevo.
—Lo mismo digo.
—Adelante pasa. ¿Ya cenaste? Puedo cocinarte algo, me imagino que vendrás cansad...
—Oyakata-Sama quiere hablar contigo.
Me detuve en seco y di un suspiro—Bien... enseguida voy.—Fui a cambiarme debito a qué estaba en bata——Listo, vamos.—Le dije a Mitsuri-Kun mientras me acercaba a la puerta—
—Yo no iré, Oyakata-Sama fue muy específico al sólo querer hablar contigo...—Decía en un tono como si estuviera preocupada o incómoda—
—De acuerdo... comes algo y descansa.
—Si, gracias.
Salí por la puerta, la cerré y fui camino a la finca de Oyakata-Sama—Parece que será lo que papá pensaba... una noticia, ¿que podrá ser?—Dije con mucha inquietud——Hace 15 minutos con Mitsuri—
—Lo entiendes ¿no es así, Kyojuro?—Decía el patrón mientras veía la luz de la luna—
—Perfectamente, Oyakata-Sama... sin embargo, no sé si el chico vaya a estar listo.
—Eso dependerá de él, tranquilo.
—Tiene razón... Kanroji-San, ve por Mochizuki-Kun y dile que venga.
—Voy.
Antes de salir por la puerta, Oyakata-Sama me habló y dijo—Hija, que esto quede entre nosotros. Por nada del mundo le digas a nadie y mucho menos a Daiki. ¿Puedo confiar en ti?
—Cuente con ello, señor.—Hice una reverencia—
—Bien, ve por el chico.
—Si.
Salí corriendo y me dirigí a la finca de Rengoku-San.Al llegar me sentía nerviosa, preocupada de lo que pasaría o de cómo reaccionaría Daiki-Kun cuando le contaran todo.—Basta, tengo que obedecer—Toqué la puerta. "Actúa normal, Mitsuri" pensé. Entonces abrieron la puerta.—¡Buenas noches, Daiki-Kun!
—Buenas noches, Mitsuri-Kun. Me alegra verte de nuevo.
—Lo mismo digo.
—Adelante pasa. ¿Ya cenaste? Puedo cocinarte algo, me imagino que vendrás cansad...
—Oyakata-Sama quiere hablar contigo.—Pude ver cómo se paró en seco y dio un largo suspiro—
—Bien... enseguida voy.—Dijo mientras iba a su habitación. Al parecer a cambures, pues estaba con la bata puesta——Listo, vamos.—Me dijo mientras se acercaba—
—Yo no iré, Oyakata-Sama fue muy específico al sólo querer hablar contigo...—Espera, ¡actúa normal! espero no sea muy obvia mi actitud...—
—De acuerdo... comes algo y descansa.
—Si, gracias.
Se dió la vuelta y solo levantó su mano por encima de la cabeza para despedirse y se fue.
—Ánimo, Daiki-Kun... bien, iré a bañarme para poder dormir, si que me hace falta—Dije estirándome——Actualmente con Daiki—
—Bien, ya llegué... aquí voy.—Toqué la puerta—
—Pasa, hijo.—Escuché decir a Oyakata-Sama—
Entré y vi a Rengoku-San, la verdad no esperaba encontrármelo ahí.—B-Buenas noches Oyakata-Sama, Rengoku-San—Hice una reverencia—
—Toma asiento, Mochizuki.—Dijo Rengoku-San cruzado de brazos y con un tono bastante serio. Espera... ahora que lo pienso, es raro que me hable por mi apellido...—
Fui y me senté al lado de el—¿Qué sucede?
—¿Cómo vas con tu entrenamiento?—Preguntó Rengoku-San—
—Pues solo han pasado varios días, es mucho el dolor al despertar pero sé que con el tiempo me acostumbraré y mejoraré mi potencial.
—Eso es cierto...
Un largo silencio se apoderó del ambiente, comenzaba a incomodarme y no pude guardarme las palabras.—Discúlpenme pero, ¿Que sucede? Se qué hay algo que me quieren decir...
Rengoku-San agachó su mirada mientras que Oyakata-Sama se encontraba admirando la luna. Segundos después se dió la vuelta y se puso frente a nosotros.
—Necesitamos de ese talento que llevas dentro. No suelo hacer esto, de hecho, nunca lo había hecho, sin embargo, necesito que des el doble de ti de mañana en adelante.
—Eso ténganlo por seguro, pero... ¿por qué?
—Irás a la prueba de noviembre de este año que viene.—Dijo Rengoku-San—Sé que te había dicho que podríamos esperar incluso dos años, pero las cosas han estado empeorando y no podemos avanzar. Luchamos, sobrevivimos y permanecemos fuertes pero no podemos avanzar... ni siquiera un solo paso...—Decía mientras apretaba sus puños—Te necesitamos, la mayoría de nosotros confía en ti y tú talento, sabes a qué me estoy refiriendo.
—Si...
—Para poder convertirte en cazador necesitas un entrenamiento estricto, necesitas mucho tiempo. Es cosa que no será en menos de un año y puede durar dos o hasta más dependiendo de la persona, sin embargo, su disciplina es la que puede romper ese tiempo. Es por ello que te necesitarás esforzar el doble de ahora en adelante... siempre y cuando tú quieras.
Otro silencio perduró durante casi un minuto, suena a que es poco pero en ese tipo de conversaciones suelen parecer horas.
—No tienen de que preocuparse—Dije—Sé a que se refieren, y créanme que lo lograré. Mi padre me ha dejado con una responsabilidad muy grande, no lo culpo al no haberme querido entrenar y hacerme cargar con la responsabilidad de semejante poder. Gracias por confiar en mi, solo les diré algo; esto es algo que no puedo hacer solo y ustedes lo saben. Saben que necesitaremos esforzarnos al máximo y no solo yo, sino también ustedes.—Espera... ¡¿que acabo de decir?! ¡Hablé como si yo fuera el líder cuando no es así!—
Oyakata-Sama soltó una pequeña risa—Puedes retirarte hijo, descansa y no dudes en acudir a mi para lo que necesites.—Se dió la vuelta y de nuevo fue a ver la luna. Espera, ¿Que no está ciego?...—
—Ve a dormir, en un rato llegaré.—Dijo Rengoku-San, como si estuviera cansado—
—Eh... está bien. Con permiso, Rengoku-San, Oyakata-Sama.—Hice una reverencia y me retiré—

ESTÁS LEYENDO
¿Y ahora qué hago?
FanfictionDaiki Mochizuki (quien vendría siendo tú, el protagonista de éste fanfic), es un joven de 20 años, alto, con pelo obscuro y ojos marrones. Tiene una personalidad brillante, pero aún así puede llegar a ser una persona muy seria. Lleva una vida tranqu...