III

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Me encuentro en la sala de mi casa viendo una película muy interesante, sobre la Segunda Guerra Mundial, sus estragos y toda esa cosa que en ella se vivió. De repente suena mi celular, es Lisa.

―Scott, ¿estás ocupado?

―Emm, pues estaba viendo un película muy interesante.

―Ah, genial ―me dice alegrada―. Necesito que vengas.

―Pero, ¿y mi película?

―Nah, después la vuelven a dar ―me insiste―. ¿Vienes?

Dios.... ¿cómo lo hace?

―Vale, vale ―termino aceptando―. Voy

Salgo de mi casa, camino unos diez pasos y llego a la suya, llamo a su puerta y en cuestión de segundos aparece Lisa, vistiendo una blusa verde con estampados y unos shorts cortos.

―Ven, pasa ―me dice Lisa.

―Con permiso ―le digo.

―Vale, te dije que vengas por un motivo. Hoy terminaré con Todd, y necesito que me acompañes.

Me emociona demasiado la idea de que termine con ese idiota, pero ¿para qué debo estar ahí?, conozco a Lisa y sé que es demasiado fuerte como para soportar un rompimiento.

Hace dos años ella salía con un chico que le gustaba mucho, él era buena gente. Pasó por el scanner del padre de Lisa, de su madre, de sus hermanas, y del mío. Cuando llevaban 8 meses de relación, el chico terminó con Lisa porque decía que ya no sentía lo mismo por ella. Lisa lloró solo aquella noche. Al día siguiente todo era como si nada, y nunca más lo mencionó.

―Bien, y.. ¿qué haré yo ahí? ―le pregunto dudosamente.

―Pues porque tú me ayudarás en terminar con él.

―¡¿Qué?! ¿Yo qué tengo que ver?

―Pues mucho, eres mi único testigo de que él me cambió por su fútbol, y que me mintió.

―Lisa, te quiero, pero no se si...

―Oh ―me interrumpe―. Bueno, no te molestes Scott. Solo que pensé que, como eres mi mejor amigo, recibiría total apoyo de ti.

"...pensé que, como eres mi mejor amigo, recibiría total apoyo de ti.". Escuchar esas palabras, provocaron que una bomba explote en mi interior. Me sentí inútil, me sentí como el peor de las personas. Sentí que la decepcioné.

―Dios.. ―suspiro―. Ok, Lis. Iré contigo.

―¿En serio? ―levanta la mirada―. ¡GRACIAS! ―se abalanza a abrazarme.

―Bueno, y qué dirás.

―Aún no sé. Diré lo que se venga.

Después de media hora tratando de convencer a Lisa de que prepare algo para decirle, que por cierto nunca logré, salimos al lugar de encuentro de la ruptura: El Parque del Centro.

―Vale Scott, lo llamaré para preguntarle dónde está, ¿sí?

―Ok ―le respondo, sentándome en una banca de madera.

>>―¿Todd? ¿Dónde estás? ―dice por teléfono―. Oh vale, ya te vi.

Alcanzo a ver a Todd a la distancia. Viste muy arreglado, peinado hacia atrás, con un ramo de rosas rojas.

―¿Estás segura que vas a terminarle? ―le pregunto―. Hasta yo le haría.

Lo sé, sonó algo gay. Pero en serio estaba muy arreglado, parecía como si fuera a tener alguna cita especial con Lisa. Claramente me alegra muchísimo que termine con él, pero, siempre vi su felicidad. Y en serio Lisa era muy feliz con él, aunque ella diga que siempre peleaban, sí tenían sus momentos. Yo los veía. Bueno, los espiaba.

―Hola hermosa ―se acerca Todd frunciendo los labios, para besar a Lisa.

―Cállate ―responde Lisa, dándole una cachetada.

―¡HEY! ―reacciona él―. ¿Eso qué fue?

―Eres un mentiroso, ¿lo sabías?

―¿Mentiroso? Yo? ―replica Todd―. ¿Cuándo te he mentido?

―El otro día Todder, nunca fuiste a una entrevista.

―Claro que fui, preciosa ―dice tratando de calmarla.

―¡NO ME LLAMES PRECIOSA! Y no fuiste, ¡yo te vi jugando fútbol con tus amigos a la hora de la supuesta entrevista! ―le dice Lisa gritando.

Me quedo sentando en mi banca, observando la pelea. Sinceramente, está muy interesante. Y como van las cosas, pareciera que Lisa lo golpeará muy pronto. Muero de ganas por ver eso.

―¿Fútbol? ―se sorprende Todd―. Estás loca, nunca jugué fútbol.

Siempre estuve en desacuerdo con la relación entre Todder y Lisa, pero al llamarla "loca" se pasó de la raya, me dejo llevar por furia y reacciono.

―¡HEY! ―me paro frente a él―. No la llames loca, idiota.

―No te metas, Rogers ―me dice empujándome―. Esto no es de tu incumbencia.

―Primero le mientes, ahora la llamas loca. Qué calidad de persona que eres, ¿eh?

―Nunca le mentí, enano. Ahora lárgate antes de que te parta esos dientes.

―Yo también te vi, cara de culo ―creo que me pasé de la raya, pero qué va―. Estabas jugando con tus amigos, en vez de estar con tu novia.

Noto que Todder se acerca para golpearme, pero Lisa lo interrumpe.

―Todd, gracias por todo. Pero termino contigo. No puedo seguir con alguien quien me miente.

―Escucha bien, Reddins ―le dice a Lisa agarrándola fuerte de los hombros―. Nadie termina conmigo ―y la empuja haciéndola caer.

―¡IMBÉCIL! ―le grito, empujándolo.

Luego observé su puño acercándose y todo se oscureció.


Despierto en el hospital, con un suero en mi mano izquierda y una venda envuelta en mi tórax y abdomen. Me duele mucho moverme, no sé qué pasó. Giro la cabeza y veo a Lisa, dormida en el sofá de visitas de la habitación.

―¿Lisa? ―le pregunto.

―¿Scott? ¡Scotty! ―se levanta de golpe y se acerca a abrazarme, y logro soltar un quejido―. Uy, lo siento.

―Oye, ¿Qué pasó?

―Pues bueno, después de que Todder te haya golpeado, para él eso no bastó. Así que comenzó a patearte repetidas veces.

―¡¿Qué?!

―Sí, me preocupé cuando comenzaste a escupir sangre, entonces Todder paró y salió corriendo.

―¿Escupí sangre?

―Scott... Todder te rompió una costilla, y te viró el tabique.

Es verdad, siento mi nariz hinchada. Ahora sé que está bien, que ya han de haber regresado el tabique a su lugar, pero lo de la costilla rota, ya me pareció algo serio. Y sí siento un sabor a sangre en mi boca.

―Me alegra que hayas despertado, Scotty ―me dice Lisa tomando mi mano―. Y gracias por defenderme.

―No agradezcas, Liss. No iba permitir que alguien le haga algo malo a mi pequeña.

Lisa suelta una sonrisa. Está ruborizada. La observo acercarse lentamente hacia mis labios

―Creo que nunca... podré... agrade...

―¿Agrade...? ―le pregunto silenciosamente, cerrando los ojos.

Nuestros labios están a no más de 5 centímetros de distancia. Es entonces cuando la enfermera del hospital entra, y Lisa se aleja rápidamente de mí.






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