VIII

37 0 0
                                    

Hoy toca clases. Nunca antes me había emocionado antes por ir al colegio. Tal vez pueda distraer un poco mi mente de lo que ha pasado estos días. Mi madre entra a mi habitación y me quita las sábanas de encima.

―Vamos, hay colegio ―dice mi madre.

―Sí lo sé, mujer. Lo sé ―froto mis ojos con mis manos―. Ya me levanto.


Me levanto de mi cama y me dirijo al baño, lavo mi cara y me observo al espejo. No veo una mierda, porque sigo con la visión borrosa. Salgo del baño y voy a tomar mi desayuno. Me siento en la silla y me sirven una taza de café con leche y una emparedado con jamón y queso, caliente.

―¿Listo para ir al colegio? ―dice mi padre llevando una taza con café a su boca.

―Creo, no se cómo me reciban los demás ―respondo.

―No eres especial ―dice Lisa fuera de la ventana de la sala―. Así que muévete que se nos hace tarde.

La aparición espontánea de Lisa me sorprende, puesto que es la primera vez que ella viene a mi casa para ir al colegio, por lo general siempre ha sido al revés.


―Ok ―respondo―. No demoro.

Me levanto de la silla y me dirijo al baño a cepillarme los dientes y a peinarme. Entro a mi habitación y me coloco el perfume que a Lisa le gusta, cojo mi mochila, me despido de mis padres y salgo.


En el camino al colegio Lisa me cuenta de cómo sucedió lo que sucedió con Todder. Sinceramente se me hace muy difícil entender que pasaba por la cabeza de Lisa al darle otra oportunidad a ese idiota, porque, vamos... Casi me mata.


―Se comporta muy lindo conmigo, ¿sabes? ―dice Lisa sobre Todd―. Me pidió disculpas y todo.

―Sigo sin aprobar esto, Lisa. ¡ÉL CASI ME MATA!


Entonces logro escuchar una voz detrás de mí que hace que se me hierva la sangre.


―Exacto, casi. No sucedió ―dice Todder detrás de mí con una mano apoyada sobre mi hombro..


Giro y me abalanzo hacia él, agarro su camisa con una mano y hago flexión de mi antebrazo derecho para propinarle un solo puñetazo. Entonces Lisa me detiene.


―Escucha enano.. ―me dice con voz calmada y yo cierro un poco los párpados mirándolo desafiante.

―¡Todder! ―lo regaña Lisa.

―Lo siento.. Scott, mira sé que hubieron problemas entre nosotros ―levanta sus manos en señal de "me rindo"―. Quiero remediarlo, en serio.

―No te creo ―respondo furioso.

―¿Estoy amenazándote? ―me dice él―. Si tuviera intenciones de hacerte algo ya lo hubiera hecho.


Lo miro fijamente, agacho la cabeza, bajo el brazo y lo suelto. No confío en él, pero en parte tenía razón. Todder es de esas personas que si tienen intenciones de machacarte de alguna manera, lo hacen sin rodeos. Pero no fue así. Insisto: no confío en él.


―Vale, hombres ―dice Lisa―. Calmados, ¿sí? Ah, y hola Todder.

―Oh, lo siento ―dice él llevando una mano a su nuca soltando risas―. Hola amor ―le da un beso en los labios.

¿Vienes?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora