Al llegar a la casa de Sora y Clean entramos por un bonito recibidor, al mirar a mi alrededor fui consciente de los detalles de la casa, un espacio abierto de concepto minimalista, todo en tonos claros o matices de blanco contrastados con muebles y elementos de decoración de color negro y maderas muy oscuras. A pesar de ser un concepto abierto el lugar era inmenso. Nos movimos en tres estancias interconectadas, Una sala de estar muy amplia, un comedor elegantísimo y al final la cocina.
Al entrar en la preciosa cocina, que en esta ocasión era más bien vintage, pero sin perder la coherencia con la decoración, los colores y las líneas rectas combinaban a la perfección con elementos antiguos y exquisitamente puestos. El servicio nos tenía preparados tres platos, por lo visto ellos tenían planeada desde antes mi asistencia ya que mi comida estaba lista sin el menor rastro de vida humana en toda la casa. Calentamos la comida en el microondas. La comida era deliciosa y ligera y entre conversaciones meramente formales, me entere de la mala relación que tenían con su madre, razón por la cual vivían con su padre. Él era un alto funcionario y ellos tenían que pasarse la vida cambiando de colegios y casas. Su padre era un hombre de mente cerrada y carácter fuerte, lo cual les ocasionaba alguna que otra disputa pero en general, eran una familia feliz o eso me dieron a entender. No quise indagar más en el asunto pues no era de mi incumbencia, aunque me agradaba la idea de saber de ante mano que actitud tener ante la posibilidad de conocer a su padre. Desde que tengo uso de razón soy reticente ante la idea de conocer a los padres de mis amigos, es algo que me pone realmente nerviosa, a pesar de ser una idiotez. Recuerdo que cuando Karl me invito a conocer a su madre me estuve negando durante más de cuatro meses. Al final le caí muy bien y ella a mi... pero esa historia me trae malos recuerdos y la idea es olvidarme de todo lo que tenga que ver con él.
Tras terminar la comida, me llevaron a otro de los salones de la casa, un poco más pequeño e intimo. A pesar de seguir con la misma línea de decoración esta habitación era mucho más cálida que el resto de la casa, poseía una bonita chimenea de estilo antiguo y tenía una bonitas puertas de estilo francés que daban a un jardín grande en el cual había unos cuantos e inmensos sauces llorones y tenía una flores parecidas a la lavanda pero algo diferentes, no sabría decir que tipo de planta es pero era muy bonito, como transición entre el jardín y el salón había un porche de color blanco que tenía un sillón que parecía un columpio pero gigante, nos sentamos allí y Sora y yo por qué Clean fue a buscar algo.
-Tu casa es preciosa.- Dije como cortesía aunque realmente lo pensaba.
-Sí, lo es creo que esta es la casa más bonita en la que hemos estado nunca.- Me respondió, mientras miraba con tranquilidad el balance de la insipientes hojas del sauce que comenzaban a brotar con el inicio de la primavera.
Me gustaría saber en que está pensado, creo que soy de esas personas que les gustaría poder saber que piensa la gente, no de mi si no en general. Me llama mucho la atención el comportamiento humano.
Al rato apareció Clean con una bonita bandeja de plata, y en ella llevaba una tetera preciosa de porcelana china y tazas a juego. Además de una de esas bandejas de tres pisos, en una había patas danesas y en los otros dos regaliz negros. Este último detalle me pareció curioso, y más una al ver la cara de Sora llena de deseo al mirarlos. Al dejar la bandeja encima de la pequeña mesa y organizarla. Sora y Clean al mismo tiempo cogieron uno del regaliz cada uno. Clean cogió el regaliz salado y Sora cogió el dulce. Los dos los degustaban como niños pequeños. Hecho que me pareció tierno y no pude evitar sonreírle al mirarles. De pronto Sora dijo.
-Es hora de celebrar, que mandaste al carajo a ese hijo de puta.- Me sirvió una taza de té y me acerco el azúcar. Repitió el gesto con su hermano y finalmente con ella misma.
-¡Brindemos!- Dijo Clean.
Los tres levantamos nuestras tazas y brindamos.
He de admitir que me pareció rarísimo brindar con té, es decir imaginaba que sacarían chupitos o cervezas para celebrarlo. Pero me pareció original, además que adoraba el té.
-Es la primera vez que brindo con té.- Dije, sonriendo y degustando el suave y amargo sabor del té.
-Es que no bebemos.- Respondió Clean por los dos.
-¿Porqué? Es decir lo respeto. Pero a nuestra edad es raro encontrar a alguien que no beba.- Dije curiosa.
-Pues porque nos volvemos algo sociópatas, y la sensación de estar borrachos no nos gusta.- Dice Sora con total tranquilidad.
-Eso es la primera vez que lo escucho- No pude evitar reírme al terminar la frase.
-No te rías idiota.- Me dijo Sora riéndose también.
-Es que es gracioso, os he imaginado en plan sociópatas y no os puedo tomar enserio.- Dije en tono amable pero divertido.
-Pues es verdad y no te gustaría.- Dijo Clean, aun que el si se estaba riendo abiertamente. Se reían de igual manera, era una especie de risa sorda, que hacía que a mí me diera más risa.
Era un buen momento para reír y disfrutar algo de la vida, me sentía como en los "felices años 20", había pasado de la más absoluta soledad y a punto de la desolación. A sentir que volvía a comenzar de nuevo dejando el pasado atrás. Visto desde una perspectiva más educativa que como un mal recuerdo. No sé si me entendéis, pero cuando, una es traicionada por tu amor, por esa persona a la que le compartiste tantas cosas, tu manera de entender el mundo cambia, se hace muy melancólica... ya no es como antes, que andabas con los ojos cerrado, sin preocuparte de nada. Pero el hecho no es ese, si no que en muchas ocasiones te encuentras añorando esa sensación de seguridad. Para salir de esto, cambias y mucho... te vuelves una persona que entiende las relaciones sociales, la amistad y el amor de otra manera, más fría y calculadora, pero ese cambio bien llevado hace que disfrutes mas de todo. Estas más pendientes de todo y tratas de ponerte en el lugar de los demás.
Podría decirse que acabas de abrir tu mundo, ahora necesitaba sentir el mundo desde fuera, no desde mi cerrada perspectiva y mirar todo desde una amplia panorámica, esto debía serme útil. Desde esta posición respecto al mundo pretendía vivir la relación que estaba forjando y comenzando con estas personas que aparecieron de la nada en mi vida. Pero también a la hora de actuar con mi problema con Karl, pues en el fondo yo misma sabía que esto pasaría a mayores, y como ya me había advertido Karl este era el primer aviso y los siguientes no serían tan pacíficos.
Las horas pasaron y cuando refresco mucho nos metimos dentro y encendimos la chimenea, pusimos cojines en el suelo y mantas y nos pasamos todo el rato hablando de las cosa más inverosímiles que se nos ocurrieron, nuestra relación se hizo fluida, descubrí lo cariñosos que eran a pesar de dar la impresión de ser fríos, el primero fue Clean, el era el más abierto de los dos.
Me dio un largo y fuerte abrazo, que me cogió desprevenida. Luego fue Sora la que lo hizo. Yo no podía creérmelo pero realmente me sentía muy feliz con todo aquello. Después de todo lo ocurrido esto era como respirar un poco de aire fresco, tras pasar unos cuantos minutos bajo el agua.
Cuando se hizo tarde los dos me acercaron en su coche a mi casa. Les di un abrazo rápido y entre a la casa. Al entrar, salude a mis padres, fui a la cocina, robe una manzana y me fui derecha a mi cuarto sin mediar mayores palabras con mis padres, el día había sido casi perfecto. Me tire sobre la cama riéndome sola y puse una canción "The a Team de Ed Sheeran" no sé porque pero esa canción me ponía siempre muy feliz. De mis ojos resbalaron un par de lagrimas, esta vez no eran de tristeza si no de felicidad. De pronto recibí un mensaje de un número desconocido.
"La traición, es algo que se paga con sangre, no lo olvides... No siempre estaré dispuesto a ser tan civilizado como lo estoy siendo." "Este es tu segundo aviso"" Por cierto me gusta cuando lloras de felicidad que pena que no sea por mi... "
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Como volver se loca en un mes.
Teen FictionNo recuerdo como empezó, lo que si recuerdo es como me sentía, había subido en ese viejo autobús, como cada medio día tras salir del instituto, mi hermano hacía el idiota y saludaba como si fuera el rey del mundo a sus amigos. Le pegue un tirón y lo...