Me levantó el canto de los pájaros esta mañana, me molestaba lo felices que sonaban a pesar de que a mí el cuerpo me dolía a causa del horrible frío que hace en mi cuarto. Debe de ser tarde porque el sol ya está muy alto. Pero yo no quiero levantarme, solo quiero seguir allí echada dejando que el mundo se mueva a mi alrededor y yo... quizás ser solo una observadora, pero no, esto no es posible, jamás va a serlo y será mejor que me levante ya.
Literalmente me tiro de la cama y me arrastro hasta el armario el suelo esta helado pero no me importa, ni siquiera soy sensible al frío con lo que me duele el cuerpo. Cojo unos vaqueros, una blusa de color agua marina, ropa interior y me meto en la ducha. Enciendo el agua caliente aun sin desvestirme. Lentamente me despojo de cada prenda y me meto en la ducha, que ya está ardiendo, a medida que el calor invade mi piel y la va enrojeciendo yo me voy despertando, cuando no puedo aguantar más el calor la apago y me enjabono lentamente, me lavo el pelo. Me abrazo a mí misma.
Joder me hace falta un poco de autocompasión. Maldita sea no sé cómo salir de esto y cada vez me consume. No quiero llorar pero ahí están de nuevo las lágrimas. Parece que no puedo tener un solo día feliz, sin que algo o alguien lo destrocen o me lo haga pagar con creces. Es como si cada momento feliz que tengo se viera ensombrecido por tres cosas malas. Lo que me hace pensar en ese refrán que reza "Las cosas malas, siempre vienen de tres en tres." A mí esto se me cumple a la perfección.
Venga Lea, basta de auto-compadecerte en el baño, eso es patético.
Termino mi baño y me visto rápidamente. Mis padres ha salido y por lo visto, mi hermano sigue durmiendo la mona, porque salió de fiesta ayer hasta muy tarde con mis amigos. Bueno mis ex-amigos, no sé como de la noche a la mañana, pase de ser una chica con un buen grupo de amigos a no tener ninguno. Bahh no quiero pensar en ello.
Bajo al piso de abajo y me preparo un desayuno, bueno en realidad es una taza de té y dos galletas integrales. Yo lo llamo desayuno y mi madre lo llama malnutrición, Me cojo una manzana para más tarde y subo a mi habitación. Cojo mi ordenador y abro mi correo, desde que desaparecí de las redes sociales, lo único que tengo es mi correo. Me siento tan del dos mil, me rio al pensar en esto.
Reviso los correos, la mayoría es publicidad, sobre posibles empleos mal pagados y de pronto me fijo en un correo que nada tiene que ver.
Asunto: Ojala lo leas pronto.
Primero pienso que es de Karl jodiendo, pero al mirar el correo me doy cuenta de que para nada.
Hola Reina!
Estoy en tu ciudad y he pensado en que podríamos vernos, estaré por aquí cosa de unos meses y volver a verte para rememorar tiempos pasados me encantaría.
Bueno tienes mi número, si no pídemelo por el correo que te lo pasó.
Un beso preciosa Daniel.
Sonrió para mí misma, quien lo diría Daniel en mi ciudad.
Daniel, es un chico que conocí en un viaje que hice cuando tenía 15 años, el es como 4 o 5 años mayor que yo. Pero recuerdo que me tenía totalmente enamorada, en aquella época, sus bonitos ojos verdes, su cuerpo musculado a la perfección aunque algo flaco. Ese pelo castaño y rizado tan mono y su bonita boca. Y sobretodo el tostado de su piel.
Inmediatamente cogí el móvil y le llame. Estaba sonando y no tardo ni tres segundo en responderme.
-Lea?-
-Si soy yo, hola acabo de ver tu mensaje y bueno hoy es un día perfecto, para ir a tomar un café. Bueno si puedes.- Mierda había hablado un montón, ni siquiera le salude que torpe soy...
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Como volver se loca en un mes.
Teen FictionNo recuerdo como empezó, lo que si recuerdo es como me sentía, había subido en ese viejo autobús, como cada medio día tras salir del instituto, mi hermano hacía el idiota y saludaba como si fuera el rey del mundo a sus amigos. Le pegue un tirón y lo...