EN CAIDA LIBRE

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-Hugo- llame al entrar en la habitación, cerré la puerta detrás de mí, todo estaba a oscuras, me quité los zapatos, y caminé un par de pasos adelante.
-Todo bien con Gina? - Senti la respiración de Hugo a mi lado, no le vi acercarse.
-Hugo, me asustaste. - encendió la luz tenue de un candil que había en la pared, observé la habitación, decorada en madera de roble, una enorme cama redondeada con dosel de forja alrededor, en el centro de la habitación, junto. Al av eta a un armario pequey ño dos dos puertas de espejos, un pequeño tocador, y otra puerta que debía ir a un baño. Sentí el calor del pecho de Hugo sobre mi piel, le mire, solo llevaba puesto un pantalón de pijama a rayas azules, descalzo, y con el pecho al descyubierto.
-Hay algo en ese armario para mi?- dije bajando la cremallera de mi vestido
-No! No te lo quites! - me ordenó al mismo tiempo que me enseñaba mi antifaz, me lo puso sobre mi rostro- deseó follarte asi! - suplico con voz determinante haciendo que se me erizara la piel, un escalofrío que recorrió mi cuerpo cuando sentí sus dedos subiendo la cremallera del vestido. Caminé de su mano hasta llegar a la cama, me senté en el borde, sin dejar de mirar sus movimientos.- esta vez seré yo quien se desnude para ti- se deshizo del pijama, su forma de dar y pedir placer me asustaba, pero más me asustaba el deseo desmedido por verlo así para mi, desnudo, mostrando su debilidad por mi, fijando su mirada en la mía, levantó mis piernas hasta ponerlas sobre sus hombros, sin preámbulos y sin previo aviso, me penetro, entró en mi como un tsunami que arrasa con todo, pero no me importo, mi sexo ya estaba lo suficientemente húmedo, para lo que no estaba preparada era para las fuertes embestidas que desataron tu deseo, sujetándose en el dosel de arriba, me embestía con fuerza, gemía desesperado por correrse. - cariño estás bien? - me preguntó con la voz entrecortada - asentí.
Sigue, dame más! Hugo no pares, ahora no!- supliqué
-Estas segura?
-Si- volvió a moverse con fuerza, bajo mis piernas, beso mi sexo, luego me beso en la boca, Dios, todo el sabía a sexo y placer, giro mi cuerpo colocándome boca abajo, comenzó a embestirme por detrás, mientras sus dedos acariciaban mi sexo, no aguantaba más.
-No te corras Mía! - me ordenó
-Que? - logre decir confundida
-Todavía no cariño, - no sé cuánto tiempo duraron las embestidas, pero mi cuerpo delataba cansancio, y aún así no deseaba que parase, pasó su mano sobre mi cuello, haciendo que me levantara y pusiera frente a él, bajó rápidamente la cremallera de mi vestido, mis pechos salieron disparados con vida propia hacia su boca, no podía sentir más placer en ese momento, hasta que me aprisionó con la pared, levantó mi cuerpo, y sutilmente se deshizo del antifaz y la peluca roja, alborotó mi pelo negro, haciendo que cayera sobre mi cara.- joder Mía, ahora si, adoro verte así, excitada, mojada, deseando más- volvieron las embestidas, cada vez más fuertes- quiero sentirlo, quiero sentir como tiemblas, como te corres! - sus palabras golpearon mi mente, de tal manera, que mi excitación subió de ritmo, o me corria, o mi cuerpo Y explotaría.
-Hugo! - supliqué en el momento en que mi cuerpo pasó a ser esclavo del orgasmo más largo y placentero de mi vida. Sentí como me llenaba de él, cuando sus gemidos se ahogaban en un susurro diciendo mi nombre.-Mía! - con delicadeza me llevó hasta la cama, nos acostamos uno junto al otro. Creo que en ese momento debí decirle algo, pero no lo hice, me acurruque en su pecho, y me dormí. Cuando sol entró por la ventana, me desperece, abrí los ojos, estaba sola en la cama, con un camisón de raso negro puesto, me duché, cogí del armario unos la talla negros, una camiseta roja, una camisa a cuadros rojos que anudé en mi cintura, junto al tocador encontré una botas camperas negras. Salí de la habitación en busca de Hugo, al cruzar el pasillo, oí risas que venían de la habitación de Angelina, me asomé a ver a Gina, seguía dormida en su dormitorio, baje las escaleras, y me dirigí a la cocina, Hugo estaba sentado con una taza de café en la mano.
- Buenos días- le bese en la mejilla- hay café para mi?
-En la cafetera - respondió fríamente, me serví el café, puse en un platillo un par de scones con mermelada, y me senté junto a él
.- estoy hambrienta, quieres?
-No tengo apetito.
-Ocurre algo?- pregunte
-No
-Entonces porque hablas con monosílabos?
-Escucha Mía, yo, déjalo, no pasa nada- se puso en pie.
-Dímelo, o mi mente empezará a sacar sus propias conclusiones y a montarse una película, estás enfadado conmigo?
-No! Claro que no!
-Es por lo de anoche?- no contestó, así que mis inseguridades volvieron, y la película ya se había creado en mi mente. - vale, ahora si que quiero saberlo
-Déjalo, Mía, no pasa nada.
-No te gustó? Esperaba otra cosa de mi? Igual no estoy a la altura de tus expectativas, igual necesitas una mujer más experimentada con los hombres, igual ....
-Cállate! - gritó cuando Michael entraba en la cocina.
-Interrumpo algo?
-Si- dijo Hugo malhumorado
No!- dije yo sirviendo una café para Michael, Hugo me miro, sin decir nada más dio unos pasos para irse,- eh! Ni se te ocurra salir de aquí! No hemos terminado de hablar! - le grite
-Seguiremos en otro momento.
-De eso nada, que coño hice mal?- le grité, me miró, se acercó a mi, su cara estaba desencajada, ni me toco, ni me rozó, solo me miró a los ojos.
-Fui yo el que hizo algo mal, no tú
-Qué quieres decir?- Michael observaba neutral.
-Lo siento, Michael, pero ya ves, con ella es así, o ahora o nunca.
-No te disculpes, por mi podéis seguir.-dijo divertido
-Me descontrole, anoche, no debí follarte así, lo siento si ... en algún momento ...
-Te estás disculpando por follarme? - Michael sonrió disimuladamente
-Me estoy disculpando por haber sido tan rudo, me descontrole.
-Te descontrolaste? Que quiere decir eso? Que las otras veces te controlas cuando follamos?
-No quiero decir eso, joder Mía, pero tú te das cuenta lo que significa para mi?joder, me paso las 24 horas del día pensando en ti, acordándome de ti, de tus besos, tus caricias, de tu cuerpo, joder, si estoy todo el día empalmado!- Michael soltó una carcajada- como no voy a controlarme!
-Cuando estemos juntos deja el autocontrol fuera! - me acerque, puse mi mano sobre sus pantalones vaqueros, apretando su sexo. - descontrolate Hugo- susurró en su oído al no notar su sexo dudo.
-Mía, habló en serio
-Y yo también, anoche ... fue increíble, follar contigo siempre es increíble, pero anoche, me hiciste sentir el mejor orgasmo de toda mi vida, lo entiendes?- dije sensualmente
-Me voy, antes de que arda la cocina- dijo Michael saliendo de la cocina cuando Gina intentaba entrar, el se la llevó del brazo.
-Creí que no te había gustado ...- siguió Hugo
-La Próxima vez pregúntame primero, quiero que seas tú mismo, quiero que hagas conmigo lo que te apetezca Hugo, el sexo es así- su sexo se volvió duro en un instante
Joder cariño, jamás pensé que el sexo con la mujer a la que amas sería así, intenso, devorador, desesperante.- le besé apasionadamente.
-Si no te hubieras ido de la cama tan temprano hubiéramos echado el polvo de madruga.- sonreí divertida
-No me tientes. - sonrío mientras salíamos de la cocina- me gusta tu look de leñador- me dijo burlón
Michael nos tenía preparada toda una mañana de actividades, salimos en un todoterreno conducido por uno de sus empleados, el camino por el que íbamos era angosto, lleno de piedras y barro, subimos montaña arriba hasta llegar a la cima del parque natural que rodeaba el castillo. Bajamos del coche, las vistas desde allí arriba eran espectaculares, podíamos ver el castillo y el lago, incluso a lo lejos podía visualizarse el pueblo.
-todo esto es tuyo?- preguntó Gina
-No, solo las tierras que rodean el castillo hasta llegar al lago, mi abuelo cedió al estado todas estas tierras con la condición de que lo declarase parque natural protegido, para evitar que la gente subiese aquí de excursión. Venid, os enseñaré algo. - anduvimos un kilómetro y medio a pie, hasta llegar a un precipicio donde había una pequeña torreta. - cada año, desde que era pequeño, mi padre me traía aquí, decía que primer día del año había que afrontarlo con valentía, que nunca en tu vida el miedo te impida saltar hacia tus objetivos y metas.
-Saltar? - preguntó Hugo
-Si, hace muchos años que mi padre murió, y llevo haciendo esto solo cada año, hoy seréis mis acompañantes. Saltaremos por una tirolina de 3 km de longitud, a más de 1700 metros de altura.
-Me encanta! - dijo Angelina- cuanto se tarda en bajar?
-Unos tres minutos.- dijo Michael mientras sacaba de su mochila los arneses y cuerdas. - quien quiere ir primero?
-Iré yo- dijo Robert
-Luego yo- dijo Angelina
-Yo no voy a saltar! Ni de coña!- dijo Gina, mientras Michael preparaba a Robert.
-Y tú Mía que dices? - preguntó Hugo animándola
—Yo, no estoy segura
-Listo- dijo Robert- allá voy!
-Recuerda que bajarás a más de 150 km por hora, y no habrá nadie en la torreta para pararte, frenarás de golpe, no te suelte seguido, unos segundos y luego te sueltas.
-Entendido! - dijo cogiendo impulso hacia atrás, después se deslizó por la tirolina soltando un grito de guerra.
-tenemos tres minutos para preparar al siguiente, Angelina vas tú!- ella se acercó y dejó que le pusiera los arneses.
-Falta un minuto -dijo Hugo
-Ya está lista!
-Bien, joder, esta muy alto! -cogió impulso hacia atrás, cerró los ojos y se deslizó por la cuerda. - ahhhhhh! Que gozada! - se le oyó gritar,
-Siguiente?- preguntó Michael- Gina?Mía?
-Ya te he dicho que no pienso saltar - dijo Gina
-Iré yo- dije subiéndome a la torreta- joder, esta muy alto- el miedo se apoderó de mí, quería saltar, demostrarme que podía hacerlo.
-Ire yo primero - dijo Hugo subiendo a mi lado- te espero al otro lado, vale?
-De acuerdo- dije mientras se colocaba los arneses - como sabes atarte todo eso tú solo?
-He hecho puenting varias veces.- sonrío- puedes hacerlo Mía- me animo
-Listo- dijo cogiendo impulso y deslizándose sin titubear.
-Vale, voy yo- dije no muy convencida, Michael me ato los arneses.
-Mía estás segura que quieres hacerlo?- preguntó Gina asustada
-No lo estoy, pero quiero hacerlo, recuerdas lo que hablamos anoche?
-Si, eso de ser dueña de nuestras vidas, e ir a por lo que nos merecemos?
-Exacto! Si yo puedo, tú puedes, nena.
-No lo penséis más, coge impulso Mía - cogí impulso, me obligue a no cerrar los ojos, y salte. El subidón de adrenalina fue arrollador, ni siquiera podía gritar, pero lo que sí podía era disfrutar de la sensación de libertad, que me duró unos instantes, porque empecé a notar que perdía velocidad, y poco más de dos metros y medio comenzaba a pararse mi arnés, hasta que se detuvo por completo.
-Hay baja Mía- dijo Angelina mientras Robert ayudaba a Hugo a quitarse los arneses.- chicos!chicos!- grito
-Que? - preguntaron al mismo tiempo
-Algo le pasa a Mía, no baja, se ha detenido a unos 500 metros
-Joder! - dijo Robert
-Hay que subir a buscarla, rápido, ayúdame a colocar los arneses otra vez, si se lanza el siguiente, se chocaran y la arrollara
-Y como vas a llegar a ella?- preguntó Angelina - no se puede subir
-Trepare con las manos hasta ella. - Hugo se colocó de nuevo en la torreta- empujarme todo lo que podáis. - le empujaron a penas unos metros, lo más rápido que puedo, trepó hasta Mía, con las manos enrojecidas llegó hasta ella.
-Estas bien?
-Si, no se que ha pasado, se detuvo poco a poco
-Déjame ver, esta enganchado el arnés de arriba con la cuerda que rodea tu cuerpo, seguramente se enganchó cuando cogiste impulso.
-Puedes desengancharlo?
-No sin soltar el arnés de arriba
-Joder Hugo, si sueltas el arnés ...
-No te dejare caer, confía en mi, escucha, haremos lo siguiente, te acercarás a mi, enrollarás tus piernas en las mías, eso se te da muy bien - dijo recordando como ella se enrollaba a él cuando follaban.
-No bromees- su amplia sonrisa me quito el miedo, Dios, hasta su sonrisa me hacía vibrar.
-Recuerdas cómo te cuelgas de mi cuando follamos?solo tienes que hacer eso, soltaré el arnés y la gravedad hará el resto
-De acuerdo.
-Lista?Ya!- solté el arnés, con el miedo en el cuerpo y corazón latiendo a mil por hora, nos deslizamos hacia la torreta demasiado de prisa, mire arriba, todavía no se veía bajar a nadie, di gracias por la inseguridad de Gina, quien seguro estaba retrasando a Michael. Llegamos a la torreta dando un doble impacto, a pesar de que Robert intentó minimizar el golpe con su cuerpo, empuje a Mía cuando vi que Robert sujetaba sus cuerda, quede colgado a dos metros de ellos, solté mi arnés y salté hacia la torreta.
-Estáis bien?- preguntó Angelina asustada
-Si- respondimos Mía y yo al mismo tiempo. Me deshice de las cuerdas, Robert desató a Mía, la miré, sin poder disimular el miedo, era fuerte y supe que se estaba tragando las lágrimas, la adoré por ello. Me acerque y la bese. - creo que tú y yo hacemos un buen equipo, nos gusta vivir c muy intensamente. - bromee
-Vamos Gina, no pensé que eras una mujer tan débil! -dijo Michael
-Por quien me has tomado-
-Por lo menos sube, y si de verdad sientes vértigo te bajas - subí, solo para comprobarlo.
-Esta muy alto, ya te dije ... que haces? - Michael ya me había puesto las cuerdas y los arneses
-Saltaremos juntos
-No! Ni soñarlo!
-Yo que tú me agarraría algún sitio, preparada?
-No te atreverás - paso una mano por mi cintura, obligándome a sujetarme a su cuello.
-Allá vamos!
-Mierda! Esta te la guardo! Ahhhhh!
-Vimos aparecer a Michael y a Gina juntos, llegando a la torreta, Gina estaba más que enfadada, se quitaron los arneses y Gina se lanzó a él, golpeándole el pecho, él la apretó contra su cuerpo y la beso apasionadamente, aunque ella se resistió finalmente se dejó besar, después le abofeteó.
-Crees que porque beses bien se me va a olvidar que me has lanzado al vacío?
-Dios! Como me gustas nena! Estamos todos bien no?- asentimos sonriendo
-Gracias a Gina si - dijo Robert - si hubieras bajado unos minutos antes, hubierais arrollado a Hugo y a Mía
-Que dices?- preguntó Michael, le contamos lo sucedido - joder, lo siento, es la primera vez que ....
-Tú y tus ideas locas señor conde - se burló Gina - espero tranquilidad el resto del día
-Qué os parece relajarnos navegando por el lago?
-Estupendo- dijo Robert
-Bajaremos andando hasta el pueblo, solo son unos cuatro kilómetros, ladera abajo.
-Caminamos por la ladera, el paseo fue tranquilo, nos encontramos ovejas, vacas pastando, e incluso varios cabellos con sus potrillos.
-que lugar es este? - preguntó Mía
-Es una granja, por hay tantos animales
-Sr. Michael! - llamo un hombre que se acercó a nosotros, montando en un cabello
-Josue! Que tal todo?
-Bien señor, podría acercarse a la granja, es por Merci.
-Os importa desviarnos un poco?
-No- dijo Hugo
Caminemos hasta llegar a la granja Mimisan, Josue nos estaba esperando.
La granja Mimisan fue creada por mi madre, Michelle Misangur, era la veterinaria en el pueblo. Josue nos llevó hasta los cobertizos, Merci era una vaca enferma.
-Y ahora el señor Michael cuida de nuestros animales - dijo Josue
-Pensé que habías estudiado abogacía?- preguntó Hugo
-Si, estudié abogacía por orden de mi padre, a mi nunca me gusto, cuando termine la carrera, estudié veterinario, y ahora trabajo en ello.
-Trabajas?- preguntó Gina
-En realidad no - dijo Josue- trabaja pero no nos cobra nunca
-No trabajo por dinero, solo por vocación. - dijo examinando a Merci.- lo siento Josue, esta vez, no podemos salvarla
-Entiendo. Ya me lo esperaba, lleva mucho tiempo sufriendo - Josue sacó una pistola pequeña y se la dio a Michael.
-Que vas hacer?- preguntó Gina- matarla?
-Hay que sacrificarla, si.
-Y no puedes inyectarle algo
-Si podría, pero no ahora, no he traído la medicación.
-No puedes matarla así, sin más!
-Gina, está sufriendo - susurró Mía
Josue vendré mañana a primera hora, con la medicación, ya que a la señorita sin sentimientos no le importa que él pobre animal sufra un día más. - le miró desafiante
-Esta bien! Hazlo ya!- grito Gina, quien se arrodilló frente al animal, acariciando el lomo de su cabeza.
-Esperarme fuera. -dijo Michael, salimos todos menos Gina
-Me quedo! Adelante! - Michael disparó, era lo peor de su profesión, aunque esta vez le dolió menos al compartirlo con Gina.
-Gracias, por ... quedarte.
-No lo he hecho por ti.
Llegamos al muelle que había en el pueblo, un barco no muy grande nos esperaba, ya más tranquilos, desembarcamos para navegar por el lago. Michael tenía todo organizado al mínimo detalle, desde la comida, que consistía en una variedad de comida china y tahilandesa, bebida, vino de varias clases y mojitos de varios sabores diferentes, de postre helados de varios sabores, todo amenizado con música de los 90. Prescindió de sus empleados, y decidió manejar el barco el mismo. Mientras ellos se quedaron en popa, nosotras disfrutamos del calor del interior.

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