RECONOCER

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Era inevitable no desearla, no quererla, tan frágil, tan fuerte al mismo tiempo, allí estaba, enfundada en un peto tan entallado que parecía qué fuese su propia piel, sin poder evitarlo mis ojos recorrieron todo su cuerpo lascivamente, de puro deseo de desnudarla en ese mismo mismo momento. Distraje mi mente a la conversación, salir de pesca con los chicos, nada de mujeres, nada de sexo. Sin querer alargar mi visita, y deseando salir de allí, antes de que mi cuerpo empezará a reflejar lo que mi mente imaginaba con insistencia. Me despedí, regresé a casa dispuesto a prepararlo todo para el fin de semana. Tres horas más tarde, Michael nos enseñaba lo que él llamaba pequeña cabaña junto al lago. Una preciosa casa de madera, diseño minimalista, de distribución abierta, con una enorme cocina salón, donde a parte de dos sigas negros de cuero, una gran chimenea caldeaba el ambiente, detrás del sofá un billar de estilo vintage en color rojo cobrizo, tres habitaciones, tres baños, y en exterior una sauna y jacucci con vistas al lago.

-Acomodaros donde queráis, yo me quedo en la habitación del fondo, el frigorífico está lleno de comida casera y bebida, si os parece podemos dar una caminata antes de comer. dijo Michael dirigiéndose a su dormitorio.
-Joder! Cabaña dice! - comentó Robert abriendo la apuesta del segundo dormitorio. mientras que Hugo se acomodaba en el primero situado seguido de la cocina.
-Perfecto!

Después de una caminata de dos horas, disfrutaban de una comida nada ligera. Ensalada de marisco, roti de pato en salsa con a patatas gourmet y tarta de tres chocolates crujiente como postre.
-creo que mañana deberíamos salir a correr y no a caminar.- bromeó Robert. Quien no dejaba de escribir en su móvil. - que? Tengo un hijo he de preocuparme por él no creéis?
-En serio?- Michael le quito el móvil y leyó los mensajes. - fiesta de chicas en mi casa, -Emm! Eso es nuevo, Gina no me comentó nada.
-Acaso tiene que pedirte permiso? Lo habrán decidido a última hora. - recuperó su teléfono, leyendo el último mensaje, y mirando al última fotografía recibida, el rostro se le endureció. Algo que no pasó desapercibido para ninguno de sus amigos. Miró a Michael, le mostró el mensaje.
-Ya os lo dije, teníais que haberme hecho caso, pero claro ....
¿-De qué estáis hablando?- preguntó Hugo intrigado, leyó el mensaje que Robert le mostró.
-Mía quiere alquilar el piso de su madre. Ira a limpiarlo el lunes.
- No ha vuelto a poner un pie en esa casa, desde la muerte de Mat, lo ha intentado varías veces, tanto sola como acompañada de las chicas. Es llegar a la puerta, le entra ansiedad y se tienen que volver a casa.- explicó Robert.
-Y porque no contrata un equipo de limpieza?
-Eso propuse yo, pero necesita hacerlo ella misma, para poder pasar pagina.
-Hablaré con Lina, quiero saber cuando va a ir.- dijo Hugo, si algo tenía claro es que apoyaría a Mía en todo lo posible.
-Y porque no hablas con ella directamente?
-Ni siquiera me lo ha mencionado.
-Joder no sé a qué esperas, tío!- comentó Robert
-Crees que es fácil volver a recuperar la confianza de una persona a la que has decepcionado y abandonado en el peor momento de su vida?cada vez que me acerco ella ... solo me transmite desconfianza
-En serio? Pues a mi me parece que lo que transmite es..
- Cállate! Eso ya lo sé, la atracción es mutua. - apuntó Hugo
- Mía sigue enamorada de ti, eso nadie lo duda, intenta no presionarla, deja que sea ella quien se acerque a ti. - aconsejo Michael.
- Mia no es el tipo de mujer que da el primer paso. - afirmó Hugo.

A veces volver a la realidad asusta tanto que incluso un día soleado se vuelve gris. Así se sentía Mia, envuelta en nubes grises nublando cada pensamiento positivo que cruzaba por su mente. Cada día le era más difícil no pensar en Hugo.
- Podéis dejar los móviles un ratito quietos? Chicas!- dijo Mía ofendida
- tranquila! - susurró Gina.
- tranquila? Os habéis pasado todo el fin de semana pegadas a los móviles, a penas hemos hecho otra cosa que comer, dormir y ver la tele.
- No entiendo porque estás tan ofendida, si veníamos a descansar el fin de semana- Lina sabía que el problema de Mía era Hugo. Su amiga empezaba acostrumbrarse a tener a Hugo cerca, pero nunca reconocería que ese fin de semana le echaba de menos.
- Si tan aburrrida estas porque no aprovechas las entradas que tienes guardadas desde hace más de un año para la opera. - la atacó Gina
- Sois insufribles! Pues mira, si que las voy aprovechar, aún me quedan cuatro horas para arreglarme, tengo tiempo suficiente. Nos vemos mañana! - se despidió.

SENTIMIENTOS DIFUSOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora