cap 77

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No sé quién eres, pero mi mejor amiga la tienes que encontrar – dijo mientras me quitaba el arma de la mano.

No dije nada y asentí con la cabeza para después ver a uno de mis hombres para que le colocaran uno de los chalecos anti balas, esta niña es más fuerte que cualquier persona que he conocido, le hice una señal para que ella dirígeteles al equipo, seguimos buscando por todos los cuartos hasta que en uno de ellos estaba ella, me acerque a Kayla para tomarla en mis brazos y sacarlas de ese lugar, mientras caminábamos Mariane me pregunto ¿Te enviaron mis padres?, no supe que decir y simplemente lo ignore hasta que sentí su arma en mi espalda, para después acercarse a mi casco y decirme "contesta", no tengo de otra tengo que hablar pero va a reconocer mi voz, estoy perdida simplemente estoy perdida, pero una voz me detuvo "más te vale que le quites esa arma oficial", voltee para ver como Ricardo le daba una señal a una de sus sub oficiales para que se llevaran a las niñas, le di a Kayla y mientras veía como se la llevaban un susurro me saco de mis pensamientos "ahora si puedes quitarte el casco Julyet conozco tu rostro perfectamente" voltee a verlo mientras me quitaba el casco, para luego decirle.

¿Qué haces aquí? – dije arreglando mi cabello.

Eh un simple gracias para tu hermano menor no te haría daño – dijo mientras agarraba mi casco.

¿Por qué estás aquí, te mando Joaquín? – dije viéndolo y cruzando mis brazos. Agradece que no envió a mi gemela – dijo mientras coqueteaba con un suboficial. No metas en esto a Yisella – dije mientras le volteaba la cara para que me mirara. Eh que pasa, porque siempre estas así de malas – dijo mientras me imitaba.

Lo mire con una cara de "ya terminaste de hablar", le quite mi casco y solo me reí, mientras me ponía mi casco solo rodé mis ojos, Sali del edificio y comencé a mirar por todos lados, me acerque donde estaban mis amados amigos y abrace a Rossana quien me dio las gracias por salvar a su hija, la solté para que pueda estar con su familia, comencé a buscar por todas las ambulancias a Mariane, cuando por fin pude ver esos ojos claros como el cielo que me volvían loca, quise acercarme a ella cuando vi como un hombre y una mujer se acercaron a ella, ¿sus padres?, el hombre volteo a verme y simplemente me di la media vuelta para no verlo, debe de ser su padre, me subí a la moto y simplemente sin voltear a verla acelere.

En ese mismo lugar de España.

Me senté en el borde de la ambulancia, mientras me ponían el suero en el brazo, vi el auto de mis padres estacionarme y tan solo de mi boca salió un pequeño susurro "increíble", vi a esa mujer la que me salvo, el perfume que usa me parece muy conocido, pero no se dónde no se cuándo, vi como mi supuesta madre correr hacia mí y abrazarme para después decirme.

¿Hija estas bien? ¿alguien te hizo algo? – dijo acomodándome el cabello.

Mi madre continúo hablando, pero en mi mente estaba solo el perfume de esa mujer, simplemente se me hacía muy conocido, uno de los oficiales se acercó a nosotros y dijo

Soy el oficial de los Tomoe – dijo mirándome.

¿Qué pasa? – dijo mi supuesta madre.

Madre no me siento muy bien puedo subir al auto – dije mirando hacia la camioneta. Si mi hija sube al auto y espéranos ahí – dijo el hombre.

Me quité la manta que tenía encima de mí, y comencé a caminar hacia el auto, abrí la puerta y subí, cerré la puerta y dije.

Hola papi – dije mientras veía al hombre que estaba en asiento delantero. Hola mi pequeña mafiosa – dijo volteando para tocar mis mejillas.

¿Dónde está mi madre? – dije mientras me engreía.

No te preocupes mi pequeña ella está muy bien – dijo mientras se volteaba.

Las puertas de mis lados se abrieron, y subieron las dos personas que mis padres habían contratado, el ato comenzó a moverse y mi padre dijo.

Muy bien capos, ¿qué quería ese oficial? – dijo mi padre molesto.

Él quería saber más sobre la niña, pero no se preocupe señor nada va a pasar – dijo el hombre.

Pasaron unos minutos y las personas que estaban con nosotros en el auto se bajaron, el chofer acelero más rápido para poder llegar a casa, mi papa se bajó del auto y con una mirada tan fría peor que el mismo hielo, me hizo una señal para que entrara a la casa, me baje del auto con la mirada baja y entre a la casa, el personal que trabajaba en casa se me quedo viendo, subí las

escaleras hasta llegar a su oficina, vi como mi padre se sentó en la silla que estaba junto a su escritorio para luego cruzar sus manos y decirme que me siente, volteo la silla para quedar mirando la pintura que estaba colgada sobre la pequeña chimenea que estaba en la oficina, todo quedo en silencio hasta que me dijo.

Mi pequeña sicaria, tú sabes que esto de las mafias es un juego de ajedrez – dijo con una voz fría.

A que te refieres, papi – dije jugando con mis uñas. 

Amor ProhibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora