Amor Prohibido

cap 81

Me preocupé y vine por ti, pensé que algo malo había pasado, pero veo que estabas con esta – dijo dándome la mano para irnos.

No me iré – dije abrazando a Julyet.

Co...Como que no te iras – dijo apretando su puño como para atacarnos. Ya escuchaste puedes retirarte – dije mirándola.

No me puedes hacer esto pensé que éramos algo – dijo mirando a Julyet con lágrimas en los ojos.

¿Quién es ella Mari? – dijo escondiendo su rostro en mi pecho.

Nadie, amor no te preocupes – dije molesta.

Ariana se retiró con la mirada aun cristalina, pero no podía hacer nada si mi corazón ya le pertenecía a otra persona, tome la mano de Julyet para verla a los ojos y darle un pequeño beso en los labios, ella se acurruco en mi pecho para quedarnos mirando las olas, hasta que su hermosa voz me saco de mis pensamientos.

Creo que es hora de volver a la ciudad ¿no crees? – dijo levantando su rostro. Supongo que si – dije besando su frente.

La mire a sus hermosos ojos cafés que me mataban de amor, hasta que el celular de mi amada sonó, ella bajo la mirada y vi el numero registrado en el celular "Junta directiva de Grilroy", la piel de ambas se nos helo no sabíamos que pensar, ella con miedo contesto y la noticia que recibió nos dejó a ambas en shock, "La señorita Paule Romero había fallecido y Julyet fue elegida por el comité para quedar a cargo como directora del colegio", ella se quedó fría mirándome a lo cual solo escuche un si salir de su boca, ambas sabíamos que estos hacia más complicado el camino para amarnos, y estar juntas se nos haría casi imposible. Ella se separó de mí y comenzó a caminar hacia la casa, volteo y con una hermosa sonrisa me ha extendido el brazo para que ambas caminemos hacia la casa. Me detuvo en la puerta y me dijo que la esperara, a lo cual obedecí dándole un beso pequeño en su mano, para después verla ingresar.

En ese mismo lugar de España.

Entre a la casa y tome mis llaves que se encontraban aun en la mesa central, para después decir.

Aléjate de ella por favor – dije mirando las llaves.

No te olvides cuál es tu deber Julyet – dijo Joaquín molesto.

Tienes la información que querías ¿no? Entonces déjala tranquila – dije volteando a verlo molesta.

jamás, quiero ver a sus padres a mis pies y por lo que vi tu fuiste su primera vez – dijo mostrándome imágenes desde su teléfono.

No, como fuiste capaz de legar a estos extremos, maldito degenerado – dije intentando tomar el celular.

Crees que esta es la única copia que tengo, si no quieres que estas imágenes aparezcan en las redes sociales y otros lugares más obedecerás – dijo señalando a Mariane.

No puedo creer que siendo mi propio hermano me hagas hacer esto – dije con los ojos que se me llenaban de lágrimas.

No me importan tus lágrimas, tú me vas a hacer caso y me vas a obedecer – dijo tomando mi brazo.

No me hagas hacerle daño – dije sintiendo como una lagrima corría por mi mejilla. Demasiado tarde, vas a hacer lo que yo te diga oíste – dijo tomando mi mentón.

Me solté de él lo más rápido posible mientras caminaba hacia la puerta me seque las lágrimas y Sali de la casa, todo cambio cuando vi esos ojos azules que eran mi refugio, le hice una señal para que se subiera al auto, arranque el auto y comencé a manejar devuelta a la ciudad Mariane me comenzó a hablar pero mi cabeza no pasaba nada más y nada menos que la

amenaza de mi hermano mayor, solo han pasado unos meses en el cual le he mandado la información que el tanto quería, Dios que hice, como le puedo estar haciendo está a la mujer que amo, un pequeño beso en mi mejilla me saco de mis pensamientos.

¿Qué pasa? – dijo tomando mi mano que se encontraba en el panel de cambio.

No, nada solo que mañana debo de estar presente en la reunión que harán por lo de la muerte de varios de los alumnos y tú también por ser parte de la escolta del colegio – dije entrelazando nuestros dedos.

Calma, directora todo estará muy bien – dijo mirando hacia el mar y como desaprecia en el camino.

Calma volveremos cuando quieras – dije sonriéndole.

Si, tienes razón, pero esta vez porfa sin tus hermanos – dijo riendo.

Jajaja te lo prometo – dije sin quitar mi vista de la pista.