◍৻A una puerta del cielo৲◍ [Spartor]

~[Cartas]~

Raptor de repente, en un momento impensable (mientras se bañaba), tuvo una muy buena idea: Le escribiría una carta a Sparta, cada día, hasta que finalmente lo perdone

Cada carta diría algo diferente, y cada una iría con un pequeño regalo, un chocolate, una rosa, un pequeño peluche o tal vez unos pocos globos

En el día 1, Raptor le escribió una carta, pidiéndole perdón nuevamente por todo lo que le había hecho, con una rosa roja, representando el amor que aún le tenía

Primero llamó a Mike, para pedirle el favor de entregarle su carta a Sparta

El rubio se negó, algo desconfiado del pelirrojo, le dijo que no lo ayudaría porque no quería dañar más a Sparta por su culpa

Luego llamó a Acenix, quién molesto e indignado, se negó y le reclamó, diciéndole que él era el culpable y que era un descarado al pedirle algo así

Y en su último intento, llamó a Víctor, quién con voz de odio le digo que jamás permitiría que él se vuelva a acercar a su hermano

Cuando quiso entregárselo él mismo, unos doctores no lo dejaron pasar, alegando que el menos había prohibido el ingreso del pelirrojo

Raptor se desesperó un poco, sin saber que hacer fue a la sala de espera, en busca de ideas nuevas

Agarró sus cosas, y cuando estaba a punto de marcharse derrotado, escuchó una voz algo familiar

– Hey, hola! Raptor, cierto? – Le habló un peliazul que se le hacía muy familiar

– Ah... Sí, hola... Tu eras... Timba..? – Preguntó Raptor

– Sip! El mismo – Exclamó alegremente el peliazul

– Bueno, Timba, que haces aquí..? Y porque estás vestido así? – Cuestionó Raptor, observando la ropa de doctor que traía puesta

Para sorpresa de Raptor, al parecer Timba estaba estudiando medicina, y estaba ayudando como enfermero para conseguir mejor nota

Le faltaba poco para terminar la carrera, por lo que tenía permitido trabajar un poco en ese hospital

– En serio?? Vaya, no me esperaba eso... – Afirmó Raptor

– Siempre me lo dicen... Y tú? Que haces aquí? Y eso que traes en la mano? – Preguntó el peliazul

– Ah, esto?... Era para... Para Sparta... – Comentó en voz triste

– Oh, cierto, me contaron sobre ese incidente con cierto pelirrojo... – Acusó indirectamente Timba

– Ni me lo recuerdes... – Agregó Raptor, caminando hacia los asientos de la sala, en los que se sentó, sintiéndose derrotado

El peliazul se sentó a su lado a hablar con él, le preguntó su versión de la historia, y le sorprendió bastante cuando el pelirrojo aceptó toda la culpa, con la voz quebrada, demostrando su arrepentimiento

– Vaya... Hey, si quieres te puedo ayudar... Cuál es tu plan? – Dijo Timba, ofreciendo su ayuda, sintiendo algo de pena por su compañero

– Plan?... Quería entregarle esto, pero no me dejaron entrar... Y mis amigos no me ayudarán... – Se lamentaba Raptor

– Bueno, si quieres puedo decirle a mi jefe para que me permita atender a Sparta y así poder entrar y salir cuando sea... Que dices? – Ofreció nuevamente el peliazul, ésta vez no con pena, si no, con amabilidad

Raptor aceptó y le agradeció efusivamente, lo abrazó y le entregó la carta y la rosa para que se los diera a Sparta

Un rato después, Timba entró a la habitación de Sparta, con el encargo de Raptor escondido en el traje que usaba