De venida, Milo portaba una mente distinta, se había quedado a meditar sobre todos esos misterios y se había comprometido más que nunca a desmenuzar este gran caso. ¡Oh, él ya se imaginaba que saldría en la portada de todos los diarios! se haría el explorador más famoso de la historia. Y por supuesto, sabría una cosa que muy pocos —si no es nadie— sabían: el gran secreto de la historia de Hallownest.
Con una amplia sonrisa, el pecho inflado de orgullo y dando saltitos alegres, siguió con su camino de vuelta a casa. De hecho ya le había entrado el hambre y se preguntó qué podría comer.
Entonces, más o menos cerca de su hogar, vio un pequeño agujero escondido entre piedrecitas y una pared. A Milo le entró las ganas de explorar ese lugar, él sabía que los lugares más emocionantes, empezaban con un pequeño recoveco bien escondido. Además estaba de tan buen humor ese día y no negaría algo de exploración y diversión en ese momento. Además, parecía que aquel lugar no atentaría contra su herida en proceso de curarse.
Milo entró a la pequeña cueva y se dio cuenta que era difícil entrar, pero fácil salir. De todas formas, a él le pareció un juego de niños ir por ese laberinto, era extraño, pues generalmente le costaba ir por esa clase de obstáculos lleno de espinas, era como si ya había estado allí varias veces; era como un recuerdo lejano, enterrado, olvidado, al que ya era difícil y casi imposible volver a ver.
Al llegar en el lugar que se suponía debía de ser la habitación principal, todo le pareció extremadamente familiar. El lugar era un nido. Cualquier bicho con el más mínimo sentido común, sabría que uno no puede entrar así nomás a la casa de otro, pero Milo estaba cegado por la fascinación y la curiosidad que decidió seguir de todas formas.
Se acercó a admirar las paredes, incluso cuando no había nada allí más que el musgo, piedras y arena. Miró los secos pedazos de hojas en el suelo, y luego un poco más arriba. Entonces vio huecos, que eran entradas a otros túneles, o algo por el estilo. Algo impulsó a Milo a ir hacia allí sin pensar en qué podía haber hacia allí, aunque de hecho, allí se sentía inexplicablemente seguro, cosa que era bastante peligroso, pues su ciega confianza, le traería muchos problemas.
Siguió yendo por el túnel hasta llegar a una habitación con... ¿huevos? Habían dos que estaban rotos y no parecían nada recientes, de hecho, se podían decir que eran de ya hace años y él se preguntó qué hacía eso todavía allí.
Milo inspeccionó cada cosita que veía, tocándolo y oliéndolo, incluso jugueteando con ciertas piedras que veía. Era como si fuera una pequeña larva de nuevo. Exploró más y más el lugar, pero no podía quitarse esa sensación de encima, de un recuerdo faltante.
Entonces vió en el suelo, pedazos de raíces que parecían recientementes arrancados y movidos. Esto provocó un escalofrío en Milo. Dio uno, dos pasos de reversa muriendo del miedo, y en el tercero... ¡bam! chocó de espaldas contra algo. Milo hizo una mueca, sabiendo que ya era bicho muerto.
Giró en redondo con lentamente, para darse la grandísima sorpresa de que Flor Oscura le estaba clavando la mirada fría y fijamente, entrecerrando los ojos con furia. Se veía bastante bien que estaba tratando de contenerse. Milo se encorvó aterrorizado.
—¿Qué... cosa haces aquí? —dijo Flor lentamente, su voz era casi un susurro por la rabia que tenía acumulada dentro.
—E... este... yo... —Milo no sabía bien qué responder; pero luego incluso él se sorprende por sus propias palabras, y con una extraña seguridad, se endereza y mira directamente a los ojos de Flor para confrontarla— yo conozco este lugar...
Flor Oscura abre grande los ojos y se tambalea ni bien escucha las primeras palabras de la respuesta. Indignada y muy muy molesta, interrumpe a Milo.
—¡¡¿¿Tu ya estabas aquí varias veces antes??!! —gritó descontrolada
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Otra oportunidad (está saliendo del hiatus poco a poquito)
FanfictionEsta es mi primera historia, pero haré lo mejor posible. La mayoría de estos personajes pertenecen a Team Cherry y también está basado en su videojuego Hollow Knight. Bueno, sin más que decir, disfruten la historia