Cap 12 [Sueños y recuerdos]

17 2 0
                                    

Milo despertó de repente y se encontró con un lugar completamente diferente al que estuvo por última vez. Era muy acogedora y cálida, pero con un horizonte infinito que le daba cierta sensación de soledad.

Estaba soñando.

—¿Hola? ¿Alguien por aquí?

En el lugar había mucho atrapasueños flotando, además de libros lámparas, botellas, plumas y otras cosas, pero esas ya en menor cantidad que los atrapasueños. Había nubes suaves y plataformas por diferentes partes.

Siguió explorando un poco y luego el sentimiento de vacío se fue disipando. Escuchaba voces de sueños y esperanzas llenas de fantasía e ilusión susurrarle por el oído. Recuerdos preciados yendo y contagiando esa emoción de felicidad, ira, tristeza, el miedo, o varios mezclados mezclados.

Una sonrisa iluminó la cara de Milo al sentir la emoción de un pequeño, el amor de dos tórtolos, el logro de un joven, la fraternidad de amigos y hermanos, la cercanía de un padre y su hijo, momentos simples entre amigos, la creatividad de un artista, incluso aquellos que tal vez no sean los más talentosos, pero se divierten creando y son felices con ello.

Sintió que ese era un sueño especial.

Solía tener sueños extraños y llenos de dolor de un recuerdo que no podía recordar, pero hoy, tuvo uno reconfortante, lleno de ilusión y fortaleza: historias de todos los días, pero fantásticas a la vez

Entonces, en medio de todo eso, sintió algo un poco más físico. Era como un lluvia de gotitas negras y pegadizas que caían en sólo un partecita. Él estaba en esa partecita.

Algo molesto, levantó la vista para encontrarse frente a frente con una extraña figura oscura quien flotaba de cabeza risueño.

La figura era alta como las criaturas que había visto luego de quedarse dormido. Los grandes ojos de la criatura eran de un blanco resplandeciente, que resaltaba de su cuerpo al dar tal contraste. Tenía varios tentáculos que se agitaban de un lado a otro, incontrolables. Su cuerpo estaba algo derretido, lo que causaba la lluvia pegajosa encima de Milo. Tenía también unos cuernos, y estos eran todos desiguales: hacia arriba, hacia abajo, grandes y pequeños, pero en total eran seis.

Milo abrió los ojos con desconcierto y miedo, pues su paseo por recuerdos de otros lo había dejado anestesiado.

—¡Vayah! Generalmente soy yo el que se pasea por sue... s... sue... ñ... os de otros—mientras hablaba, hacía muecas por su dificultad para pronunciar algunas palabras—, pero hoy es diferente: alguien me visita a mí.

De repente, dejó de sentir los pies en el piso y empezó a flotar.

Miró de forma suplicante a la criatura para que lo bajara, pero esta sólo se limitó a reír.

—¡Tan, tan solo he estado! —hizo una pose dramática para luego susurrarle a Milo—: Ni tanto, tuve que aguantar a ese caskarrabias.

—¡Mis sueños no son así! —explotó Milo— ¡Bájame!

—Flota, flota ¡Flota! Ningún peso —la criatura le prestaba la menor atención a Milo—. Siempre yo solito en este lugar. Veo sus sueños, pensamientos, esperanzas, varias con "pies fuera de la tierra" —rió suavemente— ¿Lo entiendes? Hoy no estoy en tus sue... ñ-ños, sino tu en los míos. Hmp, ni siquiera es este mi sue... ño, son los s-sue...ños descarriados, recuerdos pe-rdidos.

—¿Yo... lo olvidé todo? ¡¿Estoy en coma?! ¿Soy también un recuerdo perdido?

La criatura negó con la cabeza. y cobró una mirada un poco sombría.

—Tal vez tienes recuerdos atascados, hay algo incompleto —luego su expresión cambió por una más positiva— o simplemente te has quedado dormido de forma antinatural (con he...chizos) ... aunque eso tampoco es del todo positivo... ¡Ag menos es algo!

Otra oportunidad (está saliendo del hiatus poco a poquito)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora