Hola, ¿siguen ahí?

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Hola, mi nombre es Maite, y como ya podrán haberlo imaginado, soy la hermana de M.

Su verdadero nombre era Marcelo, pero por alguna razón ese pseudónimo parecía agradarle mucho más. Quizá lo hacía sentirse diferente, quizá M. era quien realmente era él. 

Quien sabe, yo nunca lo entenderé. 

Era, como podrán imaginarlo, un varón, de tes blanca, ojos cafés, cabello rizado y lentes. Medía 1.72, le gustaba el anime, el manga, cocinar para su familia y estudiar hasta altas horas de la noche. Se suicidó a la edad de 20 años.

Ya son casi dos años desde que mi hermano falleció, escapando de la enfermedad que lo atormentaba día y noche. Enfermedad que lo persiguió desde mucho antes de que tan siquiera el pudiera darse cuenta de que algo malo le ocurría.

Hoy, ya con las heridas algo cerradas, vengo a este, el sitio que le brindó un escape a mi hermano de la realidad, con la intención de poder entenderlo mejor; de seguir su rastros y quizá encontrar algo que me diese un indicio de como podría haberlo ayudado, de como podría haber sido una mejor hermana mayor, de como podríamos haber sido todos una mejor familia para el, pero no encontré nada de eso. 

Realmente no era lo que me esperaba.

Fue mucho mejor.

Entre las letras y párrafos que componen esta historia, lo encontré a el. Encontré la versión dulce y amable que yo recordaba del tierno niño que dejé en mi ciudad natal el día en que me fuí.

Encontré el llanto de un hermano que no quiere separarse de mi, la persona que lo crió y le dio todo el amor que pudo. 

Encontré todo lo que dejé, todo aquello que le arrebaté, y todo lo que el me quitó a mí el día en que se fue.

Soy una mala hermana, eso lo sé bien, y no hay un solo día en el que no me arrepienta por no habermelo llevado conmigo.

Soy una mala hermana, pero lo amé a cada momento de mi vida, cada segundo, cada instante que transcurría por mí, todo el tiempo, siempre lo amé.

Pero para cuando me di cuenta de lo nefasto que era su rencor, y lo dura de su situación, ya era demasiado tarde.

Las cosas ocurrieron, y si bien es cierto, mucho pudimos hacer para ayudarlo, pero aunque intentamos inumerables cosas, no pudimos hacer nada con el.

Marcelo murió, y lo extrañamos, desde que inicia el día nos hace falta, y nos vemos obligados a buscar en su ropa y sus cosas, algo que nos traiga el recuerdo de lo que era tenerlo en casa.

Marcelo murió, y se llevó  una parte de mi con el.

Una parte de todos.

Pero aunque la tristeza reinó mi vida por tanto tiempo, hoy creo que eso no es justo.

Sé que jamás encontraré el perdón de el, y sé que ya nunca podré acercarme a el, abrazarlo y decirle lo mucho que lo siento, que nos iremos juntos, que dejaremos todo y nos largaremos a un lugar mucho mejor.

Pero eso está bien.

Esta historia que el escribió, me hizo entender que mi vida no puede terminar aquí.

Tengo que seguir viviendo, tengo que animarme y continuar, vivir por el, porque para mí, su hermana, el sigue estando presente.

Nunca podré dejar de sentirme culpable, pero estoy seguro de que poco a poco, paso a paso, y según los meses y las estaciones vayan pasando, esta pena me abandonará, y todos podremos volver a ser felices, felices como el debió haberlo sido.

Haré las cosas correctamente, y seguiré adelante a pesar de las dificultades.

En el, en sus libros y en todas las historias que escribió en esta vieja computadora y que jamás publicó, encontré el amor que necesitaba hacia mi misma, y una nueva pasión por escribir historias que lleguen hacia el corazón de las personas.

Me tomé la libertad de traer conmigo su laptop, así que continuaré con lo que el dejó inconcluso, y publicaré algunas de las historias que tienen final, pues nome gustaría entrometerme en ni una sola de sus palabras.

Entre todo su desorden, encontré paz, y es algo que le agradeceré siempre.

Han sido meses difíciles, en los que tuve que ir a terapia y arreglarmelas como pude para pocer continuar con mi vida, pero hoy soy una persona nueva.

Y todo es gracias a el, siempre a el.

A los que siguen aquí, muchas gracias.

Pronto tendrán más de Marcelo. No pienso dejar que esta cuenta muera, y su periodo de silencio culmina hoy.

A todos los que comentaron, los que lo siguieron, los que le escribieron, los que lo apoyaron, tienen mi infinito agradecimiento, pues cada uno de sus pequeños empujones, le dio un día más de vida.

Tienen mi eterna gratitud.

Sin más que decir, me despido.

Esperen noticias pronto para una nueva historia.

Cuidense mucho, y buenas noches.

Atte.

Maite.



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⏰ Última actualización: Mar 19, 2022 ⏰

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Koe no katachi - Por el resto de tus días.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora