10:00 A.m
Olía a té.
Era un olor bastante fuerte a te de jazmín.
Amargo, con con ligeros toques de frescura que lo volvían un poco más ligero.
Era un día más...
Gracias a Dios...
Aún con los ojos cerrados, sentí como sus suaves manos acariciaban mi mejilla. Estaban tibias y muy cómodas. Quería que siguiera haciéndolo. ¿Porqué no sigues?
Ishida: -Mi amor, despertaste temprano hoy-
Nishimiya: -Despierta ya dormilón, hoy es un día especial-
Ishida: -Es verdad... es verdad. No vayas a creer que lo olvidé -.
Nishimiya: -Nunca pensaría eso...-,
Ishida:-Pero... Aún no quiero levantarme... porqué no mejor...-
Nishimiya: Ah?
Tiré de su cintura hacia la cama, y la acosté junto a mi, mientras besaba su cuello, y ella reía a carcajadas. Mi esposa siempre fue muy cosquilluda. Yo amaba eso.
Reíamos muy fuerte debajo de las sábanas de nuestra cama, en el pequeño apartamento que habíamos rentado juntos hace ya 2 años.
Reíamos felices y, porqué no? Algo excitados. He de confesar, que desde que Nishimiya y yo nos casamos, hacer el amor se volvió incluso más divertido, intenso y bello que antes. Ya era perfecto, y ahora lo es aún más. Quien lo diría?
Era un día especial... cierto, olvidé decirlo? El día de hoy se cumplen nada más que 3 años desde que Nishimiya se realizó la operación que le salvaría la vida. Aquella que, costándole completamente lo poco que le quedaba de audición, la dejaría vivir conmigo por lo que quedara de nuestro tiempo.
Mientras ella se desvestía, correspondiendo a mi lujuria prematura de la mañana, yo no podía hacer más que pensar en el hermoso cuerpo de la mujer que se acostaba y despertaba conmigo todos los días, y en lo afortunado que era por tener todo esto de mi lado. Que por decir poco, ya era algo muy parecido al cielo.
Acaricié su rostro enrojecido por el calor del contacto entre nuestros cuerpos, deslizando la yema de mis dedos por la comisura de sus labios, siguiendo su trayecto hasta su cuello. No me detuve, y seguí contorneando la belleza de su figura, haciendo una pausa en sus pechos. Conocía a mi esposa, sabía lo que le gustaba.
Aunque sabía que no me escuchaba, me gustaba apretar mi pecho al suyo y juntar mi boca con alguno de sus oídos, y susurrar: "Soy tuyo, mi amor. Te amo". No era el sonido de mi voz sino el contacto de mis labios húmedos con el lóbulo de su oreja lo que la hacía soltar un pequeño gemido.
En el fondo, deseaba que pudiese escucharme, pero aunque físicamente no lo hacía, yo sabía que su alma podía oírme, aunque no dijera nada.
Tumbó su ahora cansado cuerpo a lado mío, y me lanzó una mirada que mezclaba el enojo con satisfacción.
Nishimiya: - Si te sigues despertando así, nunca encontrarás el desayuno caliente-.
Ishida: - Se me ocurre que esta es una muy buena forma de comenzar el día... Pero nunca será mejor que uno de tus deliciosos desayunos-.
Nishimiya: - Lo dices en serio? Yo... A penas estoy aprendiendo a cocinar y pues...-
Ishida: Jajajajaj -Mi amor... Porqué no vamos a probar ese desayuno? Aunque me has dejado muy cansado, me muero de hambre...-
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Koe no katachi - Por el resto de tus días.
Hayran KurguEsta historia es una continuación hecha obviamente por mi persona, luego de haber quedado fascinado por el maravilloso contenido del manga y la película. Aquí te encontrarás con lo que a mí en lo personal me hubiese gustado que pasara luego del fin...