Capítulo 9: El riesgo de arruinar una amistad

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Darya.

Allí, entre sus brazos, aún podía sentir la molestia o el nudo en mi garganta, mi nariz ardía pero logré controlarme antes de empezar a llorar cuando él me abrazó y sentí su aroma, pero las ganas de llorar con gran melancolía estaban allí y la respuesta a todo esto era simple.

1. Dos semanas atrás me encontraba con mi familia y mejores amigas charlando sobre este viaje y cuando vine a Londres y lo primero que impactó en mi vida a penas llegué fue Nils y su grupo de amigos, -los cuales ahora compartíamos-

2. Por cada vez que discutimos.

3. La fiesta y todas las emociones que este Idiota me hizo sentir en menos de veinticuatro horas.

4. Los recuerdos de mí, desnuda sobre mi cama y con él a un lado, de su rostro las dos veces que amanecimos juntos; en lo desarreglado pero jodidamente guapo que se veía recién despierto y su voz ronca. 

5. Nosotros follando, los recuerdos de nuestra piel haciendo eco en la habitación, todas las sensaciones que me hacía sentir y lo mucho que lo disfruté, al igual que observar su rostro cuando lo estaba masturbando y se corrió en mi boca.

6. En como tuvo los huevos para aguantarme la mayor parte de este día hasta ahora y que estuviésemos bailando.

Es que no podía creerlo, pero ya que sabía era una realidad, me hacía sentir melancólica o como una adolescente hormonal; pero más allá había algo, algo que no quería admitir pero estaba en juego. No podía decir que este pensamiento me dominaba ¡Antes muerta! pero sabía que una parte en mí no quería que todo esto culminara, y con esto me refiero a todo lo que tenga que ver con el desastre en que este viaje se ha convertido, las personas que han llegado a mi vida y lo que he creado con ellas, incluyendo al puto director de cámaras, culpable de nuestro primer beso.

°°°

La canción finalizó y observé sus orbes color menta, brillaban con intensidad. Sonreí cuando unió nuestras frentes e inhalé su aroma exquisito antes que deshiciera en agarre en mi cintura y se alejara lentamente. 

Su rostro... su rostro no tenía una definición en concreto, era ilegible pero podía notar algo y es que quería alejarse, fue pensado y hecho cuando empezó a retroceder y observarme con una mirada indescifrable taladrándome observándome con sus labios apretados.

Después de todo, se había marchado. No era sorpresa para mí, sabía que en cualquier momento lo haría pero eso no quitaba lo rara que me hacía sentir la situación.

Me había protegido a mí misma actuando precavidamente y aclarando que lo que hicimos jamás volvería a suceder. No porque me arrepintiera, porque joder, nunca lo haría. Realmente había disfrutado de absolutamente todo lo que ambos hicimos y de las sensaciones que me hizo experimentar, pero... sabía que esto podía pasar y mi orgullo no dejaría que fuera él quien me dijera esas palabras.

Me sentí frustrada, puse los ojos en blanco antes de abrazar una almohada que no me era suficiente ahora, necesitaba mi maldita almohada!.

Giré rápidamente sobre la cama y empecé a palpar la cama cuando mi teléfono empezó a sonar, atendí rapidamente la llamada cuando observé el nombre de mi abuelo en la pantalla.

—Hola, abuelo— pronuncié con pesadez.

—Hola, mi nieta preferida. ¿Que tal el viaje hasta ahora?.

—De la verga— respondí escondiendo la cara en las almohadas.

Soltó una profunda carcajada.

—¿Y ahora que sucede?.

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⏰ Última actualización: May 13, 2022 ⏰

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