•ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 8•

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Meses después.

–Olvide comprar la cena –Susurró antes de abrir la puerta de su hogar.

Observó la hora en su reloj, y nego mientras reía.

–Seguramente debe haber algo por ahí –Alegó esperanzada

Entro a la oscura casa siendo recibida por dos pequeños gatos, uno banco y otro negro. Parecían estar felices de que su dueña, por fin había regresado a dónde pertenecía realmente.

Arche, se agachó y suspiró mientras los miraba con cariño

–Lamento haber llegado más tarde hoy –Se disculpó– La práctica se extendió– Explico tratando de hacerse entender

Ambos gatos ronroneaba alegres ignorando sus palabras por completo, y al darse cuenta de que ambos estaban juntos, comenzaban a gruñir.

–¡No se peleen! –Gritó al ver cómo Yin perseguía descaradamente a Yang– ¡¿Estás loca?! –Preguntó, a lo que solo obtuvo como respuesta un simple "miau"

La joven se puso de pie ignorando tal escena, y camino hacia el baño en medio de la oscuridad.

Su sentido de orientación, era perfecto gracias a su espíritu interior.

Por ejemplo, sabía que el botiquín de emergencias se encontraba en el segundo estante del primer mueble, a la derecha. Y que los analgésicos para el dolor, estaban en una pequeña caja de madera, en el estante superior.

En el estante inferior al segundo, se encontraban los parches, cremas y vendas. Y en el último estante, que se encontraba sobre todos, las fajas y tobilleras.

Agarró una crema con efecto anestésico, dos vendas, y el pequeño botiquín. Suspiró al sentir que su labio, nuevamente comenzó a sangrar y sonrió frustrada al recordar la razón de su herida.

Volvió a la sala y se acomodó.

En entrenamiento, esencialmente en las prácticas de combate libre, tener la defensa siempre lista, es algo de mucha importancia, es tan importante como respirar. Porque si se da lugar al atacante, este no lo dejara pasar... Y hará lo que todo bien oportunista haría. Dar su mejor golpe y derribar.

Arche suspiró pesadamente mientras encendía las luces blancas que rodeaban el espejo. Analizó su rostro del lado derecho y descubrió que un pequeño hematoma cubría parte de su mandíbula.

–¿Cómo pude bajar la guardia? –Se preguntó a si misma mientras negaba

Primero, colocó un poco de crema en los golpes de su pierna y luego se vendo. Ayudaría a que los golpes tengan contención y sanen más rápido.

–Cuando aparecen hematomas en algún lugar del cuerpo, luego de ser golpeado, quiere decir que hubo desgarros microscópicos en los vasos sanguíneos debajo de la piel, y si son muy grandes, pueden ser un poco más complejos, ya que pueden traer consigo, otros tipos de lesiones –Comentó suavemente una voz justo detrás de ella

Levanto repentinamente su rostro, y exaltada observó el espejo. Aquella silueta que tanto buscaba, estaba justamente detrás de su espalda.

Sin decir nada, lo observó perpleja.

–Los deportistas suelen vendarse y tener cuidado cuando desconfían de un hematoma –Finalizó– Entonces... ¿Son tan graves tus heridas?

Arche sonrío al ver que aquellas manchas pintadas de tonos azulados, habían desaparecido. Y que en su lugar, ahora una venda blanca trepaba desde su tobillo hacia el muslo.

En silencio, curo la herida de su labio inferior y el hematoma de su rostro. Luego, miro el espejo nuevamente y asintió como respuesta.

–En cambio, veo que la herida de tu cuello... Ha cicatrizado por completo –Mencionó, girando su rostro para dirigirle una mirada penetrante– Creí que te había dicho que no vuelvas... Entonces, ¿Porque estás dentro de mi casa? –Interrogó

En las sombras de Shadow Donde viven las historias. Descúbrelo ahora