•ℭ𝔞𝔭í𝔱𝔲𝔩𝔬 11•

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Negó seguidamente intentando sonreír.

–No debo llegar tarde –Repetía desesperada tratando de secar su largo cabello con el calor de la estufa

–Definitivamente llegaré tarde –Sentenció luego de alistar su bolso.

Salió de su hogar caminando a paso rápido hacia la universidad. Intentando evitar por completo, el camino donde se había encontrado por primera vez con aquella criatura sin nombre. Pensando a muerte, si debería pedir un café frappé o un café simple con hielo. El clima, apoyaba ambas bebidas por igual.

–¡Bienvenida! –Hablo alegremente el joven muchacho que se encontraba detrás del mostrador de la cafetería– ¿Café con hielo o frappé? –Preguntó atentamente

–Café frappé –Indicó sonriente– Extra grande, por favor.

–Estará listo en cinco minutos... ¿Llegas tarde nuevamente?

–Olvide activar el reloj –Justificó mientras observaba el lugar

–Solo veo a una joven presidenta de clases poniendo excusas –Murmuró Lucas divertido, mientras reposaba sus codos sobre el vidrio de la mesada

Arche suspiró

–También soy humano –Recordó– La señorita Genevieve me matará

El joven sonrió entretenido ante el sufrimiento repentino de la joven, sacando de su bolsillo, una bolsita llena con caramelos de limón.

–¿Quieres uno? –Ofreció

–No –Respondió

–Lo siento, a veces... Olvido que los odias –Susurró

–No los odio –Comunicó Arche sonriendo ligeramente– Simplemente, me recuerdan a una persona... Por eso, los evito.

El joven, asintió comprendiendo la situación.

–Aquí está tu pedido, un café frappé... Extra grande, con doble crema. ¡Invita la casa!

–¡Genial! –Respondió, mientras acelerada tomaba sus cosas y caminaba hacia la salida– ¡Adiós!

–¡Vuelve pronto!

Escucho decir cuando ya había traspasado la puerta de cristal. Aquel joven, realmente parecía estar feliz en cada momento del día.

El camino a la universidad, en realidad, no quedaba tan lejos de la cafetería. Simplemente había que cruzar dos calles. Pero en la mañana, tratar de pasar por aquellas rutas, era como... Tratar de esquivar un gran hormiguero de autos (en simples palabras).

Estaban quienes manejaban a 20 y provocaban una larga cola de autos, y otros que parecían volar; Pero ninguno frenaba. Luego, en tercer lugar, se encontraban los abuelos conductores que al parecer, amaban tocar las bocinas de sus autos para saludar hasta a los fantasmas que reposaban en las esquinas.

En cuarto lugar estaban los ciclistas que ala igual que los patinadores, eran perseguidos por los perros y los últimos lugares, eran ocupados por los colectivos urbanos, motos y taxis similares a turbo.

–10 minutos tarde, presidenta

–Arche –Suspiró– Prefiero ser llamada por mi nombre

Aquella mujer con lentes de marco grueso y nego frente al pizarrón, la observó en silencio disgustada por su actitud. Acomodó su ropa, y miro nuevamente la planilla con los nombres de sus estudiantes, para colocar una cruz en rojo, indicando su entrada tardía a clases.

La conocía aproximadamente hace dos años... Aún así, no parecía recordar su petición de ser llamada simplemente por su nombre, y no por el nombre del puesto que ocupaba en su salón.

–Por favor, tome asiento y no retrase la clase –Ordenó

Arche la observó indiferente. Y como si se contemplase segura y libre de miradas indiscretas, sus ojos se fueron serenando poco a poco y se posaron con indiferencia en las pocas personas que había en el salón. Más no desapareció del todo la sombra de preocupación esparcida por su rostro, ni el gesto de desdén que hacía imponente su liderazgo.

–¿Porque siempre le ponen más crema a tu café?

Consulto en un susurro una voz a su lado

–Seguramente hoy, te lo han dado gratis –Bufó– El joven de la cafetería, siempre te beneficia –Comentó entusiasmada– Es tan lindo

Arche la ignoro completamente, tratando de leer lo que la señorita Genevieve escribía en el pizarrón. Esa mujer, amaba escribir con letra pequeña.

–Después de todo... ¿Realmente dormiste bajo un árbol? –Preguntó mientras señalaba divertida el rostro en mal estado de su amiga

–No –Sonrió– Recuerdas una conversación de hace meses, pero no lo que desayunaste... Increíble.

–Ya te lo he dicho... No lo hagas –Imploró inquieta

Arche la observó

–¿A qué te refieres?

–No sonrías de esa forma –Susurró– Así –Indicó mientras trataba de imitarla

–¿Porque?

–Das pena –Murmuró– Parece, que de pronto quieres llorar y realmente no se que hacer cuando las personas lloran... Así que simplemente, evita sonreír.

–Yo pienso que tu sonrisa es linda –Declaró casi sin respirar un joven muchacho sentado detrás de ellas

Arche simplemente suspiró.

–Rigel, ¿Realmente doy pena? –Consultó girando su cuerpo para mirar fijamente los ojos tormentosos de su compañero

Entusiasta el joven negó

–Olvida lo que acaba de decir –Susurró– Nadie puede dar pena cuando sonríe –Aseguró

Holly lo observó ligeramente y resopló de mala gana

–Por cierto, Holly... ¿Dijiste que el chico de la cafetería era lindo? –Preguntó el joven intrigado

–¿Porque? ¿Te gusta? –Consultó exaltada y casi sin respirar

Rigel sonriendo nego

–Solo es curiosidad–Tranquilizo Arche en su lugar, volviendo su atención rápidamente a la clase

–¡Ustedes tres, silencio! –Gritó Genevieve mientras apuntaba el marcador de tinta negra hacia ellos.

Y cuando Genevieve agarraba el marcador de tinta negra, nada bueno pasaba.

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⏰ Última actualización: Mar 29, 2022 ⏰

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