Carta #011

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Querido lector;

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Querido lector;

Hola ¿Cómo estás?

Respira profundo y bota por la boca.

Creo que estoy comenzando a dejar de sentir ese vacío que me envuelve, tal vez dejar estos pensamientos raros en cartas que no se si alguien leerá funciona. Aunque a veces creo que si debería ir a terapia...

Aunque tengo miedo, el miedo me llena y por eso me paraliza la idea de sentarme en un desván y decir todo esto a un desconocido cara a cara. Por que el sabrá que la que habla, la que le cuenta sus vivencias soy yo. La que tiene todos estos pensamientos, tiene un rostro, tiene facciones, tiene emociones, tiene vida y alma. Existe.

Ahora soy como un fantasma, tienes mi nombre y mis cartas, pero ¿Sigo aquí? ¿Estoy contigo? ¿Quién soy en verdad?

Creo que todo ser humano ha pasado por esa pregunta, la adolescencia nos hace preguntarnos un montón de cosas, desde que somos niños hasta la adultez, nos moldean y nos moldeamos a cosas que pasan en nuestro entorno.

¿Qué nos gusta? ¿Qué cosa nos disgusta? ¿Qué nos afecta? ¿Qué nos da igual?

¿Quiénes somos? ¿La suma de todas esas respuestas?

Creo que la humanidad es mucho mas que un cuerpo de carne y hueso, un cerebro funcional, el alma es algo que se sigue investigando y todos podemos poseer diferentes formas de ver la forma en la que somos.

¿Sabes que todos no percibimos a las personas o las cosas igual? O sea que tu puedes verte de una forma y otra persona de una manera completamente diferente.

¿Eso no te hace cuestionarte si realmente eres el reflejo que ves en el espejo? ¿Esa voz que escuchas en los audios que envías? ¿Ese aroma que sientes cuando sales de la ducha? ¿Esos sabores que te fascinan?

¿Quiénes somos en verdad?

¿Quién soy yo?

Sigo preguntándome inclusive en este punto de vida.

No quisiera ir a terapia, porque quizás esa persona podría averiguar mucho más rápido que yo la respuesta de esa pregunta y me aterra que alguien mas me pueda conocer mejor que yo misma.

¿A ti no?

Yo no tengo muy claro si soy aquello que veo en el espejo, si soy lo que dicen los demás, no tengo nada de esto claro. No entiendo como alguien puede asegurar al cien porciento que son de una forma. ¿No que la gente puede cambiar? Para bien o para mal, los eventos nos cambian y ya no somos lo que fuimos en un ayer.

Somos cambios.

Evolución constante.

Estamos en movimiento, nos movemos con las moléculas, somos particular. Átomos, somos tanto, somos nada.

Somos ligeras partículas que se mueven.

Quizás solo somos el reflejo de las luces.

¿Quién sabe que somos? ¿Seres humanos? Seres imperfectos creados.

Sigo cuestionándome si está bien quien soy.

Sigo preguntándome quién diablos soy.

Soy la chica vacía que escribe estas cartas con el corazón en la mano, que se desnuda ante las preguntas que deja, que muestra lo rara que es. Que destaca lo débil y frágil que es.

¿Soy aquella que llora con las películas de Disney?

¿Aquella que gruñe cuando alguien daña a otro?

¿Aquella que sonríe de forma cruel cuando alguien que no le agrada se cae?

¿La que cree en el karma?

¿La que esta vacía y rota?

Soy ella, soy todas, soy nadie.

¿Quién eres tú?

Perdón, me he subido a las ramas, las he roto, las he alargado y me he salido de contexto, recuerdo que estas cartas son para llenar un vacío que no logro saciar con nada. Las emociones se han corrompido.

Perdóname, no soy lo mejor, solo soy una chica que se ha roto y no encuentra pegamento para recomponerse.

¿Quieres saber quien soy? Soy la escritora de estas cartas sin sentido.

La que escucha música e intenta no llorar a medida que se quita las prendas para que veas su alma corrompida por la soledad. Corrompida por la maldad y por el desamor.

Aquella que se quiere ir corriendo y refugiarse debajo de las sábanas. La que se esconde cuando los problemas golpean a su puerta. La que huye. Soy Abi...

La que quiere que tu eres bien, pero que sabe que ella no lo está. Te dejo.

Abi.

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