Cuando la vida de Abighail, comienza a desmoronarse, su mejor escape es escribir cartas a completos desconocidos, no sabe a donde llegaran, ni quien las leerá.
En su mente solo esta la idea de que es lo mejor que puede hacer para sacar todo su dolo...
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Querido lector;
Ojalá pudiera saber que alguien realmente lee esto. No, no hago esto con ese fin.
Cuando era pequeña, de los pocos recuerdos que tengo, la gente siempre esperaba más de lo que era capaz de dar. Mi boca debía de mantener secretos demasiado complejos para mi pequeña mente de niña. Mi mente debía de recordar frases complicadas y mentiras para no meter en problemas a los adultos, no lo entendía.
Debía de sonreír cuando quería llorar. Debía de fingir que nada andaba mal. Mi infancia es borrosa, mas tengo memorias fugitivas que se han escapado de alguna caja de algún rincón. Me exigían, como si fuera adulta, cuando aún no cumplía ni 6 años. No lo entendía.
No lo recuerdo, por mas que me esfuerzo, los recuerdos son borrosos. Espero que tu infancia haya sido mejor que la mía, pero si no es así, lo lamento mucho, porque es triste que te arruinen una época tan corta de tu vida. Pero estoy segura de que aquí no fue donde todo comenzó, solo fue una causa hacia las consecuencias. Digo, me volví muy callada y retraída, porque cuando hablaba parecía que metía la pata y los castigos nunca me gustaban. Así que era mejor mantenerse como un retrato, como un cuadro, como algo que puedes ver, pero no oír.
Algo. No alguien.
Que jodido es, cuando no puedes llorar, cuando no debes de reír, cuando solo debes de asentir. Que horrible es cuando te prohíben existir como ser humano. Que calvario es cuando te convierten en una pequeña obra de arte, de la cual sentirse orgulloso, porque te han creado de una forma absurda. Poco humana, cosa que cuando creces, creces de una forma igual de ridícula.
Con mil inseguridades.
Y esas inseguridades son la culpa de mi caída.
Por que todo es culpa mía, de mí, de mis inseguridades.
¿Tu has tenido una infancia dura? Espero que te hayan dejado crecer como una niña feliz, que no te hayan reprochado por decir algún secreto que no debías y no te hayan obligado a mentir.
Sabes no creas que todo fue tan malo para mí. De pequeña, en la escuela, siempre fui la pequeña estrella. Aunque, creo que esto creo algo en mí. Un síntoma extraño. Algo llamado "necesidad de la aprobación ajena".
Buscar el apruebo, te puede condenar. No lo hagas por favor. Basta con que tu te apruebes a ti misma, es suficiente con que tu seas feliz con tu ser. Sigue así.
Amate, amate mas que a nadie en el mundo y no permitas que nadie te diga que no mereces amarte más allá de la luna de ida y vuelta.
Todos merecemos amarnos como si fuéramos un dios.
El problema, es que me di cuenta de ello, muy tarde, ya había caído en la agonía, cuando comencé a comprender cosas.
Quizás hay que estar hundidos, para aprender la lección.
Solo tal vez, no aprenderás la lección, hasta que el aire se haya agotado de tus pulmones.
Pero espero que no sea demasiado tarde para ti, espero que no debas caer muy abajo, para escalar hasta arriba y darte cuenta de lo radiante que eres.
Todos somos brillantes, solo es cosa de aprender a vernos.
